Categorías: Cultura y Tradiciones

“Estamos acostumbrados a la destrucción de patrimonio, que ocurra al revés es maravilloso”

La historiadora Isabel Migallón es parte del equipo que trabaja para sanear los documentos.

Un programa de la Feria Hipano-Marroquí de 1931, peticiones de casetas para “espectáculos de varietes”, un programa de la concertista de piano Carmita Gómez Nieto de los años 20’ o facturas de diferentes proveedores de dentro y fuera de Melilla como ‘Rico y Rojo’ (propietarios del Teatro Kursaal) son algunos de los curiosos documentos encontrados en la Plaza de Toros, según destacó a El Faro la historiadora melillense Isabel Migallón.
Ella es una de las profesionales que están trabajando en las labores de limpieza y clasificación de los documentos encontrados.

El 25-E retrasó el trabajo
Fue en el mes de enero cuando se derribó el tabique y se encontró todo este archivo. Se trata de “una de las habitaciones que anteriormente había sido utilizada como depósito de documentación por parte de Justicia”, manifestó Migallón.
No se ha podido conocer qué se encontró con exactitud hasta hace unos días porque el seísmo del 25-E impidió acometer el protocolo de actuación.
Según la historiadora, se desconoce quién lo hizo y por qué, lo que parece probable es que ocurriera en 1990. “Sólo se pueden hacer conjeturas al respecto. Es indudable que no fue la manera más ortodoxa de tratar la documentación, pero siendo positivos hay que agradecerle que lo hiciera, porque de este modo ha posibilitado que un volumen importante de documentación llegue hasta nosotros”, destacó Migallón.
La importancia de este “gran descubrimiento” es clara para la historiadora. “En estos últimos tiempos nos estamos acostumbrando a oir hablar de destrucción de patrimonio pero que ocurra lo contrario es una maravillosa noticia”, reflexionó.
Entre toda la documentación, ha aparecido algunos sobre la Junta de Arbitrios, primer órgano de gobierno de Melilla. Para Migallón, “el hecho de contar con los presupuestos de gastos e ingresos desde este año hasta prácticamente 1927 es muy importante para conocer el día a día de aquella Melilla que comenzaba a crecer y expandirse fuera de las murallas”.
Como dato curioso, la historiadora señaló que “es muy significativo” que los documentos del siglo XIX se han conservado mucho mejor que los modernos. “Algo tendrá su composición, que la humedad y los ácaros no le han atacado como al resto”, expuso.

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