Siempre que no se pueda ganar hay que intentar por lo menos no perder. Es una máxima que rige en el fútbol y que en esta ocasión el equipo que dirige Fernando Currás cumplió a rajatabla.
Sobre todo en un partido en el que de nuevo tuvo que sobreponerse a la adversidad de jugar con un hombre menos durante toda la segunda mitad del choque disputado en el anexo de los Juegos del Mediterráneo ante el filial de la UD Almería, además de no poder contar de inicio con Nando y tener que hacer frente a la inoportuna lesión de Hamin cuando apenas se había llegado al ecuador del primer acto.
El canterano Fatah, cedido por el club almeriense a la UD Melilla, se erigió en el protagonista de un partido que no pasará a la historia por el juego desplegado por uno y otro equipo. El central melillense conseguía en tiempo de prolongación el tanto de la igualada con el que ponía el broche de oro a una magnífica jugada de Chupe y a su gran actuación. De este modo el jugador reivindicaba más protagonismo en el conjunto azulino y de paso lanzaba un mensaje a los técnicos del club almeriense al que todavía pertenece.
El punto logrado tiene el valor añadido de haberse conseguido en un tiempo hasta ahora maldito para los norteafricanos y que puede suponer el de la inflexión. Puntuar en el tiempo añadido en una jornada en la que ninguno de los últimos nueve clasificados logró la victoria sirve para tomar algo de oxígeno de cara a recibir con otro estado de ánimo al Mérida, rival que visita el domingo el Álvarez Claro y ante el que los unionistas se la vuelven a jugar.
La expulsión de David Sánchez y la lesión de Hamin fue lo más negativo del enfrentamiento con el filial rojiblanco que vuelve a dirigir un año mas el que fuera técnico azulino Miguel Rivera. Mientras que en el otro lado de la balanza queda la satisfacción de comprobar que se puede confiar en los jóvenes canteranos. Pepe, Fatah, Pendu y Borja López, miembros del club de los sub 23, estuvieron a la altura requerida y supieron aprovechar los minutos de calidad que les dio Fernando Currás.
Ahora toca pasar página y centrarse en la final (una más) de este domingo. La UD Melilla no puede permitirse un nuevo traspiés ante un equipo diseñado para no pasar grandes apuros en su regreso a la categoría de bronce como es el cuadro emeritense. Toca regresar cuanto antes a la senda del triunfo para finalizar la primera vuelta con el mayor número de puntos posibles y evitar que la segunda ronda se convierta en una agonía permanente. Los azulinos están obligados a sumar de tres en tres y el Mérida, que encadena seis jornadas sin ganar, parece un rival propicio para iniciar la remontada en la clasificación.
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