El doctor Garrido aseguró a El Faro que la médico que fue absuelta por el Supremo por modificar supuestamente unos resultados analíticos fue víctima de una denuncia falsa.
El doctor Valeriano Garrido Torres-Pucho, que durante el 2007 fue presidente del Colegio de Médicos de Melilla, aseguró a El Faro que no hay dudas de que la doctora que fue absuelta por el Tribunal Supremo “es inocente” de las acusaciones que se realizaron sobre ella y que la llevaron a un juicio por supuestamente falsear unos resultados analíticos en el Hospital Comarcal de Melilla en el mes de abril de 2007. “Está claro y no hay duda de la inocencia de esta doctora, ya que la denuncia que sufrió fue falsa”, afirmó. Con ello, Garrido Torres-Pucho quiso matizar la información publicada en este periódico sobre esta resolución judicial y explicó que el juez del Supremo no pudo determinar que esta doctora fue la autora de los hechos que se denunciaron por la Dirección del Comarcal de aquel año “porque no hay pruebas de que esto fuera así”.
Garrido Torres-Pucho indicó que en la noticia que publicó El Faro el lunes 13 de febrero no se dejaba claro que esta doctora era inocente y por ello, aseguró que en la sentencia del Supremo se aclara que no hay pruebas por las que condenar a esta médico y que “está muy claro” que no realizó el cambio de los resultados analíticos que desde la Dirección del Comarcal del 2007 se alegaba en la denuncia.
También explicó que tan sólo hay una sentencia firme, que es la del Tribunal Supremo y que absuelve a esta doctora, ya que en este juzgado fue anulada la resolución de la Audiencia de Málaga que la condenaba a un año de prisión como autora de este supuesto delito de falsedad.
La denuncia
Garrido Torres-Pucho confirmó a El Faro que la doctora afectada por la denuncia de haber falseado los resultados analíticos de varios pacientes en el Comarcal tenía una mala relación con un compañero del área de Microbiología, área en la que trabajaba, y también con la Dirección de este hospital. Así, ella trabajaba en comisión de servicios, ya que tenía la intención de volver después de un tiempo a su ciudad natal. También informó de que una vez que el Comarcal decidió que no iba a renovar a esta doctora, a pesar de que sí hacía falta una persona en este puesto de trabajo, desde el Colegio de Médicos se solicitó a Ingesa que se continuara el contrato con ella.
Fue a partir de este momento, según indicó Garrido Tores-Pucho, cuando se alegó desde la Dirección del Comarcal que esta doctora había falseado 16 resultados analíticos con el objetivo de justificar ante el Ingesa que no se le renovase su contrato.
Así, describió la indefensión que sufrió esta sanitario y la rabia al saber que ella no era la culpable de falsear esos resultados.
Otro de los aspectos comentados por el expresidente del Colegio de Médicos de Melilla fue que la denuncia estuvo tres años sin que ningún juez o fiscal se hiciera cargo del caso, hasta que llegó a la Audiencia de Málaga “donde no tuvieron en cuenta los datos y las pruebas que se aportaban”, según apuntó.
Como ejemplo de ello, aseguró que no se contrastó la información aportada, ya que en el informe sobre este hecho que realizó el Hospital se decía que la modificación de los resultados se realizó a primera hora de la mañana del día siguente al que estuvo ella en la sala de Microbiología.
Garrido Tores-Pucho afirmó que esta doctora estuvo durante quince minutos en la sala en la que se realizó el falseo de los resultados de estos análisis para recoger unos libros y una documentación privada que tenía en el ordenador desde que el se denunciaba que se había realizado esta modificación. En palabras del doctor, quince minutos era muy poco tiempo para modificar 16 resultados y además, estaba comprobado que la validación de estos documentos se realizó al día siguiente. Fue un compañero quien alegó que se habían modificado los resultados y que los había corregido antes de que se dieran por válidos para evitar que esto pudiera llevar a un diagnóstico y tratamiento erróneo para algún paciente, comentó.
Garrido Tores-Pucho también dijoque las cámaras de seguridad fallaron en esa sala y que este mismo compañero de la doctora estuvo en la misma sala que ella cuando estuvo en el ordenador, pero que ese dato no fue indicado por la Dirección del Comarcal.
Por otro lado, apuntó que para acceder a los resultados que supuestamente fueron modificados hacía falta una contraseña, “que la doctora no tenía”. Además, aseveró que el microbiólogo que se dio cuenta de los cambios en los análisis dijo que fue al contrastar los resultados del ordenador con los reales que tenía en una libreta apuntada cuando se percató de este hecho. Sin embargo, matizó que en ningún momento el Comarcal aportó esta libreta como prueba durante ningún juicio.
Sí confirmó que la doctora estuvo en esa sala y en el ordenador donde se realizaron las modificaciones de los análisis, pero que los cambios se produjeron en la mañana del día siguiente, por lo que no fue ella quien realizó este falseo de los datos.
Por último, subrayó que una vez que se dictaminó la inocencia de esta doctora por la resolución del Supremo, llegó a plantearse la posibilidad de denunciar a la Dirección del Comarcal del año 2007 por realizar una denuncia falsa, pero que al estar prescritos los delitos no iba a emprender ninguna acción legal más.
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