“Esta Caperucita es un homenaje a todos los contadores de historias”

El Kursaal acoge hoy y mañana la representación de una adaptación del cuento clásico de Caperucita Roja, dirigida por Roberto Berrío, de la compañía La Ratonera, que estará en Melilla por segunda vez.

La compañía de teatro La Ratonera estrena hoy en el teatro Kursaal ‘Caperucita, el cuento musical de la capa roja’, una adaptación del clásico relato infantil con el que tratarán de sorprender a los espectadores. El director y coautor de la obra, Roberto Berrío, destaca que los espectadores se llevarán algunas sorpresas durante el espectáculo, aunque asegura que han tratado de ser fieles a la historia original. La primera representación será hoy a las 19:00 horas, y habrá una segunda función mañana a la misma hora . –¿Cuándo se estrenó la obra y como ha funcionado hasta ahora? –Acabamos de cumplir un año en los escenario con esta Caperucita. Estrenamos la obra el 17 de diciembre de 2011 en el teatro Príncipe de Gran Vía y la verdad es que hasta el momento ha tenido muy buena acogida y estamos muy satisfechos con la respuesta del público, tanto en Madrid como fuera. –¿Qué se encontrarán hoy los espectadores que acudan al teatro a ver la obra? –Los espectadores tienen por un lado a los personjes del cuento original, pero al mismo tiempo hemos querido enriquecer la obra con tres nuevos personajes. Valentina, Hugo y Bruno son tres buscadores de objetos perdidos de los cuentos que encontrarán la capa roja de Caperucita. A través de este espectáculo queremos hacer un pequeño homenaje a todos los que cuentan historias, pero no sólo a los que lo hacen de forma profesional, sino a todos aquellos que dedican algún momento del día a contar una anécdota o algo que les ha pasado. Y especialmente queremos que sea un homenaje para los abuelos, que han despertado en tantos de nosotros la capacidad de soñar e imaginar. –Roberto ¿Cómo son estos tres personajes que aparecen en esta adaptación? –Valentina, Hugo y Bruno son tres adultos, pero que han decidido mantener la ilusión y la esperanza de los niños. Por esta razón deciden dedicar su vida a buscar los objetos de los cuentos. En el fondo lo que tratan de demostrar en que para que los cuentos no mueran hay que seguir contándolos. Con esta adaptación de la obra hemos querido llegar un poco más al interior de este cuento. Los espectadores se encontrarán con un lobo que no es exactamente igual que el que todos conocemos o con una abuela algo original. Mostramos otra cara de los personajes de siempre, pero sin perder nunca el trasfondo del cuento original. –¿Qué diferencias hay entre el público infantil y el adulto? –No podría decir si el público infantil es más difícil o más fácil de atraer que el adulto, pero lo que sí tengo claro es que es más sincero. Si a un niño no le gusta lo que está viendo se levanta y se va porque se aburre. Por esto es muy importante que cuando hacemos teatro familiar no nos olvidemos de que los niños también saben interpretar lo que están viendo y no caer en pensar que podemos contarle cualquier bobería. Es difícil captar su atención, pero si cuentas una historia que les guste ellos disfrutan de verdad. –¿Es importante atraer a los más pequeños al teatro? –Nuestra intención es siempre que las obras que hacemos sean no sólo para los niños sino también para los adultos. Queremos hacer un teatro familiar en el que tanto abuelos como padres y niños puedan disfrutar, aunque cada uno saque una lectura distinta de la obra. De hecho, casi siempre hay adultos que acuden al teatro solos sin los niños. Respecto a lo de atraer a los niños al teatro, nosotros no creemos que los pequeños sean el público del futuro, sino que ya son un público en el prestente. No obstante, somos conscientes de que tenemos una gran responsabilidad para lograr que se creen aficionados al teatro, pero no sólo con los niños, sino también con los adultos que acuden con ellos. Muchas compañías que hacen teatro infantil caen en el error de pensar que a los niños se les puede entretener con cualquier cosa y se equivocan. La gente hace un gran esfuerzo para acudir al teatro y nuestra obligación es intentar darles lo mejor cuando salimos a escena. –Hablaba de que con esta obra se quiere homenajear a los ‘contadores de historias’. ¿Están los niños de hoy en día interesados en escuchar lo que les cuentan sus abuelos o sus padres? –En la sociedad actual la gente cada vez cuenta menos historias, pero el problema no está en los niños, el problema está en los adultos que ya no encuentran un hueco para pararse a hablar. Los niños casi siempre están dispuestos a escuchar. Nosotros lo vemos en el teatro, cuando se les cuenta una historia que les interesa ellos permanecen atentos y están abiertos siempre a conocer cosas nuevas. Somos nosotros los que ya casi nunca tenemos tiempo de contar nada. –¿Es la primera vez que La Ratonera está en Melilla? –No, es nuestra segunda vez en la ciudad. Estuvimos aquí hace un par de años con ‘Chiquitina’ , una obra musical, también de carácter familiar. La verdad es que quedamos muy contentos con la acogida que tuvimos y el público se mostró muy implicado, así que estamos encantados de volver a la ciudad con un nuevo montaje. Esta será una de las últimas paradas de la gira que estamos haciendo, la siguiente actuación será en Alicante y ahí haremos un breve parón antes de seguir llevando esta Caperucita a otros rincones del país.