La españolidad de Melilla

Hoy celebramos el Día de España. Es la fiesta nacional para todos los españoles menos para quienes se sienten otra cosa distinta y que están abocados al más absoluto de los fracasos. El otro día, en la Asamblea de Melilla, no se debatió al final una moción de Vox para que se reafirmara la españolidad de nuestra ciudad.

Que somos españoles no es una cosa que tengamos que repetir todos los días. Lo somos al igual que lo malagueños, los madrileños, los alicantinos o los conquenses. Por supuesto, que todos sabemos que sobre nuestras cabezas tenemos una espada de Damocles como es la reivindicación permanente de Marruecos, que duerme ahora mismo el sueño de los justos, pero que cualquier día, ojalá que nunca se produzca, volverá a ser primera página de los diarios marroquíes. No olvidemos nunca que esa arma es esgrimida por el Gobierno del vecino país cuando quieren despistar, de alguna manera, de cualquier problema interior. Es una medida utilizada por muchos regímenes, no precisamente los democráticos, que cuando pretenden que la población no esté atenta a graves problemas internos les despistan con algaradas exteriores. En nuestro país, con anterioridad a la democracia, hemos vivido muchos episodios de ese tipo, incluidas las conspiraciones judeomasónicas.

Entiendo y soy partidario de ello de mensajes de españolidad, de reivindicación de nuestras raíces cuando existe algún atisbo de contestación hacia el exterior. Porque en una de las pocas cosas es que todos estamos de acuerdo es que somos españoles y que en ese patriotismo se ha basado la historia de Melilla en sus más de quinientos años de unión con la Corona de España. Pero hacerlo en instantes donde nada existe en el horizonte es quemar cartuchos que no merece la pena.

Y esa propuesta presentada por Vox es una de esos cartuchos que se utilizan para espolear sentimientos patrióticos que, ahora mismo, no están en juego y ni siquiera en peligro. Por supuesto que ese tipo de mociones forman parte del ADN del partido liderado por Santiago Abascal, pero no es nada bueno buscar problemas donde no los hay. De ahí que me parece muy bien la postura adoptada por el resto de las formaciones políticas que prefirieron dejarla encima de la mesa. Ni era el instante ni el momento.

Vuelvo a repetir que hoy celebramos el Día de España. Y en ese desfile ante Sus Majestades los Reyes de España tendremos una representación de nuestra ciudad a través del Grupo de Regulares número 52. Ahí está una parte de Melilla en las calles de Madrid para que sean aplaudidos por parte de los miles de personas que estarán a un lado y otro de la vía por la que transcurrirá el desfile.

Precisamente, porque Melilla es uno de esos lugares de nuestro país donde la españolidad se vive en el día a día, en cualquier acción que se desarrolla, no merece la pena, vuelvo a repetir, el quemar cartuchos y menos utilizando los intereses partidistas por encima de los intereses personales. La españolidad es una cosa muy seria para jugar con ella.

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