El periodista Tom Burns y Carlos Espinosa de los Monteros, alto comisionado de la Marca España, reflexionan sobre las oportunidades económicas y la imagen que proyecta el país.
La crisis económica ha arrasado empresas y ha expulsado a las listas del desempleo a millones de trabajadores, pero el vendaval, una vez superado, depura estructuras anquilosadas y abre nuevas sendas. Ese mensaje, entre otros, desplegaron ayer sobre la mesa en Melilla Carlos Espinosa de los Monteros, alto comisionado de la Marca España, y el periodista y ensayista Tom Burns Marañón, protagonistas de la jornada 'Cambios en la empresa española desde el inicio de la crisis y oportunidades de futuro'. El primero, al que el Gobierno colocó hace un año al frente de la institución que trata de proyectar la imagen de un país dinámico y activo, insistió además en la necesidad de que los propios españoles asumamos que integramos uno de los países punteros del planeta. Presentados por el presidente de Promesa, José María López Bueno, y moderados por Francisco Cabrera, ambos entablaron un diálogo presidido por conceptos como crisis, valor o imagen.
Burns Marañón, nieto de Gregorio Marañón y corresponsal de varios medios internacionales, hizo una lectura de la crisis en la que advirtió de que “hemos pasado de la codicia al miedo”, representando por los fantasmas de la prima de riesgo y la intervención de la economía nacional. “Lo peor parece haber pasado”, auguró, pero alertó de que las transformaciones son imparables. Entre ellas, citó una nueva mentalidad empresarial “más comedida, sin las locuras de otras épocas”, pero sobre todo con vocación internacional. Y citó ejemplos, como el de una firma sevillana que fabricará pistas de hielo en Miami, otra de Burgos que triunfa con envasados al vacío en EEUU o una gaditana que inaugura plantas de fibra de carbono al otro lado del Atlántico. “Son oportunidades que hay que aprovechar”, recomendó ante un auditorio repleto de empresarios, entre ellos su presidenta en Melilla, Margarita López de Almendáriz.
A Espinosa de los Monteros le tocó colocarse al otro lado del espejo para constatar, a través de su experiencia, cómo nos ven desde el exterior. Y en ese punto fue tajante: la imagen que proyectamos más allá de nuestras fronteras es más exitosa que la que percibimos desde el interior. Lo achacó a que quizás estemos “en una fase de pérdida del orgullo de pertenencia”, motivo que puede estar detrás de que no valoremos que, por ejemplo, empresas de este país construyen la alta velocidad entre La Meca y Medina, el segundo canal de Panamá o el Metro de Seatle.
“Fuera”, insistió, “lo saben y nos valoran incluso más de lo que lo hacemos nosotros mismos”. Pese a todo, España no ocupa, a su juicio, la posición que debería en el ideario mundial tras los méritos contraídos durante las dos últimas décadas y media. “No hemos sabido vendernos bien”, lamentaba. Y ésa es la batalla que desde Marca España libra todos los días: lograr que España sea reconocida en todo el planeta por ser líder en donación de órganos y potencia de la alta cocina, no por los escándalos de Bárcenas que, aseguró, “sólo ocupan tres líneas en el ‘Financial Times’. Pero “la imagen se teje y se desteje a diario”, por eso alertó de que “un diputado andaluz llevándose comida de un supermercado”, en alusión a Sánchez Gordillo, “también destruye la Marca España”.
La oportunidad de “monetizar” la fusión de Melilla
Tanto Burns como Espinosa de los Monteros coincidieron en un punto: en un mundo globalizado y presidido por la fuerte competencia, cualquier valor añadido debe explotarse a favor. Y Melilla, aseguraron, debería vender en el exterior “el cruce de culturas, la convivencia que es aquí modélica”, hasta el punto de transformarla en productos que permitan “monetizar” su singularidad. Dicho de otra forma, traducir sus peculiaridades positivas en negocio y euros. “Melilla es tierra de encuentro y fusión, es la Toledo del siglo XXI y eso es una gran oportunidad. Ese gran activo debería ponerse en valor, ya sea a través de la música, de la gastronomía...”, recomendó Burns.