El Ministerio del Interior decidió ayer mantener el actual nivel de alerta antiterrorista en el 4 de una escala de 5, ya elevado pero que tras la masacre del viernes en París, se reforzará con más vigilancia en “ciertas áreas y ámbitos” que el Gobierno no ha querido desvelar por “prudencia”.
Tanto la Comisión de evaluación de la amenaza, que reunió ayer en Interior a los máximos responsables de la lucha antiterrorista, como el Consejo de Seguridad Nacional analizaron los datos de los expertos y llegaron a la conclusión de que no es necesario elevar al máximo la alerta, lo que hubiera supuesto la participación del Ejército en los dispositivos de seguridad.
Si el nivel 5 no se ha activado es porque los servicios de Información no han detectado la inminencia de un atentado en España, pero los ataques simultáneos en París, donde han fallecido al menos 127 personas, han llevado a las autoridades a dar un paso más y acordar un refuerzo de la vigilancia.
Pero el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, prefirió ayer ser “prudente” y no desveló en qué se traducirá ese refuerzo, que completará las medidas de control y seguridad activadas desde junio pasado, cuando se decretó el nivel 4.
No sólo las calles y carreteras han visto incrementada la presencia policial desde los atentados de junio de París, Túnez y Kuwait, sino las infraestructuras críticas como puertos, aeropuertos, estaciones ferroviarias, centros comerciales y otros lugares públicos de aglomeración de personas.
Probablemente, ese refuerzo de los controles se produzca sobre todo en los medios de transporte, que ya están siendo intensamente vigilados por las fuerzas de seguridad.
La disposición a perpetrar acciones terroristas se ha constado en conversaciones intervenidas a detenidos en La Cañada Real (Madrid), en las que partían de la creencia de que había llegado ya “el Día del Juicio Final” y, con él, la hora de volver “a las espadas”.