Melilla encadena ya seis jornadas sin que se registre un nuevo caso de COVID-19. Los datos de la ciudad siguen siendo buenos y despejan el camino para pasar la fase 3 de la desescalada.
Poco a poco vamos conociendo como será la ‘nueva normalidad’, que restricciones habrá y que medidas sanitarias se implementarán en los diferentes ámbitos de la vida.
Ayer, por ejemplo, se ultimaba la adaptación del aeropuerto que en no mucho tiempo volverá a abrir sus puertas para retomar las conexiones aéreas con la península.
También, se van preparando diversos sectores para poder cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Uno de los que más preocupa es el de la educación. Mantener la seguridad en las aulas será uno de los principales objetivos que se ha marcado el Gobierno para evitar un rebrote del coronavirus.
Por desgracia, las altas ratios que padecemos en la ciudad desde hace mucho tiempo harán más complicado cumplir con las exigencias sanitarias. Nuestras clases tienen más niños que las de otras regiones y eso va provocar que el distanciamiento social entre alumnos sea más complicado. Habrá que distribuir al alumnado y puede que se tenga que recurrir a clases online en algún momento, si no se encuentran espacios suficientes para acomodar a todos los estudiantes.
Educación se enfrenta a un reto importante pero la salud deber primar por encima de otras consideraciones. Habrá que trabajar con el resto de administraciones para lograr que los niños acudan a las clases con las mismas medidas de seguridad sanitaria que el resto de estudiantes del país.