Pilar Parra quiere lograr que la dársena sea la que más crezca en la próxima década. No es de esas personas que preguntan cómo ha salido en la foto. Se le ve prudente y segura. A sus 32 años es la primera mujer que dirige la Autoridad Portuaria de Melilla. Ella ha hecho carrera en la empresa y sabe de qué va la cosa. No lo tiene fácil.
–En su presentación dijo que su objetivo es mantener los buenos datos del Puerto e, incluso, mejorarlos. ¿Cómo cree que se puede mejorar un superávit de 6,3 millones en tiempos de crisis?
–En los últimos años hemos crecido de forma espectacular en todos nuestros tráficos y en los peores momentos de la crisis hemos obtenido los mejores resultados de la historia del Puerto. Esto se ha conseguido trabajando mucho para lograr una gestión cada vez más eficiente de nuestros recursos.
Éste es nuestro punto de partida y éste será nuestro ejemplo a la hora de adoptar medidas que nos lleven a mejorar los resultados económicos y los tráficos en el Puerto de Melilla en el futuro. Nuestro objetivo es tratar de mejorar la calidad en la gestión y profesionalizar la prestación de servicios para diferenciarnos respecto a los puertos competidores, siendo muy rigurosos en la contención del gasto. Como consecuencia de esto se sientan las bases para encarar el presente con confianza y el futuro con ilusión.
–¿Estos resultados positivos están “maquillados” por el Fondo de Compensación? ¿Qué le parece que se incluyan en el balance de los números del Puerto?
–Los resultados económicos marcan con claridad los beneficios que corresponden a la propia gestión interna del Puerto y aquellos que se derivan de las ayudas que el Fondo de Compensación Interportuario da anualmente al Puerto de Melilla. Es importante destacar que los ingresos del Fondo de Compensación Interportuario vienen determinados como ingresos ordinarios, compensando bonificaciones que se aplican en puertos como el de Melilla y que vienen establecidas por ley. Aún así, este año el Puerto de Melilla ha obtenido un resultado positivo sin contabilizar las ayudas recibidas del fondo. Los de este año son, pues, los mejores resultados de la historia del Puerto, con independencia de la ayuda recibida por el Fondo de Compensación.
–¿Qué cambios notará el Puerto de Melilla bajo su dirección?
–Tras muchos años mejorando todos nuestros resultados es difícil marcar otros objetivos que no sean el crecimiento continuo del Puerto y lograr la excelencia en nuestros servicios. Crecimiento y calidad son mi compromiso. Para ello cuento con el apoyo, la entrega y la profesionalidad de todo el equipo que forma la Autoridad Portuaria. Como comprenderá, siendo el segundo Puerto en crecimiento en la última década de todo el Estado español, la única posición que nos queda es la de ser los primeros en los próximos diez años. A ello dedicaré todos mis esfuerzos.
–¿Seguirá adelante con el proyecto de ampliación del Puerto? ¿Usted cree que es viable?
–El proyecto de ampliación del Puerto debe ser una aspiración de todos los melillenses y no exclusiva de la Autoridad Portuaria y así lo recoge el Plan Estratégico de la Ciudad y el Plan Estratégico del Puerto. Es obvio que el momento que atraviesa España no es el mejor económicamente. Sin embargo, un proyecto de tal envergadura, con la consiguiente atracción de inversión de capital privado, nacional o internacional, no sólo es viable sino que sería un impulso muy importante para la economía local y para desarrollo social y económico de Melilla. Es un proyecto para todos en el que debemos estar todos.
–¿Tiene sentido un macropuerto en Melilla junto al megapuerto que Marruecos quiere construir a treinta kilométros de Nador?
–Nuestros objetivos han de ser los de competir en las mejores condiciones posibles. Ser un puerto español y europeo son ventajas con las que no cuentan nuestros vecinos de Marruecos. Ser mejores y más seguros es una ventaja a la que no podemos renunciar.
–¿Tiene algún proyecto en mente que adelante a El Faro?
–Desde luego que los hay, pero las actuaciones en puertos se diseñan en diferentes instrumentos de planeamiento (Plan Estratégico, Plan Director, DEUP y Plan Especial), que se traducen en un Plan de Inversiones que recoge nuestros proyectos y que es elaborado por el equipo de la Autoridad Portuaria, discutido con Puertos del Estado y aprobado por nuestro Consejo de Administración.
Hay proyectos e ideas, pero me permitirá que antes pasen los filtros del sistema portuario y cuando sean una realidad se pongan en conocimiento del público.
Soy consciente de estar ante una organización que requiere una gestión profesional y una rentabilidad económica. En ello me voy a esforzar, pues al fin y al cabo esto redunda en un incremento de inversiones en la ciudad que contribuyen tanto a la creación de empleo como al desarrollo social y económico de Melilla.
–A nivel personal, coméntenos qué le pasó por la cabeza cuando le anunciaron la posibilidad de ser la directora de la Autoridad Portuaria de Melilla. ¿Hay más mujeres directoras de puertos?
–Pues un doble sentimiento. Por un lado una profunda ilusión por lo que significa como reto personal y profesional y, por otro, la gran responsabilidad que supone dirigir un Puerto como el de Melilla, que cierra este año con unos resultados nunca antes obtenidos y que es tan importante para la economía de la ciudad.
Respecto a su segunda pregunta, en la actualidad hay tres mujeres más dirigiendo puertos españoles. Se trata de un sector en el que tradicionalmente sólo había hombres, pero si bien es cierto, que aunque lo considero algo meramente anecdótico, es un orgullo ser la primera mujer directora de la historia del Puerto de Melilla.
–¿Qué cree que será lo más difícil de su trabajo?
–No considero que haya retos imposibles. Sí, en la consecución de los mismos, a través de la máxima dedicación y esfuerzo posible. Ilusión, trabajo y constancia son, y deben ser, nuestras herramientas para afrontar los retos que tenemos como Puerto.
El Puerto ha de seguir siendo el motor del desarrollo económico de la Ciudad Autónoma de Melilla y su entorno. Para eso cuento con un brillante equipo, formado y capacitado para que consigamos todo lo que nos propongamos.