Editorial

Es el momento de dar explicaciones

Ha llegado el momento de que el director territorial de Ingesa, el socialista Omar Haouari, explique en el juzgado la presunta sustracción por su parte de documentos que se encontraban en el despacho del gerente del Hospital Comarcal, al que cesó de su cargo al día siguiente de que las cámaras de seguridad lo captaran entrando en esas dependencias.

Era mayo de este año cuando se producía esa supuesta sustracción de la que esta mañana deberá responder ante el juzgado instructor tras la demanda interpuesta por el exgerente, José Antonio Martínez Peña, que fue sustituido en el puesto por Elisa Perlado, también destituida meses después por circunstancias que aún no se han esclarecido.

Los médicos en huelga esperan que Haouari dé hoy toda clase de explicaciones ante el juez y siguen calificando como “injustificados” ambos ceses de los dos gerentes que, según dijeron en su momento tanto la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, como la secretaria general del PSOE, Gloria Rojas, serían debidamente explicitados por el director territorial.

Sin embargo, a mediados de septiembre todavía Haouari no ha dicho esta boca es mía con respecto a esas destituciones, que en su día causaron un enorme descontento entre los sanitarios. No en vano, la propia Elisa Perlado lo demandó por despido improcedente y siempre planeó sobre ese cese una denuncia de una de las trabajadoras del Hospital Comarcal contra el responsable de Ingesa por presunto acoso laboral.

El caso es que ni Haouari ni sus valedoras Sabrina Moh y Gloria Rojas han querido dar la cara ante los ciudadanos para explicar éstas y otras cuestiones que siguen sin aclararse, como por ejemplo los supuestos sobrecostes pagados por material para el nuevo hospital.

Y mientras se sigue a la espera de que quieran informar y justificar estas acciones polémicas a los contribuyentes melillenses, la huelga de los médicos cumple más de seis meses. Lo peor de todo es que tampoco tiene visos de que se vaya a solucionar a corto ni medio plazo.

¿Quiénes son los que sufren las consecuencia de todo este maremágnum de disparates que ocurren en el Ingesa? Pues los pacientes, los sufridos ciudadanos que ven cómo le anulan su cita médica, retrasan su operación o no se les atiende como merecen aunque sostengan con sus impuestos la sanidad pública.

Los melillenses debemos exigir de una vez y por todas que el Ingesa se siente con los médicos, que negocien, que se busque una solución viable para todas las partes y que se acabe por fin esta situación. Decía recientemente una señora que le daba pánico ponerse enferma en Melilla a la vista de las circunstancias. Hay que pedir con contundencia que se acabe de una vez con todo esto y que los ciudadanos melillenses puedan volver a confiar en su sanidad pública.

 

 

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