LO dijo en un comunicado el Colegio de Médicos de Melilla, pero ningún político salió a dar explicaciones. La doctora del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) alertaba del descontrol sanitario que llevaba a positivos en COVID-19 a convivir con personas sanas, haciendo uso de lugares comunes e incluso compartiendo estancias para dormir o comer.
Como no tenemos capacidad legal para prohibirles salir del CETI, los contagiados siguieron haciendo vida normal, como si el coronavirus fuera un catarro más. Se paseaban (y pasean) por la ciudad como si tuvieran orientación de buscar la inmunidad del rebaño.
Lo más cercano a una crítica por lo que estaba sucediendo se lo escuchamos al presidente Eduardo de Castro cuando, a raíz de la polémica por el traslado de los positivos del CETI a Altos del Real, dijo que también él se tropezaba con los migrantes del Centro Temporal en las inmediaciones de la Asamblea.
Ahora, por fin, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sociosanitarias, viene, desde Madrid, a certificar lo que nos dijo a primeros de mes el Colegio de Médicos: que la propagación del virus por toda Melilla se debe al foco del CETI.
Dijo Simón, además, que la situación “es controlable” cuando tenemos ya medio millar de contagiados y el número de positivos no deja de crecer. No sé si creerle.
Hemos asistido a una polémica estéril sobre la ubicación de los contagiados por coronavirus en Altos del Real, como si éste fuera el único centro COVID de la Ciudad. Hay otro en Polavieja y los vecinos no han salido a montar un pollo en la calle. Y digo esto, pese a que defiendo el derecho a manifestarse y a protestar por aquello que nos perjudica en lo personal o en lo colectivo.
A lo que me refiero es que la polémica debió centrarse no en el lugar de acogida de los positivos sino en la necesidad de recluir a los enfermos para evitar que el virus siga expandiéndose por nuestra ciudad. Sobre esto no hemos debatido. Tampoco sobre la responsabilidad política de este descontrol.
Con el cuento de que el CETI depende del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la Ciudad no nos ha rendido cuentas de la dejación de sus competencias en materia de estudio, vigilancia y análisis epidemiológico.
El doctor Simón decía, a preguntas de El Faro, que la situación es controlable, pero una vez más se salta lo más importante: no nos explican cómo. ¿Qué se está haciendo para controlar la pandemia en Melilla? El que lo sepa, que levante la mano y abra la boca, porque los ciudadanos no tenemos ni idea.
Decía el PP, con ironía, que hemos encomendado al destino y a la ciudadanía el control de la segunda ola de la pandemia y por ligera que parezca la afirmación, lamentablemente es cierta. Ha estado fina la diputada María del Mar Alfaya en su nota de prensa dedicada, por otra parte, casi en exclusiva, a atacar a De Castro como si él fuera el Sars COV 2.
Su único apunte interesante ha sido, sin duda, el referente al factor destino. Es justo lo que venimos diciendo. El Gobierno español, de quien depende la Sanidad en Melilla, ha apostado ‘sotto voce’ por la inmunidad de rebaño, pese a que Boris Johnson demostró en Reino Unido que es una locura y que nuestro sistema sanitario no está preparado para hacerle frente porque llevamos años recortando en Sanidad.
De hecho, el coronavirus llegó cuando aún no habíamos recuperado todo el dinero que se dejó de invertir durante la crisis económica, entre los años 2009 y 2014. Nos faltan médicos, enfermeras y maestros para desdoblar clases y no tener a los niños hacinados en clase en plena pandemia que, como no podía ser de otra manera, también nos pilló con las ratios en los colegios por las nubes.
Tan mal andamos de profesores que nos cuentan que en el Instituto Miguel Fernández los alumnos van a clases y se quedan solos en las aulas, “pasan horas seguidas mirando a la pared sin profesores”, se queja un padre a El Faro. Y no es un hecho puntual. Un día pierden dos horas, otro día pierden tres o cuatro… ¿Y nos preguntamos por qué tenemos tanto fracaso escolar? ¿Alguien desconoce el porqué nuestro nivel académico no está entre los mejores de España?
Así no se puede avanzar. No creo que tengamos una tara que nos diferencie del resto de españoles. Tampoco creo que lo que ha pasado aquí sea cuestión de dinero, porque durante años hemos manejado presupuestos que sonrojan. Nuestro problema es que no tenemos suerte con los gestores de lo público. No sabemos elegir. Fallamos en las urnas y los errores se pagan.
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