Editorial

Era de sentido común

Los trabajadores transfronterizos que hayan cotizado en España y tengan reconocido su derecho a la pensión contributiva, por fin podrán cobrar su paga sin necesidad de tener que cruzar a Melilla. Es un trámite rutinario que por desconocimiento muchos no han hecho y eso ha provocado que hayan estado durante dos años sin poder percibir sus pensiones.

Estas personas desconocían los requisitos para poder cobrar en su país de residencia, que son tan fáciles como comunicar a la Seguridad Social un nuevo número de cuenta en Marruecos donde ingresarle su dinero. Y, además, puede solicitarse telemáticamente por lo que no necesitan personarse en las oficinas para realizar el cambio.

Es muy triste pensar que existan jubilados, con una tarjeta de banco español en Melilla, hayan estado más de dos años sin cobrar porque no podían pasar a la ciudad, ni conocían siquiera que tenían el derecho a cambiar el número de cuenta para que se les ingrese la pensión.

Han estado durante muchos años trabajando en los sectores menos cualificados y levantando la ciudad por sueldos humildes y, a la hora de la verdad, se les ha fallado.

Nadie se acordó de ellos ni de informarles sobre cómo podían acceder a sus pagas. Es muy triste pensar que han tenido que pasar dificultades económicas, que a saber qué les han supuesto en su vida diaria, y que lo han hecho sin necesidad alguna.

Estamos hablando de personas muy humildes, de baja cualificación profesional y escasa formación académica (si es que tienen alguna), que carecen acceso a las nuevas tecnologías, que no podían consultar una web ministerial para conocer sus derechos. Eso hace aún más sangrante la situación que se han visto obligados a vivir después de toda una vida trabajando.

¿Por qué nadie se preocupó de ellos, por qué no se arbitró alguna medida para que supieran cómo podían actuar para solucionar su problema? La Seguridad Social debió informar de los trámites para cambiar el número de cuenta desde el inicio de la pandemia. Duele pensar que dos años después haya pensionistas que siguen sin tener acceso a lo que les corresponde.

Afortunadamente, no todo lo que mal empieza, mal acaba. Ahora se ha sabido que todos esos transfronterizos tendrán la oportunidad de disponer de sus cuentas en los bancos marroquíes, donde la Seguridad Social española depositará sus pensiones contributivas una vez que se haya tramitado el cambio de cuenta.

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