Entrevista al nuevo director provincial de Educación: “Hay 199 aulas en colegios de Melilla que superan el 10% extra de alumnos que permite la ley”

El director provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, lleva unas semanas al frente de esta área en la que gestiona 22 centros y unos 19.000 alumnos. Tiene muchos retos sobre la mesa, como la construcción de centros educativo, el abandono escolar o la elevada ratio de alumnos por aula. Afirma que escuchar a los docentes y hacer protocolos para situaciones de violencia en las aulas serán algunas de sus políticas.

–¿Qué lleva a un director de un instituto a meterse en política?

–Es una pregunta que me planteo muchas veces (risas). ¿Por qué acceder a un puesto de mayor responsabilidad cuando el centro que diriges está bien, tiene buena prensa y en los resultados de las pruebas de evaluación externa sale bien parado? Pues para salir de la zona de confort. Llevaba ya once años en equipos directivos y no hay misterios más allá en este tema dentro de un centro educativo. En cambio, esta Dirección Provincial es un reto. También es verdad que en el poco tiempo que llevo en el cargo me voy dando cuenta de aspectos que siendo director de un centro no lo percibes. De la misma forma que el que nunca ha pertenecido a un equipo directivo de un centro cree que el director no hace algo porque no quiere y muchas veces es porque no tiene herramientas, no es el momento o hay otros aspectos que son más urgentes. Lo mismo me ocurre al llegar aquí. Aquí eres director de 22 centros educativos y no de uno solo. Es bastante más complejo con casi 1.400 profesores y 19.000 alumnos. Es una gran empresa.

Además, educación es un tema sensible que afecta a una comunidad muy amplia. Son muchas las familias que tienen hijos en edad escolar. La enseñanza es un tema social que preocupa a todo el mundo y todos queremos lo mejor para los niños, los docentes desean lo mejor para sus condiciones laborales y el ministerio piensa en lo mejor para optimizar el esfuerzo económico… Es un puesto que lleva acarreada mucha presión.

–¿Es una patata caliente?

–En época de carestía económica sí es una patata caliente. En época de bonanza económica no tanto. Ahora mismo tiene más rasgos negativos que positivos, pero hay que saber lidiar con esos aspectos que nos gustarían que fueran de otra manera si hubiera más margen económico. Pero no lo es y hay que adaptarse a ella.

Debemos buscar estrategias para que los docentes estén mejor en su puesto laboral, aunque no se puedan reducir las horas de clase como antes de la crisis. No obstante, es una petición que se está estudiando. Pero claro, esto siempre depende de un aumento de presupuesto. Si a un determinado colectivo le vas a reducir dos horas lectivas, significa que precisas un 10% más de profesorado. La Dirección General de Evaluación lo mismo lo ve bien, pero luego llega el área de Presupuestos que dice que no porque nos tenemos que apañar con una cantidad económica determinada para el año.

–Una lucha que tiene el director provincial de Educación es que Madrid comprenda las necesidades específicas de Melilla. ¿Cree que las negociaciones serán complicadas?

–Madrid tiene que comprender que somos la población más joven de España junto con Ceuta. En Madrid piensan a veces que las cifras están maquilladas en cuanto a la ratio tan elevada que se les manda. Pero no es así en absoluto. Es difícil de comprender cómo en otras autonomías se adaptan a ratios de alumnos por clase de menos de 25 estudiantes y en cambio, en nuestra ciudad hay 199 grupos de Infantil a Primaria que superan el 10% extra de escolares que permite la ley (la normativa es flexible en ese porcentaje si es por necesidades de escolarización). Es un número considerable de menores. Además, las cifras en Secundaria no mejoran ni en Bachillerato. Hay aulas con 38 y hasta 40 alumnos en algunos grupos que son muy demandados.

También el problema es la falta de instalaciones. El último centro que se construyó en Melilla fue el Pedro de Estopiñán. Además, los institutos y los colegios tampoco están preparados para albergar a 35 o 40 alumnos. Están muy saturados dentro del aula y eso hace que también se genere una tensión en el día a día a la hora de impartir clases. Si estás en un grupo muy masificado, en el momento en el que hay varios alumnos charlando, es un murmullo que distrae.

–¿Qué propuestas va a llevar a Madrid? ¿Qué objetivos son los prioritarios para esta nueva dirección provincial?

–En Primaria estamos estudiando, y se ha pedido en los presupuestos, hacer una barriga, es decir, desdoblar grupos en algunos cursos. Con eso se consigue suavizar en esa línea y bajar la ratio de escolares por aula, donde, por la razón que sea, se han quedado más alumnos, por ejemplo, al no superar el curso, porque haya más matriculaciones, por más necesidades o por más demanda, intentar bajar la ratio de alumno por aula. Pero son soluciones puntuales en centros específicos. Esto no arregla la situación.

Para que la ratio baje hay dos factores y sólo uno depende del Ministerio de Educación que es construir nuevos centros y agilizar en todo lo que se pueda la obra pública. Y el segundo factor, que es exógeno, es que baje la tasa de natalidad. No obstante, cuando se miran los datos de nacimiento en la ciudad sabemos más o menos el número de niños que habrá en tres años en Infantil en las aulas.

Además, tenemos que trabajar intensamente en el área de Infantil, sobre todo, en los tres años. Estamos a la cola de escolarización a esa edad en comparación con el resto de autonomías. Luego se corrige en las tasas de escolarización de las clases de cuatro y cinco años de Infantil. Pero es clave socializar a los alumnos de tres años cuanto antes. Aunque implique ampliar la ratio que soportan las aulas en esa edad. La ley indica que se tienen que matricular a los tres años y por cuestiones culturales, étnicas o de otro tipo no se pueden quedar en sus casas. Luego llegan a las aulas con un desfase curricular y cuando se inicia Primaria no saben leer. Poco a poco y a medio y largo plazo, porque no hay soluciones mágicas en Educación a corto plazo, debemos intentar subsanarlo.

–¿Cómo van a lograr ese incremento de las matriculaciones en tres años de Infantil?

–Concienciando a las familias. Además, la Consejería de Educación está trabajando muy bien en la línea de ofrecer un gran número de plazas en escuelas infantiles. Si se potencian las matriculaciones de bebés de meses a dos años es mejor y además se están ofreciendo un gran número de recursos a las familias para estos niños en las escuelas infantiles. Hay que conseguir progresivamente esto mismo en las siguientes etapas educativas que son las clases de Infantil de tres, cuatro y cinco años.

–¿Alguna meta se ha marcado que tenga que ver con su paso por la dirección de un instituto?

–Hay aspectos que intentaría aplicar, más allá de mejorar las infraestructuras y reducir las cifras de abandono educativo. Me gustaría aportar más seguridad jurídica y protocolos ante determinadas situaciones. Necesitamos actualizar los protocolos ante ellas y Abogacía del Estado nos tiene que echar una mano con temas como, la transexualidad, el acoso, el maltrato, la gestión de resolución de conflictos en el aula, cómo actuar ante la homofobia o la violencia machista… Son protocolos que aún hay que hacer y hay que ponerse las pilas.

Asimismo, tenemos que mejorar las condiciones de trabajo para los profesores. Tenemos que escuchar a los alumnos y los padres. Pero también al colectivo de los docentes y ser partícipes de muchas actuaciones que se están haciendo en los centros educativos y no cuentan con el suficiente respaldo por parte de la Administración. Tenemos que apoyar más a esos profesores.

El principal aval de la Educación son los docentes creativos que trabajan en horas de su tiempo libre para llevar a cabo proyectos fuera de lo marcado por las clases.

“Hemos pedido 14 puestos más de profesores en relación al pasado año”

–¿Otro objetivo será aumentar el cupo de profesores?

–Hemos pedido catorce puestos más de profesores en relación al número del pasado año. Pero aún no está confirmado el cupo general. Si nos dan el mismo número de docentes que el pasado año, bien. Si nos dan seis más, mejor. Y si nos dan los catorce, pues estupendo.

–¿La idea sería utilizar ese aumento de docentes para desdoblar clases?

–En Primaria sí. Pero para Formación Profesional (FP) hay un incremento porque hay enseñanzas que se implantaron el pasado año como nuevas y ahora se forma el segundo de los cursos. Esas unidades nuevas se tienen que atender con nuevos profesores.

–¿Potenciar la FP será uno de los objetivos de la Dirección Provincial?

–FP es muy importante. Ya lo fue para mi predecesor en el cargo, José Manuel Calzado, que consiguió casi duplicar el número de alumnos. Sin embargo, el problema de la FP es que, a pesar del aumento de estudiantes, seguimos teniendo tasas de abandono importantes en FP Básica. Eso hay que intentar corregirlo.

–¿Por qué se produce? ¿Decepciona a los alumnos esta nueva formación?

–El problema es que se ha copiado para la FP en España modelos de otros países y no puede hacerse por el tejido empresarial e industrial que hay aquí. En Alemania hay una FP Dual donde los alumnos se separan antes de la educación formal para entrar en esta otra línea, lo que se podría entender como algo negativo, pero luego tiene la ventaja de que en cualquier momento pueden volver al curso de formación académica y tienen más horas de práctica para su profesión. Esto se intentó en el País Vasco hace unos años y funcionó un tiempo, pero donde se aplique este tipo de FP debe haber un tejido empresarial e industrial fuerte para poder atender la demanda. Eso implicaría cambiar el modelo económico tanto de Melilla como de Ceuta.

–Los sindicatos demandan que la FP se adapte a profesiones demandadas en la ciudad y de las que no se encuentran a personas con formación certificada, como en temas de construcción.

–Bueno tenemos una familia de FP de esta rama. Pero Melilla tiene un yacimiento de empleo que conviene estudiar por parte de las autoridades.

La ciudad tiene algo que no hay en muchas otras, como es el mar. Si hay mar, tenemos que intentar que vengan a nuestra ciudad embarcaciones de recreo, que se puedan abaratar los billetes para los turistas y hacer de este destino un lugar atractivo que permita generar empleos relacionados con el mar.

Hay especialidades de grados y familias profesionales en esta rama, por ejemplo, que tienen que ver con el estudio de la fauna marina, de formación de personal para cruceros o montar pequeñas empresas de mantenimiento.

Asimismo, se podría formar en el montaje de dispositivos tecnológicos, que no requiere de gran infraestructura ni precisa de naves de gran tamaño puesto que el espacio es escaso en la ciudad… Tendríamos que cambiar el modelo económico a la vez que se imparte formación.

El modelo actual viene muy bien para los funcionarios, pero hay pocas y escasas posibilidades para personas sin estudios, que sólo tienen acceso a los planes de empleo o al pequeño comercio. Los jóvenes se marchan o desean irse porque no hay oferta laboral. Buscan empleos y luego que estén bien remunerados. También buscan satisfacer sus necesidades profesionales.

La persona que está muy bien preparada prefiere quedarse en la península porque además le permitirá tener una proyección profesional mayor.