Entregan a Marruecos a los 73 inmigrantes de la Isla de Tierra

La Guardia Civil y la Policía del país vecino se encargaron de la evacuación de los subsaharianos. Un grupo de diez personas, compuesto por mujeres y niños, fue el único trasladado a Melilla.

El Gobierno español ha reconducido de manera exitosa la “anómala situación” que se venía dando en la llamada Isla de Tierra desde que el pasado 29 de agosto llegara al islote un primer grupo de inmigrantes.
Según informó en la jornada de ayer el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, a los medios de comunicación, la operación se llevó a cabo durante la madrugada del lunes al martes, cuando efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, con la cooperación de las fuerzas de seguridad marroquíes, evacuaron y devolvieron a Marruecos los 73 inmigrantes que permanecía en el islote, después de que en la tarde de ayer se rescatara finalmente y tras varios intentos a un total de diez personas (ocho menores y dos mujeres) que conformaban “un grupo vulnerable”, los cuales fueron trasladados a Melilla.
A las 4:30 horas de la pasada madrugada, en una operación que no exigió el empleo de la fuerza y que se resolvió sin incidentes ni heridos, la Isla de Tierra quedó totalmente desalojada, según explicó el delegado del Gobierno.
El Barkani felicitó a los agentes de la Guardia Civil por su “impecable” operación y agradeció, una vez más, la cooperación del Ejecutivo marroquí y especialmente la intervención del Rey del país vecino, Mohamed VI, por su actuación “determinante” para desbloquear una situación provocada “por las mafias que trafican con seres humanos”.
Asimismo, el delegado del Gobierno insistió en la responsabilidad de las citadas mafias en la pretendida apertura de nuevas vías de acceso de la inmigración irregular a través de las islas y peñones de soberanía española próximos al continente africano.
El Barkani consideró que el Gobierno español y Marruecos han sabido dar una solución conjunta a un problema promovido por quienes se lucran con el tráfico de seres humanos, “aún a costa, si es preciso, de poner en riesgo la vida de los más vulnerables, como es el caso de los menores”.
En tal sentido, la autoridad gubernativa insistió en que se debe abundar en la cooperación entre ambos países y la mayor implicación de la Unión Europea (UE) como mejor forma de contrarrestar las consecuencias “dañinas” de la actuación de unas mafias, empeñadas en abrir nuevas vías de acceso de la inmigración ilegal.
Asimismo, para el delegado del Gobierno, no hay duda de que las pretendidas nuevas vías de acceso de la inmigración irregular obedecen a las mayores dificultades que están encontrando las aludidas mafias para la introducción de inmigrantes en Melilla mediante los métodos hasta ahora más habituales o los asaltos coordinados a la valla que separa Melilla de Marruecos.
El delegado del Gobierno subrayó, además, que si bien en este verano han sido unos 200 los inmigrantes que han ido llegando por primera vez a los archipiélagos de Chafarinas y del Peñón de Alhucemas, también es cierto que las fuerzas de seguridad españolas han logrado repeler y neutralizar a otros muchos inmigrantes que, en número prácticamente similar a los que sí lograron acceder, igualmente intentaron asentarse ilegalmente en los citados archipiélagos.
Por ello, el delegado subrayó la labor de vigilancia que realizan en los aludidos peñones e islotes los destacamentos militares allí destinados y dependientes de la Comandancia General de Melilla.

La crisis migratoria, paso a paso.

La llegada de 19 inmigrantes a la Isla de Tierra, un pequeño islote situado a escasos diez o treinta metros de la costa marroquí, el pasado miércoles, marcó una nueva tendencia en las vías empleadas por los subsaharianos para acceder a territorio español. En un primer momento, el Gobierno decidió dejarlos allí, suministrándole comida, agua y mantas.
Finalmente, de este primer grupo, fueron conducidos hasta Melilla tres bebés, sus dos madres y una tercera mujer embarazada.
La mayor oleada se produjo el pasado domingo, con la llegada a la Isla de Tierra de 68 subsaharianos, entre los que había tres menores y 17 mujeres.
En un principio, la intención del Gobierno era trasladar a los tres menores a Melilla, pero no fue posible, ya que sus madres se negaron a desplazarse con los niños, por lo que todos ellos permanecieron hasta última hora del lunes en la Isla de Tierra, junto a los otros trece inmigrantes que ya estaban, sumando 81 personas.
Desde la llegada del primer grupo, la guarnición militar destinada en el Peñón de Alhucemas, próximo a la Isla de Tierra, se encargó de dar asistencia humanitaria a los inmigrantes que desde el miércoles permanecían en la zona, a los que se les ha suministrado mantas, agua y comida.
A última hora de la tarde del lunes, el Gobierno español anunció que había alcanzado un acuerdo con el país vecino para trasladar fuera del islote a los inmigrantes. Por la mañana, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, afirmaba que la colaboración con el país vecino en materia de inmigración era “cordial y estrecha” y se mostró confiado en encontrar una fórmula para poner fin a la actividad de las mafias que trafican con seres humanos.