El Regimiento de Regulares recibe la metopa de honor del Real Club Marítimo de Melilla por su centenario.
El Real Club Marítimo de Melilla se vistió de gala ayer en un acto emotivo y de homenaje en el que se impuso la Insignia de Oro de la entidad a quince socios que durante el último año cumplían medio siglo de filiación. Ésta es la quinta ocasión que se desarrolla este evento, que termina por convertirse en una de las actividades más señaladas en la agenda del Club Marítimo, que hace unos días cumplía 67 años de la redacción de su acta de fundación. La celebración de este año contó con la presencia de trece de los dieciocho socios que cumplían el requisito de superar el medio siglo de fidelidad a la entidad. Además, también se reconocía la labor de otro socio con una larga trayectoria, Gonzalo Miragaya; el centenario de los Regulares de Melilla, recibiendo su coronel la Metopa de Honor; y al directivo Francisco Alfaya por sus más de once años en este organismo del Club.
La gala comenzó con unas palabras del presidente del Club Marítimo, Manuel Ángel Quevedo, quien subrayó la fidelidad de los homenajeados indicando que “estos socios son muy importantes, porque tenemos que agradecerles que a día de hoy este Club siga existiendo y tenga tanta relevancia en la sociedad melillense”.
A continuación el vicepresidente de la entidad, Rafael Imbroda, fue el encargado de realizar un pequeño discurso con el motivo de este acto. “El objetivo de estas distinciones es homenajear a cuantos contribuyeron a hacer el camino de los 67 años de historia del Club Marítimo. Desde que en agosto de 1944, José Ochoa Benjumea, fundara esta institución, se ha recorrido un largo trecho y en los últimos años se han acometido una serie de mejoras, que han convertido nuestro Club en una instalación moderna y señera en la ciudad”, señaló.
Los homenajeados
Los socios homenajeados este año consta que formalizaron su alta entre el 1 de julio de 1960 y el 1 de enero de 1961, cumpliéndose, por tanto, la regla de que deben haber estado un mínimo de cincuenta perteneciendo al club ininterrumpidamente.
Isabel González, Antonio de Pro, María Bueno, Enriqueta Sánchez, Isidora Román, Rosa Zea, Carmen Jiménez, Pilar González, Carolina Luciáñez, Pedro Vallejo, José Catalinas, Carlos Soler y Dolores Cabrero han sido los trece nuevos socios a los que se les ha otorgado la insignia este año. Además, también la han recibido Emilio Ubago y María Imbroda, a quienes le correspondía haber recibido la insignia en otras galas, pero que por diferentes motivos han tenido que esperar a la celebración de este año.
Gonzalo Miragaya recibía una de las distinciones especiales de este año por su apoyo constante al Club y por ser uno de los precursores y responsables de la Cruz Roja del Mar entre otras labores que ha ido realizando a lo largo de su vida.
Acto seguido, el Regimiento de Regulares de Melilla nº 52 recibía la metopa de honor del Club con motivo de la celebración de su centenario. En este sentido, el coronel de este regimiento recogía esta metopa agradeciendo las muestras de cariño y apoyo del pueblo de Melilla y de instituciones como ésta. Así, hizo entrega al Club de un recuerdo del Regimento de Regulares.
Esta imposición de la Insignia de Oro del Real Club Marítimo de Melilla a estos socios concluyó con la firma de todos los homenajeados en el Libro de Honor.
Junto a los homenajeados, familiares, amigos, directivos y autoridades locales, como el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, o el consejero de Deporte y Juventud, Francisco Robles, difrutaron tras la entrega de insignias de una magnífia comida.
Homenaje emotivo y sencillo al comodoro Antonio Pérez Jiménez
El Real Club Marítimo homenajeó a uno de sus socios más queridos y que recientemente falleció, el comodoro Antonio Pérez Jiménez. En un acto sencillo pero muy emotivo, la familia descubrió una placa con la que este colectivo ha querido agradecer todo el trabajo que durante años Pérez Jiménez ha realizado a favor de este club.
De él destacaron su entrega a su negocio y a su tierra y recordaron como hace muchos años, cuando la dársena en la que se encuentra el Club Marítimo no tenía un resguardo para los barcos ante los temporales de levante, siempre acudía rápido para poner a las embarcaciones a salvo en tierra y así evitar que sufrieran daños por culpa de las olas o el viento fuerte, tal y como indicó el vicepresidente de este colectivo, Rafael Imbroda.
Imbroda apuntó que era muy duro darse cuenta de que en este evento no estaba presente este compañero, ya que seguramente estaría pendiente de que todo estuviera funcionando bien, y también aseguró que se le echa de menos viendo el fútbol con sus amigos tomando una cerveza o jugando a la petanca o al dominó. Estas palabras hicieron saltar las lágrimas de añoranza de muchos de los presentes.
La familia de Pérez Jiménez estuvo en todo momento rodeada por amigos y conocidos que no quisieron perderse cómo la esposa de este querido socio del Club Martítimo retiraba la tela que cubría una placa homenaje con la que se pone nombre a un pantalán del recinto.
El objetivo de esta placa no es sólo nombrar este espacio, sino que las futuras generaciones que formen parte del Real Club Martítimo de Melilla sean concientes y conozcan las aportaciones que Pérez Jiménez realizó con su trabajo incansable en este colectivo, tal y como aseguró el vicepresidente de esta entidad.
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