¿Entrará pescado a Melilla la semana que viene?

La delegada del Gobierno, Sabrina Moh, tuvo que salir este martes a aclarar que las aduanas de Melilla y Ceuta reabrirán de manera simultánea y en las mismas condiciones aunque eso no es lo que dice el Boletín Oficial del Estado (BOE) que al cierre de esta edición no había sacado ninguna rectificación de la resolución del Ministerio de Sanidad publicada este lunes y que literalmente no permite meter pescado por Beni Enzar, pero sí lo autoriza a entrar por el Tarajal.

Según creo haber entendido de las explicaciones de la delegada, ahora en Melilla estamos trabajando en adecuar las instalaciones de la aduana de Beni Enzar para que cumplan con los estándares europeos de importación de pescado.

Es curioso que Ceuta haya construido una aduana (una caseta) de la nada y esté preparada para importar pescado en unos días y en Melilla, que tenemos aduana desde tiempos inmemoriales, no estamos listos y ahora que tenemos la reapertura encima es que estamos trabajando en la adecuación de las instalaciones.

¿Es que habíamos dado por perdida al aduana? ¿Habíamos tirado la toalla? ¿Las conversaciones entre funcionarios españoles y marroquíes de 2018 fueron un paripé?

No dudo que las instalaciones de Beni Enzar no estén en condiciones de cumplir con los estándares europeos. Tampoco lo están, en ocasiones, algunos servicios básicos de Melilla como la sanidad, donde tenemos listas de espera de más de seis meses para un holter.

¿Quién es el responsable de que la aduana de Melilla no esté preparada para importar pescado el 25 de enero si no ocurre ningún contratiempo de último momento que retrase la apertura de la aduana?

Para los empresarios de la hostelería, la construcción o el comercio cuyos negocios podrían volver a florecer gracias a la reapertura de la aduana comercial, el comunicado de la delegada del Gobierno ha sembrado más dudas que certezas.

Nadie se explica cómo tras ocho meses de frontera abierta podemos seguir hablando de reapertura gradual de la aduana de Melilla o de la necesidad de hacer una reforma ahora o, peor aún, de que se está trabajando para que se produzca una primera expedición comercial para comprobar cómo funciona una aduana que es un derecho que tenemos anterior, incluso, a la fundación de Marruecos como Estado.

Aquí hay una evidencia: Ceuta va por delante de Melilla en todo. Cuando se habló de reabrir la frontera, allí terminaron las obras del Tarajal a tiempo. Nosotros las empezamos con las colas de coches en danza. Ellos ya están listos para estrenar su aduana; nosotros tenemos que adaptar la nuestra, la histórica, la de siempre, a los estándares europeos. Pero ojo, teniendo en cuenta que la mercancía entrará por Beni Enzar y pasará los controles sanitarios en el Puerto.

Yo creo que ni siquiera es por dejadez sino por falta de confianza en el futuro. Hasta que no tenemos las cosas claras, no movemos un dedo. Y, sin quererlo, le hacemos el juego a Marruecos porque el mensaje que se traslada a los melillenses es que no hay esperanza; que estamos a merced del vecino.

No sé si nuestras autoridades son conscientes de lo importante que es para Melilla que pueda entrar pescado marroquí por la frontera. Hay familias que ya no se esconden para decir que comen patatas por la mañana y por la tarde; que tienen hambre, pero el dinero no les da para pagar los precios del pescado congelado que nos están vendiendo en muchos sitios como si fuera fresco.

Para muchas familias de esta ciudad, el pescado marroquí es una tabla salvavidas a la que hoy no pueden agarrarse por una decisión política. Nadie se ha puesto a pensar que teniendo, como tenemos, la segunda inflación más alta del país después de cerrar diciembre en el 6,6%, urge quitarle presión a la olla.

En todo caso, aún está por comprobar si cuando nuestras autoridades hablan de reapertura gradual de la aduana de Beni Enzar o de "reabrir de manera coordinada y progresiva" se refieren a que la mercancía marroquí entrará en Melilla, pero de nuestra ciudad, en un primer momento seguirá sin salir ni un Danone.

Si eso es así, pase lo que pase en la Reunión de Alto Nivel entre Marruecos y España de los días 1 y 2 de febrero, la cumbre habrá sido un fracaso. Es inadmisible que Rabat siga poniendo pegas a los productos españoles que salen por la frontera de Melilla, teniendo, como tiene, un Acuerdo Económico Preferencial con la Unión Europea y más inadmisible es aún que el Gobierno español siga guardando silencio al respecto.

Todavía nadie nos ha explicado por qué no se ha reclamado a Marruecos que respete el régimen de viajeros y permita a los melillenses entrar en Nador con la mercancía que se autoriza al resto de turistas en todos los aeropuertos y puertos marroquíes. ¿Por qué se nos discrimina?

Debe ser porque se están tomando muy en serio lo de convertirnos en "un poblado" del que la gente se marche porque no hay vida. Esa es su estrategia para terminar la era de Mohamed VI con las palabras  Sáhara, Ceuta y Melilla tachadas de la agenda real.

Este martes hemos sabido que la aduana comercial abrirá, si no hay contratiempos, el próximo miércoles 25 de enero. A día de hoy no sabemos si ese mismo día podrá entrar pescado, frutas y verduras desde Marruecos. Los consumidores lo notaremos enseguida. Comer sano, comer verde se ha convertido en un lujo en Melilla. La fruta, la verdura y el pescado están por las nubes. Vivir aquí es caro. Por eso, a quien más le interesa una reapertura gradual, es a Marruecos. Mientras más tarde en llegar la normalidad a la frontera y a la aduana, más nos apretará la cuerda en el cuello.