Entran por Farhana 1.264 borregos para la fiesta musulmana de este viernes

Sólo tres animales han sido devueltos a Marruecos, donde los precios han bajado esta semana · El día del Aid El Kebir los veterinarios estarán en la frontera de 9:00 a 10:00 horas. Hasta el pasado lunes habían entrado en Melilla 1.264 borregos que serán sacrificados este viernes por los musulmanes que celebran la Pascua Grande, según confirmó ayer a El Faro la Delegación del Gobierno.
Desde el martes 17, que se autorizó la entrada a Melilla de borregos procedentes de Marruecos por el paso fronterizo de Farhana, sólo han sido rechazados tres animales, bien por ser hembra (únicamente se permite el paso de machos para evitar que se reproduzcan en la ciudad) o bien porque no cumplían las condiciones sanitarias exigidas por los veterinarios de Melilla.
La mayor entrada de borregos por Farhana se registró el fin de semana, cuando los veterinarios melillenses permitieron el paso de 312 animales el sábado y de 652 el domingo.
Según explicaron desde la Delegación del Gobierno, está previsto que la mayor entrada de borregos se produzca en los días más cercanos a la fiesta que este año se celebra el próximo viernes, como ya anunció El Faro.
O sea, si se cumplen las previsiones, hoy y mañana entrarán el mayor número de animales con destino al sacrificio por el paso fronterizo habilitado para ello. De hecho, ayer ya había cola en Farhana para pasar a Marruecos.
“Va todo con absoluta normalidad. No hay ninguna incidencia digna de destacar. Los animales vienen con certificados sanitarios de Marruecos”, comentó ayer a El Faro Francisco Javier Olmo Gómez, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Melilla, que este año revalidó su convenio anual con la Consejería de Sanidad para controlar el paso de borregos por la frontera.
Ahora mismo, explicó Olmos Gómez a este periódico, hay once veterinarios trabajando en Farhana, en turnos de cinco horas entre las 11:00 y las 21:00 horas.
Desde la Delegación del Gobierno aclararon también a El Faro que como la fiesta es este viernes 26 y no el 27, como en principio se preveía, finalmente el 26 se aplicará el horario que estaba pensado para el 27.
De esta manera los veterinarios de Melilla sólo controlarán el paso de borregos por Farhana entre las 9:00 y las 10:00 de la mañana del viernes. A partir de las diez, se desplazarán hasta el matadero municipal para supervisar el sacrificio de animales.
El año pasado, de los 4.820 borregos que entraron a Melilla desde Marruecos, sólo 77 fueron sacrificados en el matadero.

Hasta 300 euros por un borrego

Contrario a lo que sucede con el precio de las gambas, que se dispara según se acerca la Navidad, conforme se aproxima la fiesta del borrego, el precio de los animales baja en el mercado marroquí. Ahora mismo se puede conseguir un borrego pequeño por 150 euros, uno mediano costaría en torno a los 200-220 euros y uno grande, sobre los 300, según explicó ayer a El Faro Samir Mohamed Tieb, portavoz de la Comisión Islámica.
Por su parte, Mostapha Bensahl, presidente de la asociación de vecinos Reina Regente, un barrio de mayoría musulmana, comentó ayer a El Faro que hace dos semanas el precio de los borregos “estaba por las nubes” y que oscilaba entre los 180 y los 450 euros.
“Esta semana ha bajado y un borrego mediano sale por 150, que ya es un precio lógico, teniendo en cuenta que la mayoría de la población musulmana de Nador y Melilla tiene escasos recursos. Ahora mismo se puede comprar un borrego en Marruecos por entre 120 y 390 euros”, apuntó Bensahl a El Faro.
Le da la razón Mohamed Tieb. “Hay gente que ha comprado el borrego hace un mes en Marruecos y se encuentra con que ahora es más barato o cuesta más o menos lo mismo”. Según su experiencia, sale más económico comprarlo en una granja, donde se paga entre un 30 y un 40% menos que en un zoco.
Sólo suben los precios de los animales, aclaró Mohamed Tieb, en tiempos de sequía. “Si no llueve, hay menos pasto y los musulmanes nos mentalizamos con que ese año vamos a pagar más por el borrego. Este año no ha habido problemas”, añadió.
Mohamed Tieb cree que entre hoy y mañana entrarán por la frontera un número considerable de borregos y será así, en último momento, porque como la mayoría de los musulmanes de Melilla vive en apartamentos, se les hace difícil tener el animal en casa mucho tiempo.
El portavoz de la Comisión Islámica de Melilla considera que lo ideal habría sido disponer de dos fines de semana para la entrada de borregos a la ciudad, como ha ocurrido otros años. “En esta ocasión sólo hemos tenido uno y la Delegación del Gobierno, en principio quería abrir la frontera a partir del viernes pasado, pero conseguimos que aceptaran hacerlo desde el miércoles. Con todo eso, nos hemos quedado cortos. El sábado y el domingo era mortal pasar por la frontera”, señaló Mohamed Tieb.
Según los datos que maneja la Delegación del Gobierno, el miércoles entraron por Farhana 19 animales, el jueves 49, el viernes 28, el sábado 312, el domingo, 652 y el lunes, 209. En total, 1.264 borregos en seis días.
Mostapha Bensahl aclara que la religión musulmana no obliga a todos sus fieles a comprar un borrego, pero sí exige a los que lo compran que repartan la tercera parte del que han comprado entre las familias que no han tenido posibles para adquirir el suyo propio. “La idea es que este acto de generosidad haga posible que todos los musulmanes puedan disfrutar de su fiesta grande el próximo viernes”, señaló.

Sólo un borrego por persona

El acuerdo firmado por la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma establece que sólo se permita la entrada en Melilla de un borrego macho por persona, entre las 11:00 y las 21:000 horas, excepto el viernes que será de 9:00 a 10:00 horas.
La persona que pretenda entrar el borrego tendrá que presentar su DNI o certificado de residencia en Melilla y un certificado sanitario del animal, expedido por un veterinario marroquí.
En principio, la Delegación del Gobierno tenía prevista la entrada de 6.000 borregos por Farhana este año. Se trata de una cifra muy superior a la registrada el año pasado (4.820), cuando ya se notó la crisis, con una bajada considerable del número de animales destinados al sacrificio.