-
La Delegación del Gobierno resalta que los subsaharianos “lanzaron piedras”
Melilla registró ayer la mayor entrada de inmigrantes por la valla en lo que va de año. Un total de 300 subsaharianos se acercaron a la alambrada, pero sólo 110 consiguieron pisar suelo melillense. La Delegación del Gobierno calificó el salto como “violento”, ya que dice que los inmigrantes lanzaron piedras a los guardias civiles que querían impedir que pasaran a territorio español. Tres agentes resultaron heridos leves: uno con un garfio, otro recibió una patada y el tercero sufrió una caída.
Fue a las 7:00 horas cuando un grupo numeroso de inmigrantes, alrededor de 300, según la Delegación del Gobierno, intentó saltar la valla por la zona de La Hípica, entre la depuradora y Beni Enzar, según fuentes consultadas por El Faro. De ellos, 110 lograron entrar y el resto fue parado por la actuación de las fuerzas marroquíes y la Benemérita.
Los subsaharianos se dividieron en varios grupos de camino al Centro de Estancia Temporal del Inmigrantes (CETI). De hecho, unos 30 caminaron por la calle principal del barrio del Tesorillo (Fernández Cuevas y General Pintos) escoltados por una patrulla de la Policía y otra de la Guardia Civil para llevarles hasta estas dependencias. Durante todo el recorrido gritaban: “bossa, bossa” (victoria).
Tres heridos leves
La Delegación del Gobierno destacó en un comunicado que el salto “había sido violento” porque dice que los inmigrantes lanzaron piedras a los agentes.
En este sentido, destacó que tres guardias civiles necesitaron asistencia médica. Uno de ellos sufrió un golpe con un garfio, de los que usan para trepar por la alambrada, otro recibió una patada y el tercero experimentó una caída. Fuentes consultadas por El Faro afirmaron que este agente mantuvo un forcejeo con un inmigrante y cayó al suelo. No obstante, se trata de heridas y contusiones leves.
Asimismo, la Delegación del Gobierno informó de que se había requerido la presencia de la Cruz Roja en la valla para la atención de tres subsaharianos, a los que asistieron, pero que se encuentran en buen estado de salud.
Además, varios vehículos de la Guardia Civil resultaron dañados como consecuencia del lanzamiento de piedras, así como por las patadas y los golpes que propinaron los inmigrantes.
El último salto fue en febrero y se produjo por la misma zona de La Hípica. En aquella ocasión, unos 40 subsaharianos trataron de alcanzar Melilla, pero finalmente sólo consiguieron llegar 18 de ellos.
“No puede ser que vean a los guardias como el último obstáculo”
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) aseguró ayer a El Faro que los inmigrantes reaccionaron de forma violenta contra los guardias civiles en el salto que se produjo en La Hípica porque “los ven como una amenza y no como una protección”. “No puede ser que vean a los agentes como el último obstáculo” que tienen que superar para entrar en la ciudad, añadió la asociación.
La entidad subrayó que es necesario cambiar la Ley de Extranjería y crear un protocolo de actuación para la Benemérita en este tipo de cuestiones.
Para la AUGC, las medidas de seguridad que tienen los agentes que están en la valla están dentro de los estándares normales. No obstante, destacó que son necesarios más guardias civiles tanto en el perímetro fronterizo como en los pasos fronterizos, así como más medios.
En este sentido, la asociación argumentó que ve con buenos ojos que se licite por parte del Estado cámaras térmicas móviles para Melilla y Ceuta. Sin embargo, cree que este tipo de medidas se quedan cortas.
La AUGC afirmó que es necesario “gratificar” la labor de la Guardia Civil, no sólo en la valla, sino en el resto de la ciudad, porque ponen su integridad física y su vida en peligro, como ocurrió ayer. De esta forma, indicó que Melilla se podría considerar “zona conflictiva” para que los agentes puedan recibir un complemento a su sueldo, como ocurre en el norte de España. Además de considerarlos “preferentes” ante una petición de traslado.