Engañar a los melillenses ya no es posible

Cuentan que el general Queipo de Llano, autor de la sublevación en la capital hispalense, consiguió ganar Sevilla para la causa franquista con una argucia digna de un estratega: con pocos camiones llenos de soldados hizo que los mismos dieran vueltas y más vueltas por Sevilla para que los enemigos se creyeran que contaba con un gran número de combatientes cuando la realidad era todo lo contrario. Pues lo mismo le sucede al editor del ‘Melilla Hoy’, que con tanto repetir que son los más guapos, los más altos, los más rubios y todos con ojos azules, los melillenses se van a dejar engañar por alguien que claramente ha utilizado la plataforma de su periódico para intereses que él mismo ha llegado a confesar, como por ejemplo, cuando se erigió en ser el conseguidor del desembarco de Vox en la ciudad. Desde ‘El Faro’ seguimos con nuestro camino, respetando al adversario, pero tampoco vamos a dejar que nos intenten poner una bota en el cuello y encima dar las gracias. El ‘Melilla Hoy’ es el otro periódico que existe en la ciudad y donde cada uno intenta ganarse, con su profesionalidad, a sus propios seguidores. En una sociedad democrática y de libre mercado, todos tienen derecho a la creación de su propia empresa. Cuando Bohórquez creó el ‘Melilla Hoy’ hace más de 30 años no compró la exclusividad para la edición de un medio de comunicación escrito en la ciudad. ‘El Faro de Melilla’ no es el periódico que llegó de Ceuta, aunque su propietario sea también el editor, desde hace casi cuarenta años, de ‘El Faro de Ceuta’. Apostó, hace casi 25 años, porque las dos ciudades españolas en el Norte de África tuvieran un nuevo vínculo en común y la realidad es que es el único grupo de prensa escrita presente en ambas ciudades. ‘El Faro de Melilla’ no es el periódico que vino de Ceuta, es un medio asentado en la ciudad por mucho que le pese al señor Bohórquez; es un medio que cuenta con el beneplácito de los habitantes de esta ciudad por mucho que le pese al señor Bohórquez; es un medio que se ha ido ganando día a día el respeto de esta colectividad por mucho que le pese al señor Bohórquez; es un medio que ha ido modernizándose y estando en la vanguardia de la prensa (página web con actualización diaria de las noticias (no volcar el periódico del día y hasta mañana), con vídeos, con un canal en Youtube, con presencia en Facebook y también en Twiter, por mucho que le pese al señor Bohórquez. Incluso, aún negándole la mayor como es su acusación de que somos el periódico venido desde Ceuta, a lo mejor, los melillenses desconocen que usted intentó, con el apoyo de los políticos del Partido Popular de Ceuta, instalarse en la ciudad hermana. Lo único que pasó es que las gestiones no cuajaron, porque, de otra manera, usted estaba dispuesto a crear también su medio de comunicación en la tierra hermana. Lo que sucede es que, a diferencia, del editor del grupo ‘El Faro’, él sí fue capaz de exponer y aventurarse en la puesta en marcha de un periódico en Melilla y usted fracasó en el sentido contrario: no fue capaz de arriesgar en la ciudad hermana. Cada medio de comunicación es libre de establecer la línea editorial que prefiera, no por ello se le puede acusar de ser un adicto al poder. Porque adicto al poder es el principal defecto que ha demostrado usted en sus más de 30 años de editor del ‘Melilla Hoy’. Usted tiene una espinita clavada en el fondo de su corazón y es que no ha podido, en definitiva, ser presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla. Es lo que realmente le hubiera gustado, pero para ello uno debe presentarse a unas elecciones y que los ciudadanos le voten. Prefirió, al no querer dar ese paso, manejar los hilos desde la retaguardia, pero al final intentó, algunas veces lo ha conseguido y en otras no, ser un personaje tenebroso que ha querido que todos los políticos besen por donde ha pisado. Ahora que parece hermano siamés de Juanjo Imbroda no recuerda como usted mismo ha presumido de ser el conseguidor del desembarco de Vox en Melilla y que había sido la persona que puso a Delgado Aboy al frente de los destinos de esta formación política. Su jugada parecía clara, sabiendo que Imbroda no tendría mayoría absoluta, como ‘manejador’ de Vox, al final, impondría sus condiciones para un pacto de gobierno. Era su última y gran oportunidad. Pero le salió mal incluso antes de ponerse en marcha porque Delgado Aboy comenzó a pensar por sí mismo y entonces todas las baterías se volvieron contra el doctor como si hubiera sido el culpable de todos los males que ocurrían en la ciudad. Pero como no había escarmentado bastante, se convirtió en el garante de esa oferta de Juanjo Imbroda a Gloria Rojas para que ésta presidiera la Ciudad Autónoma y que se firmara un pacto entre los dos grandes partidos nacionales para gobernar Melilla. Y como la jugada también le ha salido mal, resulta que ahora la líder socialista en Melilla es una inútil, según sus propias palabras. La verdad es que todos sus planes políticos, todas sus maquinaciones para ser el dueño y señor de la política melillense, le están saliendo mal. No sale de una y se mete en otra aventura que tampoco funciona. Y luego acusa a los demás de ser los pelotas del poder, de vivir únicamente para el poder, sea quien sea el que se encuentre en el mismo. Vayamos poniendo el punto y final. ‘El Faro de Melilla’ va a seguir su camino y el ‘Melilla Hoy’ el suyo y que sean los ciudadanos quienes decidan. Le vuelvo a repetir que no por mucho insitir en que son los más altos, los más guapos, los más rubios y que todos tienen los ojos azules, los ciudadanos no son tontos. Ni ustedes son el periódico de Melilla, ni tampoco ‘El Faro’ es el periódico de Melilla. Los dos son unos medios de comunicación que ofrecen su producto a los melillenses y ellos, en definitiva, son quienes tienen la última palabra. P.D. Desconozco que marca de móvil tiene usted, pero le recomiendo que cualquiera de ellos, desde los más caros del mercado hasta los más baratos, hacen unas fotos verdaderamente espectaculares, donde nos muestran tal y como somos, no como éramos hace treinta años. No acuse gratuitamente de que hay otros que ‘compran lectores’ para incrementar sus cifras en internet. Si acusa, demuéstrelo. Nuestros datos son los que son y además están auditados, otros, a lo mejor, no pueden decir lo mismo. Al final lo que consigue es intentar el timo del ‘toco mocho’, pero los ciudadanos ya no se dejan engañar.

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