El curso pasado, como todo en nuestra vida, ha estado marcado por la pandemia y las medidas de seguridad que se han puesto en marcha para evitar contagios. La decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UGR del Campus de Melilla, María del Mar Alfaya, explicó que su balance es positivo porque no se ha visto obligada a suspender las clases presenciales en su totalidad y la incidencia del virus entre profesorado y alumnado ha sido baja. Y esos focos de contagio no se han originado en el Campus. Por ello, entiende que las medidas adaptadas fueron eficaces. El curso se afronta con incertidumbre y hasta que no llegue septiembre no se sabe bien qué se hará en la aulas, aunque el objetivo es ir con la máxima presencialidad en toda la UGR. Eso sí, tanto Enfermería como Fisioterapia tienen todas las plazas ofertadas ya ocupadas y la primera de ellas, con una larga lista de espera.
Alfaya recordó que la opción de la facultad este curso pasado fue optar por la semipresencialidad, de forma que en las asignaturas que eran grupos pequeños, han tenido una total presencialidad; y en el caso de los más numerosos, se ha producido una alternancia de los alumnos en clase mientras el resto seguía las lecciones online, gracias a la tecnología que se facilitó para ello.
Pero el problema más destacado de estos meses de curso fue facilitar las prácticas a los alumnos en entidades de fuera. Había una demora del curso anterior que no pudo finalizar todo el mundo estas prácticas porque comenzó la pandemia justo cuando iban a iniciar su trabajo en centros de salud y hospital, entre otros espacios. “Hemos readaptado la planificación para hacer las horas necesarias de cada curso y algunos alumnos finalizaron más tarde de lo esperado, pero se ha salido victorioso al cumplir con los objetivos”, aseveró.
En este sentido, remarcó que los alumnos aprendieron mucho a pesar de incorporarse más tarde. Pero la demanda asistencial ha hecho que sus prácticas fueran intensas. Y Alfaya cree que fruto de todo este trabajo es que el título de Enfermería esté entre los 10 más demandadas de la UGR. “Enfermería tiene un estatus alto en el ranking y nuestros estudiantes salen bien preparados”, añadió afirmando que ha sido una satisfacción porque es un reconocimiento a esa formación, a pesar de todos los inconvenientes.
La decana de la Facultad de Ciencias de la Salud también dijo que ni para Enfermería ni para Fisioterapia hay plazas para los alumnos que hacen el examen extraordinario de las pruebas de acceso a la universidad.
En la primera convocatoria ya se reciben muchas solicitudes que hace inviable que una persona que se examine más tarde pueda lograr una plaza. Pero se trata de una baremación para toda Andalucía. Hay un distrito único y los aspirantes ponen todas las opciones de título, facultades y universidades. Y hasta que no se acaba la lista de espera de esa primera fase no se da opción a más alumnos.
“Tenemos 2.700 alumnos que han pedido nuestra facultad para el título de Enfermería y contamos 100 plazas”. Por ello insistió que nunca han tenido opción para los alumnos que se examinan en una segunda convocatoria para entrar en la universidad.
Y con Fisioterapia también se ha recibido una gran demanda, aunque la decana cree que se desconoce que este título está ofertado en Melilla y por ello, no se llega a solicitar en la misma medida que Enfermería. Pero reconoció que no se ha querido dar mucha difusión por la poca capacidad que se cuenta para dar clases teóricas y de centros donde hacer clases prácticas. Aunque este año se ha aumentado la oferta de 45 a 50 plazas. “Hemos visto que tras superar los obstáculos, que son normales al iniciar un grado, se ha ido normalizando y se cubren todas las plazas y hay menos desplazados. Los datos son positivos”, afirmó. Y esas plazas están ya cubiertas.
En cuanto a las prácticas de este año, ya hubo una reunión de la comisión mixta, en la que está el Ingesa, para ver las situaciones que se pueden encontrar este nuevo curso. Pero será en septiembre cuando se tomen decisiones más firmes y espera que la pandemia no obligue a tomar medidas excepcionales. Lo bueno ahora es que cuentan con esta experiencia de años anteriores de cómo reorganizar todo y además, hay una ventaja y es que los alumnos van a estar vacunados y pueden pasar por salas covid, algo que no les estaba permitido y que ahora se podría intentar. Y como se cuenta con un importante número de alumnos de fuera, también se firman acuerdos con entidades sanitarias fuera de Melilla.
“Si algo nos ha enseñado la pandemia es adaptarnos a cada momento”, subrayó. Y para concluir Alfaya indicó que este curso ha sido muy duro y se ha trabajado con mucha tensión. Todos los equipos, docentes y no docentes, estaban agotados, pero remarcó que ha merecido la pena ese trabajo.
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