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Rescatada en el Puerto de Melilla una persona enterrada en un saco de cenizas tóxicas

La Guardia Civil ha auxiliado y rescatado en el Puerto de Melilla, a 41 personas que iban ocultas en las bateas, camiones, contenedores y vehículos articulados, previos a su embarque en los buques con el objetivo de introducirse de forma irregular. Las imágenes de uno de los rescates se filtraron y se difundieron por redes sociales este fin de semana ha causado mucho asombro en la ciudadanía por el riesgo en el que se encontraban las personas rescatadas, ya que uno de ellas se encontraba en enterrada en un saco de de cenizas tóxicas de la incineradora y cuatro en una batea con cristales fragmentados cuyo destino era el reciclaje.

Los hechos que se pueden ver en el vídeo se produjeron el pasado viernes, donde, según informan desde la Oficina de Prensa de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, se localizaron en un primer registro visual a unas 35 personas ocultas en distintos lugares. En el segundo registro, que fue más exhaustivo y meticuloso, dio como resultado la localización de esas cinco personas en lugares muy peligrosos.

Cuatro de ellos, se habían ocultado en una batea que embarcaba llena de vidrios fracturados para el reciclaje, con el peligro que conlleva por las múltiples aristas cortantes, en una travesía que tiene una duración de unas siete horas.

Pero el servicio del rescate en la batea de cenizas fue mucho más dramático para el agente que lo estaba llevando a cabo. Esa persona fue localizada dentro de un saco hermético de plástico, que contenía cenizas volantes procedentes de la incineradora, materia tóxica, según la lista europea de residuos.

El guardia civil que realizó el rescate primero observó lo que se correspondía con la pierna inerte de una persona, lo que le produjo un gran impacto emocional, solicitando la ayuda urgente de una ambulancia al pensar que había fallecido. Afortunadamente, al ser desenterrada de entre las cenizas, recobró el conocimiento y pudo salvar su vida.

En cuanto a la forma de proceder posterior, habitualmente no tienen que recurrir a servicios externos aunque en otras ocasiones si se ha tenido la necesidad de precisar de los servicios médicos o del 061. Aunque lo habitual, debido a la premura de actuación que requieren las actuaciones de la Guardia Civil, con los primeros auxilios, el auxilio y el rescate lo dan por finalizado.

El factor humano

El subteniente Juan Antonio Martín Rivera, portavoz de la Oficina de Prensa de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, explicaó que la Guardia Civil realiza a diario complejos servicios de rescate a fin de evitar que personas migrantes que que tratan de introducirse de cualquier modo en bateas, contenedores  cualquier tipo de vehículo articulado para salir hacia la península pongan en riesgo su vida.

En esta ocasión ha sido fundamental el factor humano y la experiencia del guardia civil para intuir en qué tipo de batea se pueden ocultar. Por tanto fue su intuición, tanto en la batea de los cristales como en ver uno de los sacos con las cenizas tóxicas para poder detectar que se encontraban ahí personas. Posteriormente, dentro de ese estado emocional en el que se encontraba el agente, pudo reanimar a esa persona y poder salvarle la vida.

En otras ocasiones también cuentan con perros detectores de personas y con máquinas de detección de latidos del corazón, que también son un complemento y una gran ayuda para los agentes. Pero finalmente, como ha sido en este caso, ha sido el capital humano, como explicó el subteniente Martín Ribera, "es el guardia civil el que realiza el rescate y el auxilio".

Presión en el puerto

El pasado año se localizaron en la zona de seguridad del puerto 11.669 personas. En lo que va de año, la Guardia Civil ha localizado un total de 1781 personas en el interior de la zona de seguridad del puerto.

La forma para acceder a esta zona del Puerto es diversa, unas logran acceder a nado y otras por distintos procedimientos terrestres, introduciéndose “a la carrera”, en los bajos o en lo alto de los vehículos cuando aminoran la marcha, lo que se conoce como “risky”.

Otras se localizan ya ocultas en los dobles fondos de bateas, vehículos y plataformas como el caso actual, lugares muy peligrosos para su integridad física, como se ha reflejado en esta nota de prensa.

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