Sucesos y Seguridad

Encuentran 1.900 euros en un cajero de Melilla y localizan al propietario

Los ángeles de la guarda existen. Eso debió pensar A.M.A. cuando la Policía Nacional lo llamó pasadas las 23:00 horas del pasado viernes para comunicarle que otro vecino había encontrado su tarjeta de crédito junto a 1.900 euros en metálico en uno de los cajeros automáticos de la oficina bancaria del BBVA en Calvo Sotelo. El Faro trató ayer de contactar sin éxito con este panadero conocido, pero sí que consiguió hablar con el melillense que encontró el botín y lo entregó a la policía.

Este vecino en cuestión pide a este diario preservar su anonimato, aunque no le importa compartir su testimonio sobre el hallazgo, que se produjo a las 22:45 horas aproximadamente de la noche del viernes. “Fui a sacar dinero del cajero cuando vi que había un montón de billetes en la ranura. Lo cogí y salió también una tarjeta de crédito”, explica y añade: “Inmediatamente llamé al 092 para que derivaran la llamara a Emergencias y de ahí a la Policía Nacional”.

Este ciudadano asegura que se guardó el fajo que aparece en la fotografía y la tarjeta de crédito y se dirigió inmediatamente a la comisaría de la Policía Nacional. Una vez ahí, los agentes contaron el dinero, cuya cuantía ascendía a 1.900 euros, y localizaron al propietario a partir del nombre que aparecía en la tarjeta de crédito. “Ni siquiera pensé en contarlo cuando vi tal cantidad de dinero”, comenta.

Buena obra

“En ningún momento se me ocurrió quedarme con el dinero. Pensé que seguramente le haría falta y lo mejor era devolverlo. Una vez perdí dinero y me hubiera gustado que alguien me lo devolviera”, dice este melillense. “La verdad es que no sabía quién podía ser el hombre cuyo nombre aparecía en la tarjeta, pero en cuanto apareció por la puerta de la comisaría me di cuenta de que lo conocía: es el panadero de mi madre”, añade sorprendido.

Durante el encuentro en comisaría, el propietario del dinero y de la tarjeta de crédito le dio las gracias a este melillense comprometido, quien dice que se limitó a hacer lo que cualquier otra persona debería hacer en una situación de estas características. “Es difícil imaginar cómo alguien puede olvidarse tal cantidad de dinero en el cajero junto a la tarjeta en una noche de viernes, cuando la gente sale de fiesta, pero hay despistes de todo tipo”, explica este vecino.

Ante la imposibilidad de contactar con el afortunado, no podremos conocer cómo sucedió todo. Sin embargo, el melillense que lo encontró asegura que de ahora en adelante irá con algo más de cuidado.

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