Editorial

En el momento justo

  • Unos 50 varones subsaharianos fueron rescatados ayer cerca del cabo Tres Forcas

Con el agua a la cintura. Así se encontraban los casi 50 inmigrantes del África subsahariana que poco tiempo antes se habían hecho a la mar en una frágil zodiac. Por fortuna, no estaban lejos de la costa de Tres Forcas y una embarcación de Salvamento Marítimo llegó en el momento justo. De haber tardado unos minutos más, estos hombres, que ahora descansan a salvo en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla, dormirían ahora el sueño eterno bajo las aguas del mar de Alborán, implacables con quienes se adentran en ellas con la vista puesta en el sur del continente europeo.

Los profesionales de Salvamento Marítimo se encontraron una patera semihundida y tuvieron el tiempo justo de subir a su embarcación a los inmigrantes auxiliados. La situación extrema en la que se encontraban los inmigrantes hace inevitable una pregunta. Si su objetivo era alcanzar la costa andaluza, ¿cómo pensaban hacerlo en una patera que zozobraba ya a escasa distancia del punto de partida?

Una vez más, se pone de manifiesto el oscuro papel de las mafias en la inmigración irregular. Los subsaharianos rescatados iban ataviados con chalecos que no están homologados y que difícilmente pueden servir para mantenerse a flote. Las mafias se los proporcionan para darles sensación de seguridad, pero de nada les servirían si hubieran tenido la desgracia de caer al agua.

A la cincuentena de inmigrantes se les apareció la fortuna en forma de embarcación de Salvamento Marítimo. Fue esta nave la que también los trasladó hasta el puerto de Melilla, donde periodistas de El Faro captaron las imágenes del desembarco.

Nuestros reporteros fueron testigos de escenas conmovedoras. Las de esos hombres utilizando sus teléfonos móviles para comunicarse con sus seres queridos, haciéndoles saber que lo habían conseguido, que se mantenían con vida y en el territorio del país donde esperan tener una oportunidad.

Cuando las personas de a pie emprendemos un viaje, avisamos a nuestros allegados de que lo hemos concluido sin problemas. Gracias a la tarea impagable de Salvamento Marítimo, los miembros de este grupo de inmigrantes también pudieron efectuar la llamada que dio la tranquilidad y el alivio a los suyos.

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