El Faro entrevista a Elena Fernández Treviño, consejera de Cultura y Festejos, haciendo un repaso por los eventos culturales del verano y sobre los preparativos para la Feria de Melilla, que se encuentra a la vuelta de la esquina.
–La gente se muestra bastante contenta con las actividades culturales que hay en la ciudad durante el verano. ¿Cuál es su análisis?
– Una cosa que podemos resaltar de la Consejería de Cultura y Festejos es haber puesto en el centro de la vida de los melillenses la cultura. Siempre se ha hecho cultura en la ciudad, pero nunca con el esmero y la calidad con que se hace ahora, sobre todo dando cabida a mucha gente que forma parte del tejido cultural no sólo de Melilla, sino también de fuera. Hemos puesto en agenda estos eventos y resignificar la cultura como lo que es, una fuente de transformación, crecimiento y libertad para el ciudadano.
Al final es así como concebimos desde aquí la cultura y no como mero ocio. Es una actividad mucho más profunda y mucho más transformadora. Este ha sido uno de los objetivos de esta Consejería y lo hemos conseguido. Durante la pandemia, la cultura en Melilla ha sido enorme y con un amplio espectro de actividades muy diversas que están pensadas para toda la ciudadanía y que llegan a públicos diversos. Además tenemos un área de relaciones interculturales que piensa en toda la ciudadanía. Hacemos cultura también pensando en la diversidad, lo cual es muy importante. Yo valoro la respuesta del público melillense. Creo que Melilla es una ciudad que responde a los eventos culturales de forma inigualable. La gente agradece muchísimo que el verano y el resto del año esté lleno de eventos y responde positivamente a todas las cosas que hemos organizado este verano.
–¿Cómo se plantea el último trimestre de 2022?
–Tenemos ya una programación enfocada al teatro Kursaal, al igual que durante el resto del año. Habrá eventos durante el fin de semana con compañías de nivel nacional que queremos que tengan presencia en Melilla y contaremos también con las empresas locales. Es muy importante sostener y cuidar todo el entramado de cultura local que se ha ido construyendo con esfuerzo y trabajo durante más de veinte años en la ciudad. Parte de esa cultura está llegando también a la península, pero en Melilla ya tienen una fama consolidada y de calidad. Ya sea teatro, danza o arte, tenemos un entramado de artistas en el ámbito cultural que pocas ciudades tienen.
Melilla, por su situación geográfica, tiene una situación similar a cualquier insularidad. Al final, esa desconexión con el territorio peninsular hace que todo sea más complejo, se encarezca y que cualquier cuestión técnica sea más cara y más compleja. Además, las empresas locales conocen ya muy bien el territorio y saben cómo moverse aquí. Hay que cuidar la cultura local y no sólo desde una endogamia ciega que se queda solo en lo que hay aquí, sino que la cultura trascienda.
Todos nuestros artistas locales viajan a la península y vuelven con ideas nuevas e innovadoras. Nosotros también estamos abiertos a que vengan otras empresas de fuera y nos traigan también todo lo que tienen porque son un faro y una referencia. Además, así la gente de Melilla no tiene que pagar un billete fuera para ver cosas de calidad. Queremos darle toda la amplitud y apertura que nuestra ciudad puede ofrecer, que es mucha.
–Los más jóvenes son los que más se quejan de la oferta de ocio y cultura en la ciudad. ¿Qué pueden esperar ellos?
–Yo creo que algo de razón tienen. Es verdad que hay un área de Juventud que siempre debe pensar en las actividades que tienen que ver con la gente joven, pero también desde Cultura y Festejos debemos pensar en ellos.
Este año con las fiestas patronales hemos pensado mucho en la gente joven. Toda la programación cultural que hemos hecho en verano estaba más dedicada a gente mayor. Entonces ahora hemos querido enfocar estas fiestas –que además se van a vivir con mucha tradición, mucha alegría y muchas ganas– en que los jóvenes vivan nuestra feria y la vivan con nosotros.
Actualmente desde Cultura también estamos pensando en actividades culturales para ellos, porque ahora está el bono cultural joven y así que puedan gastarlo en estas actividades. Por tanto, vamos a programar también pensando en ellos.
–Hubo quejas en el concierto de Jorge Drexler porque no se escuchaba correctamente y dijo que se harían remodelaciones en el Kursaal para solucionarlo. Septiembre está aquí al lado. ¿Se han hecho finalmente?
–Sí. En el Kursaal hemos hecho parada técnica durante julio y agosto. Nos ha servido para reciclar cuestiones que teníamos pendientes. Hemos revisado toda la tarima de madera, que necesita un cuidado y un refuerzo. También estamos en vías de cambiar el sistema de climatización; ya tenemos estudiado cómo podría mejorarse. Junto a Infraestructuras se ha programado una acometida de la cubierta y seguimos pendientes de arreglar algunas humedades de la pared lateral por donde se ha filtrado agua. Todos esos arreglos del Kursaal lo hemos ido haciendo también en pequeñas dosis durante el verano. Se han ido solucionando muchos de los problemas técnicos que tenía, sobre todo con la renovación del contrato mayor. Pero es cierto que el teatro se construyó con algunos efectos endémicos y que durante todo el tiempo, al no haber un mantenimiento adecuado, ha generado problemas a largo plazo. Poco a poco hay que ir arreglando estas cosas.
–¿Qué pueden esperar los melillenses de la nueva temporada del Kursaal?
–Pueden esperar teatro, danza, conciertos, ópera… Todo eso formará parte del elenco cultural de compañías que vienen de fuera con el programa Platea y también, por supuesto, cultura local. Las compañías de la ciudad han presentado propuestas que estarán presentes durante el último trimestre.
–En una ciudad donde sólo hay un cine, con una sala y estrenos comerciales, la Semana de Cine tuvo bastante acogida y trajo a la ciudad películas más indies. Desde Cultura, ¿se plantea realizar más eventos relacionados con el cine?
–Me gustaría que la sala de ensayos del Kursaal se convirtiera en una filmoteca. Desde ella podrían hacerse ciclos de cine con distintas temáticas, cinefórum y conferencias. Es un proyecto muy interesante y fomentaría la cultura cinéfila de la ciudad –que es bastante– se acerque los fines de semana. Aunque no sea algo muy mayoritario, porque quizás el cine ha derivado a un cine más comercial, que es el que más se consume, también tenemos público para ese cine de autor. Es un idea parecida a lo que se hacía en el aula de la UNED. Le comenté a su director que sería muy interesante y tiene la idea de recuperar ese ciclo de cine.Me gustaría organizarlo en lo que queda de 2022 y plantearlo para que arranque en 2023.
Sería también interesante hacer una colaboración de cine y colegios, haciéndolo con el Perelló, a través de convenios que también ayuden a sostener el único cine que tenemos en la ciudad. Es algo que ya se hacía antes y debería hacerse de forma continua. El año que viene tenemos que enfocar ese tema y acercar el cine a los colegios a través de sus salas.
–Todo el que viene asegura que Melilla es una ciudad de cine y, sin embargo, es una gran desconocida para mucha gente de la península. ¿Cómo va ese proyecto de ‘Melilla de Cine’?
–Ahora mismo este verano lo hemos dejado un poco aparcado. Estamos enfocados en las fiestas patronales, pero cuando acabemos me gustaría retomarlo en septiembre. Hay que crear esa infraestructura para que haya una sede de la Film Office en Melilla. Sería muy interesante que ese proyecto quedara ya finalizado antes de que termine la legislatura. Nuestro objetivo es que así sea y que se cree esa base para entrar en esa red de cine nacional y que Melilla se convierta en lo que queremos: un plató de cine. Ya ha habido películas que se han rodado aquí, pero hay que impulsar esa idea. Queremos hacer colaboraciones con la península y con el Festival de Cine de Nador, porque es un festival muy importante allí, y así abrir nuestra ciudad a través de la cámara.
–Está siendo un verano repleto de conciertos, entre Música a la luna, el Balcón de la Ensenada y ahora terminamos agosto con Ara Malikian. ¿Cómo está siendo su recepción?
–Hemos tenido muchos conciertos este verano y continúan hasta septiembre. Mikel Erentxun actuó el viernes por la noche y vendió todas las entradas un par de días antes. Ara Malikian es muy esperado, después de que tuvimos que posponerlo. Ahora estamos enfocados en la programación cultural y de conciertos de las Fiestas Patronales, que tendremos conciertos todos los días abocados a diversos públicos.
–¿Y quiénes van a ser?
–Tenemos que anunciarlo. Pero puedo adelantar que, como he dicho antes, hay una gran parte dedicada a la gente joven. Otra parte de flamenco destinada a las casetas. También habrá un grupo pop-rock de los 90 y otro dirigido a los más pequeños. Luego habrá una cantante, muy conocida por todos, que nos amenizará con el concierto del viernes 9 de septiembre y que va a gustar mucho a todos los melillenses.
También habrá dos días dedicados especialmente a grupos locales de Melilla. Hemos querido, como siempre, resaltar la cultura local y darle la oportunidad de que estén en nuestra feria. Tenemos muchos grupos locales y diversos, pero concretamente de pop-rock tenemos un listado de más de diez. A la gran mayoría de estos grupos le hemos dado cabida en nuestras fiestas patronales. Son días dedicados a nuestra cultura local.
–Después de dos años de parón la gente tiene muchas ganas de feria. ¿Qué pueden esperar los melillenses de ella?
–Nos estamos volcando con las casetas para reducir al máximo sus costes dentro de lo posible, pero vamos a intentar que los caseteros, después de dos años de pandemia, hagan la menor inversión para que les cueste muy poco de sus bolsillos y luego puedan rentabilizar lo que les cuesta a ellos montar las casetas. Festejos prácticamente dota de mobiliario (tableros, tablaos, mesas, sillas, equipos de música…) y estamos intentando ayudarles también con la instalación eléctrica de cada caseta.
Vamos a decorar la Feria, haciendo una revisión por cada portada de las casetas y renovar algunas de ellas. También queremos cambiar la estética de la valla principal para que esté más bonita. Queremos una feria que, no solamente en las casetas sino que el recinto ferial esté amenizado. Creo que eso será una novedad. Veremos el Real de la Feria con cosas que ocurren dentro del recinto ferial.
Nos consta que cada caseta se está volcando con la programación cultural y, por tanto, va a ser una Feria llena de actividad cultural y diversos concursos, como el de camisetas o el de sevillanas, vamos a mantener el día de la tapa… Será una Feria participativa, donde estemos todos, amenizada por eventos culturales, y esperemos no pasar mucho calor.
–¿Y los caseteros?
–Tienen también muchas ganas de volver a nuestras fiestas patronales después de dos años de pandemia. Se nota en cada una de las actividades culturales que hemos hecho. En los eventos de este verano la gente se ha volcado. En Semana Santa y Navidad la gente se echó a la calle. Estoy convencida de que esta feria se va a vivir con muchas ganas. Estoy convencida de que los melillenses se van a volcar en ella.
–¿Al final habrá noria?
–Creo que no. Han casi confirmado que no pueden venir. Es complicado porque hay muy pocas norias en España y están muy solicitadas. El empresario hace sus cálculos y va a las ferias que puede ir por carretera. Montarla, desmontarla, volver a montarla y cruzar el mar hasta aquí no le sale muy rentable. Va a ser casi imposible que venga. Pero, bueno, vendrá una atracción nueva y estoy segura de que lo van a disfrutar mucho.
–El evento de Miss y Mister Melilla siempre se ha celebrado por todo lo alto. ¿Por qué este año se ha reinventado de esta manera?
–Coordinamos el certámen de belleza con este evento, que va a dinamizar los comercios locales del centro. Nos pareció bien hacerlo allí. Estábamos con la programación cultural con vistas a las fiestas patronales y no teníamos previsto hacer el mismo modelo de certamen que se había hecho en años anteriores. Son concursos que a gran parte de la ciudadanía les gusta y en Melilla tenía mucha acogida, pero, aparte de Cultura y Festejos, también somos la Consejería de Igualdad. Por eso creemos que el cariz y el sesgo de este tipo de certámenes va cambiando durante el tiempo.
Ahora mismo muchos de los concursos han ido reduciendo tanto el número de trajes como el formato de belleza que se suele hacer. Nos habían reclamado mucho, por parte de la ciudadanía, si este año iba a haber este certamen. También íbamos a participar en el nacional y teníamos que enviar candidatos, como el resto de España. Así que, al hablar con los coordinadores del evento, al final decidimos reducir el formato y no hacerlo tan largo –antes llegaba a durar tres horas– y que fuese un solo pase en el que chicos y chicas tuvieran un solo traje blanco para premiar la elegancia de los que nos puedan representar en el certamen nacional. Nos pareció una gran oportunidad, así que cambiamos el formato e hicimos partícipes a los comercios y a la ciudadanía en el centro de la ciudad. Y al final que de ahí salgan los representantes de Miss y Mister Melilla que nos acompañen en las fiestas patronales. Esperamos que la gente venga, participe y disfrute.
–¿Y habrá Miss y Mister Infantil?
–No, hemos quitado esa parte. Precisamente en ese sello distinto en el que vamos a premiar la elegancia con toda la conciencia de la gente adulta que se presenta, hemos querido que no haya esa parte de belleza infantil. Quizás va menos con el formato distinto que pensábamos.
–Ha habido muchas idas y venidas respecto al Mercado Medieval y es un evento que gusta mucho a los melillenses. Debería haber abierto el verano, pero ¿hay esperanzas de que lo haga en otoño?
–Es verdad que el Mercado Medieval no compete a Cultura, sino al área de Melilla Monumental, que es un organismo autónomo y que funciona –aunque anexo a Cultura– de forma independiente y organiza las actividades de forma autónoma. Ellos habían pensado en un verano donde se resaltase la Melilla patrimonial, como las rutas que hay para conocer la ciudad. Mucha gente ha reclamado el Mercado Medieval y tanto desde Cultura y Festejos como desde Turismo dimos un paso adelante para ver de qué manera se podía repensar el mercado. Estoy pendiente de una reunión con la consejera de Turismo, Gloria Rojas, para repensarlo después de las fiestas patronales. Creo que desde Turismo sería más sencillo encarar este proyecto que desde Festejos, porque ya tenemos bastante comprometidos el presupuesto con vista a lo que queda de año, y desde ahí ver entre las dos como podemos recuperar en otoño ese mercardo que tanta gente nos ha reclamado y que tendría tanto tirón.
–Aunque todavía queda legislatura, ¿cómo han sido estos años al mando de la Consejería de Cultura y Festejos?
–Nuestra Consejería no descansa porque no sólo tenemos Igualdad y Educación –que requieren una exigencia muy grande con todo lo que encaran–, sino que también las áreas de Cultura y Festejos con un amplio espectro de actividades culturales. Es una macroconsejería con un trabajo enorme –diría que titánico– y muchísimo esfuerzo. Eso ha requerido de una renuncia muy grande también a nuestra vida personal y estar dedicados al servicio público las 24 horas de los siete días de la semana. Por eso estoy muy orgullosa del equipo que tenemos aquí.
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