Con la llegada del verano, debemos tener especial cuidado con la conservación de los alimentos. Las intoxicaciones alimenticias son en esta época más comunes de lo que se piensa debido a las altas temperaturas. El calor ayuda a que las bacterias crezcan, por lo que tenemos que prestar atención. El Faro ha consultado a la experta en nutrición, la dietista Marta López Ortuño, que da las claves a los lectores sobre la mejor forma de conservación de la comida y los productos más peligrosos.
En primer lugar, la dietista ha querido compartir varias recomendaciones preventivas. Con estos tips, se puede reducir el riesgo de intoxicaciones alimenticias en esta época estival.
- Lávate las manos y limpia bien todo: asegúrate de lavar tus manos, utensilios y superficies de cocina con frecuencia.
- Refrigera los alimentos rápido: no dejes comida perecedera fuera del refrigerador mucho tiempo.
- Cocina bien los alimentos: asegúrate de cocinar carnes, pescados y huevos hasta que estén bien hechos.
- Evita mezclar alimentos crudos y cocidos: usa tablas y cuchillos diferentes para cada uno.
- Fíjate en las fechas de caducidad: come los alimentos antes de que se venzan y sigue las instrucciones de almacenamiento.
- Lava frutas y verduras: lávalas bien antes de comerlas.
En cuanto a los alimentos que más riesgo tienen de estropearse con el calor son las carnes y pescados, ya que necesitan mantenerse fríos para evitar que se contaminen, según resalta López Ortuño.
Asimismo, aclara que los productos lácteos, como la leche y el queso, también son muy sensibles a las altas temperaturas. "Los huevos, los mariscos y las comidas ya preparadas son otros ejemplos de alimentos que deben refrigerarse adecuadamente para que no se echen a perder. Mantener todos estos productos en el refrigerador es clave para evitar problemas en verano", reconoce.
Alimentos y playa
El verano es sinónimo de ir a la playa con amigos o en familia. Reuniones en las que nunca falta la comida aunque hay que tener cuidado en la conservación, ya que este espacio se puede volver peligroso para la conservación de los alimentos si no se hace correctamente. Por este motivo, El Faro ha querido consultar con la dietista qué productos no recomendaría nunca que se incluyeran en la neverita de la playa y cuáles podríamos echar que conllevasen menos peligro.
En este sentido, ha subrayado que desde una una perspectiva nutricional, es recomendable evitar llevar a la playa alimentos que sean altamente perecederos y susceptibles a las altas temperaturas, como carnes, pescados, mariscos, productos lácteos y comidas preparadas que requieran refrigeración constante. "Estos alimentos pueden estropearse rápidamente y aumentar el riesgo de intoxicaciones alimenticias", recalca.
Por el contrario, comenta que los alimentos más fáciles de mantener en buen estado bajo el calor son las frutas frescas (como manzanas, plátanos y uvas), frutos secos, barras de cereales, sándwiches preparados con ingredientes no perecederos (por ejemplo, con hummus y verduras en lugar de mayonesa y embutidos) y snacks empaquetados como galletas o chips.
Para conservar estos alimentos de manera segura, es fundamental usar una nevera portátil con suficiente hielo o acumuladores de frío. Mantén la nevera en un lugar sombreado y ábrela solo cuando sea necesario para mantener la temperatura interna lo más baja posible. También es aconsejable transportar las bebidas en una nevera separada, para minimizar las veces que se abre la que contiene la comida.
Además de la playa, otro de los espacios más visitados en esta época son los chiringuitos. Aunque los controles de sanidad son exhaustos en estos espacios y debemos confiar en la higiene y conservación de sus productos, no está de mal nunca estar atentos ante posibles señales que indiquen que un plato no está bien.
"Aunque los chiringuitos están sujetos a controles sanitarios rigurosos, es importante estar atento a algunas señales que podrían indicar que un plato o alimento no está en buenas condiciones", aclara. Entre ellos está el olor, el aspecto, la temperatura y, por supuesto, el sabor.
- Olor inusual: si notas un olor extraño o desagradable en el plato o alimento, podría ser indicativo de que está comenzando a descomponerse.
- Aspecto físico: observa si hay cambios en la textura, coloración o consistencia del alimento. Por ejemplo, cambios en la textura de las carnes o presencia de manchas en frutas o vegetales.
- Temperatura incorrecta: asegúrate de que los alimentos calientes se sirvan calientes y los fríos se mantengan fríos. Si un alimento que debe estar frío está a temperatura ambiente, podría ser un signo de problemas de conservación.
- Sabor: si el sabor del alimento no es el esperado o tiene un gusto extraño, podría ser indicativo de que no está fresco o en buen estado.
"Si notas alguna de estas señales al consumir alimentos en un chiringuito, es recomendable abstenerse de comer más y notificar al personal para que puedan tomar las medidas necesarias. Es importante mantener la vigilancia incluso en lugares con altos estándares de sanidad", recuerda la experta.
Síntomas de una intoxicación
Si no se han seguido estas recomendaciones y comenzamos a sentirnos mal, puede que nos hayamos intoxicado con algún alimento. Entre el cuadro de síntomas que puede presentar una persona ante esta intoxicación se encuentran las náuseas, los vómitos, la diarrea, el dolor abdominal y, a veces, la fiebre.
"Si notas estos síntomas, lo primero que debes hacer es mantenerte hidratado, bebiendo mucha agua o soluciones de rehidratación oral. Descansa y evita consumir alimentos sólidos hasta que te sientas mejor. Si los síntomas son graves o persisten, es importante que consultes a un médico para recibir el tratamiento adecuado", resalta la dietista.