Desde hace unos años, cada vez son más las personas que compran a través de internet. Todos los comercios locales sufren en la lucha contra las multinacionales. Sin embargo, las librerías “de toda la vida” son las que más peligran. En la península muchas se han visto ya obligadas a echar el cierre y se encuentran en peligro de extinción.
Pero aunque el comercio local peligra frente a las grandes plataformas online como Amazon, en Melilla, sin embargo, la mayor parte de los ciudadanos optan por comprar en los comercios locales antes que por internet.
Mientras que en la península, los paquetes de Amazon pueden llegar en 24 horas, o incluso menos en algunos casos, en la ciudad autónoma el escenario es bastante distinto. Los gastos de envío y el tiempo que tarda en llegar el paquete resultan un inconveniente y prefieren acudir directamente a la tienda.
Gloria es una ciudadana. Cuenta a El Faro que ella siempre compra en los negocios locales y que eso de internet no es para ella. Además de que no entiende las “tecnologías nuevas”, como las llama, dice que prefiere que el dinero de la ciudad se gaste en Melilla y, por eso, apoya al comercio local.
Lo mismo opina Rosa, quien asegura que nunca ha comprado por internet y que prefiere gastar el dinero en los establecimientos de la ciudad. “Hace más falta y es muy necesario”, apunta.
Sin embargo, Agustín asegura que alguna vez sí que ha comprado por internet, pero cuando vivía en la península. Desde que está en Melilla no ha vuelto a hacerlo porque las cosas “no llegan bien”, se pierden o el tiempo de transporte es excesivo y acaba por no merecer la pena. Entonces decide buscar lo que quiere entre los negocios de la ciudad.
A María le ocurre igual. Confiesa que antes compraba más por internet, pero que ya cada vez lo hace menos y prefiere invertir ese dinero en la ciudad. “Aquí tenemos de todo y a unos buenos precios”, apunta.
Estos testimonios reflejan lo que gran parte de la población melillense siente ante la compra de productos online. Y este sentimiento se traslada igualmente al ámbito de las librerías. Aunque en el resto del país se está viendo gravemente afectado por las grandes plataformas nacionales, en Melilla parecen haberse declarado en huelga ante ellas.
Fran Álvarez, propietario de La Librería, habla con El Faro para ayudarnos a entender esta problemática. Por su situación especial, opina que en Melilla el uso de las grandes plataformas de ventas no tiene tanto peso como en la península.
“Me pongo en la piel de los libreros de la península y tiene que ser muy difícil competir con una plataforma que en tan corto periodo de plaza te pone un libro en tu puerta con tan solo un clic”, declara.
Asegura que en la industria editorial son muchos los factores que influyen en los tiempos de transporte. Un ejemplo de ello es cuando las editoriales se quedan sin existencias de un ejemplar y deben hacer una nueva tirada; o las ocasiones en las que las propias distribuidoras no cuentan con ellos y tienen que pedirlos a las editoriales.
Por este motivo, es muy difícil determinar la velocidad con la que puede llegar un libro a la librería desde que se encarga. El plazo puede variar de cuatro días hasta una semana, que suele ser la media.
“No existe un almacén mágico donde están todos los libros, se piden y ellos los traen”, explica.
Además de los plazos de envío, aunque en las grandes plataformas de ventas online suelen ofrecer descuentos interesantes, los gastos de envíos hasta Melilla siempre incrementan el precio de la compra considerablemente. En las librerías tradicionales, en cambio, aunque provenga de la península, el precio del libro se mantiene igual.
El propietario de La Librería explica que en Melilla el precio es incluso más barato. En España existe un Real Decreto que regula el precio de los libros y son las editoriales quienes lo marcan en el momento de su publicación. Los comerciantes no pueden modificarlo excepto en ocasiones puntuales. Por lo que el mismo libro cuesta igual en Oviedo que en Sevilla, por eso en la ciudad autónoma, al no tener IBI, saldría más barato. “Comprar libros en Melilla es más barato que en la península”, afirma.
Además de los plazos de tiempo y el precio, hay algo que tienen las librerías tradicionales respecto a las compras por internet. El ambiente, el trato personal y, en conjunto, la experiencia cultural que vive una persona al acudir a estos establecimientos son inigualables con estar sentado frente al ordenador y hacer clic en una página web.
María José es una ciudadana que confiesa que cuando busca un libro en concreto acude a internet por su inmediatez, pero que las librerías son sus lugares favoritos. Le gusta ir, ver y tocar los libros. Cada vez que entra en alguna, nunca sale con las manos vacías.
Como a ella le ocurre a otros melillenses. Es algo con lo que las compras por internet, por muy rápidas que sean, no pueden competir frente a las librerías de toda la vida. Ese es el “nodo cultural” que se crea gracias a este tipo de establecimientos, según explica el dueño de La Librería.
Al igual que puede ocurrir con un cine, un teatro o una librería, son nodos que tienen una gran importancia en las ciudades y que, a modo de “engranajes”, constituyen una parte muy importante de la maquinaria cultural.
“Puedes comprar un libro en Amazon o puedes comprarlo en una librería. Lo importante es lo que conlleva: la existencia de ese espacio y todo lo que puede provocar también de movimiento cultural en una propia ciudad”, explica.
Como destacan muchas personas, la experiencia cultural y vital que vive alguien al entrar en una librería es incomparable a las compras por internet. En los portales web pueden verse los distintos ejemplares en fotografías, que por muy detalladas que sean, no pueden compararse al hecho de verlas en físico y poder tocarlas.
“No es lo mismo ver la cubierta, que te puedes hacer una idea por las fotografías o por las descripciones que hacen, pero no es nada parecido a poder coger una buena edición entre tus manos, ojearla y ver si la quieres llevar a tu casa o no. Al fin y al cabo, estás tocándolo y disfrutando del libro de una manera totalmente opuesta a verlo por una fotografía en internet”, puntualiza.
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