Categorías: Opinión

El túnel de Alfonso XIII

La obra del Túnel de Alfonso XIII se presentó como la mayor obra de ingeniería civil desde el túnel de Canal de La Macha que une Francia con Inglaterra, sin embargo, por debajo de la propaganda con la que se inundó al ciudadano existía la sensación de que algo no les había salido según lo previsto. El túnel de Alfonso XIII ha resultado ser una obra técnicamente muy poco atrevida y lo lógico hubiese sido que tuviese un ramal hacia la barriada Ciudad de Málaga, porque la eliminación de ese acceso ha resultado incómoda y un error que ahora hay que rectificar.
El túnel es demasiado estrecho, motivo por el cual no pueden acceder al mismo,  ni los vehículos pesados, ni lo que es más grave, los vehículos de emergencia de Bomberos, Ambulancias, o los de los diferentes tipos de los cuerpos policiales y de seguridad, ante el riesgo de quedar atrapados en un atasco y no poder cumplir con su imprescindible misión. A los vehículos de emergencias no se les puede poner obstáculos y este túnel ha resultado ser una barrera infranqueable.
Los partidos políticos de la oposición y algunos ciudadanos presentaron públicamente sus objeciones, unos en ruedas de prensa y otros en cartas y opiniones en los diferentes medios de comunicación de Melilla, pero estamos ante un Gobierno Local que nunca reconoce errores y que además descalifica a quien le critica y así el presidente Imbroda llamó “indocumentados” a los que criticaron el resultado final del túnel.
La realidad se impone sobre los hechos y lo que no se ha estudiado todavía es si la eliminación de atascos y retenciones en la zona, algo que realmente se ha producido, se debe al soterramiento parcial de un carril de circulación o ha sido como consecuencia de la desaparición de los semáforos y la realización de la desproporcionada rotonda en superficie.
Mi opinión es que la descongestión del tráfico se ha producido por la desaparición de los semáforos y la regulación en superficie que produce la rotonda, pero, claro, mantener esta tesis supone que estamos ante un nuevo despilfarro económico y una inversión exagerada, 5 millones de euros, para un resultado técnico tan pobre.
Y esta opinión se ve consolidada por la noticia que ha aparecido días atrás y en la que se nos comunica que el Gobierno de Melilla invertirá 600.000 euros adicionales en “hacer accesible la barriada Ciudad de Málaga a los vehículos policiales y de emergencias”, que ya no pueden acceder de modo directo a este grupo de viviendas, porque el túnel al final se convirtió en muralla.
Los túneles tienen preferencia de salida salvo en Melilla, que desemboca directamente en una rotonda con obligación de ceder el paso. Si se quiere acceder a esta barriada, hay que subir hasta la rotonda de Lo Güeno, bajar y realizar un giro al límite hacia el antiguo acceso al barrio, junto a la Torre Picasso, donde los carriles en superficie son demasiado estrechos y camiones y autobuses casi rozan con las barandillas protectoras del túnel. La sensación final es que se está derrochando sin control el dinero público en obras que se podrían haber resuelto igualmente con otras de menor coste.

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