El trueque de un libro usado por otro evita comprar uno nuevo

El IES Miguel Fernández ayuda con el Banco de Libros de texto a las familias que tienen pocos recurso económicos l El proyecto se inició hace cuatro cursos.

María Paredes tuvo la idea cuatro cursos atrás. ¿Por qué no pedir a los alumnos que donen sus libros cuando terminan las clases para que estos manuales lleguen a los estudiantes que proceden de familias con pocos recursos económicos? Ella es una de las conserjes del IES Miguel Fernández y madre de alumnos de la ESO. Sabe bien lo qué es hacer un cálculo del dinero que hay que tener guardado para comprar los libros de texto y el material escolar para el inicio de curso. Esta idea se la comentó a Marisol Galán, maestra de Música y jefa de estudios adjunta de este centro. Entre las dos pusieron en marcha un proyecto solidario llamado Banco de Libros. Los estudiantes que terminan un curso donan sus libros y a cambio, reciben los del siguiente año de forma gratuita gracias a las donaciones de otros alumnos.
Este trueque ayuda a las familias a ahorrarse la compra de estos manuales, pero sobre todo, permite a los estudiantes que están en situación de exclusión social tener estos libros al inicio de curso. No se trata de competir con las editoriales ni con las librerías de la ciudad, asevera Galán, sólo es un proyecto solidario y educativo.
Éste es el quinto año que se desarrollará el Banco de Libros y en cada edición intentan mejorar aún más su efectividad. Galán explica que de media reciben unas 100 donaciones, esto hace que haya entre 200 y 300 libros para repartir, aunque no siempre consiguen los suficientes para cubrir la demanda del centro.
El sistema funciona de una forma muy sencilla. Un alumno entrega los libros que ya no va a utilizar, los que quiera, y aadquiere el derecho a recibir la misma cantidad. No obstante, la coordinadora del Banco de Libros explica que se tienen muchos más factores en cuenta, como si el donante de estos manuales los ha entregado en buen estado y si la familia tiene dificultades económicas para adquirir los libros de texto en septiembre. Afirma que los voluntarios de este proyecto están en contacto directo con la mediadora social que también asiste a las reuniones de equipo para determinar la distribución de los manuales entre los alumnos.

Éxito del proyecto
Galán destaca que el éxito de esta iniciativa está en la implicación de las familias. De hecho, señala que muchos padres entregan los libros de sus hijos sin esperar que a cambio que les den los del siguiente curso. Simplemente donan estos manuales porque sus hijos ya no los van a volver a utilizar y prefieren que la inversión que hicieron sirva para otros chicos.
También señala la coordinadora de este proyecto que el Banco de Libros va más allá del intercambio de unos manuales por otros. Asevera que se trata de una iniciativa educativa para todo el que participa. Los escolares saben que si sus libros están bien cuidados, tendrán más posibilidades de recibir algunos gratis el siguiente curso.
Galán indica que es una forma de que los chicos aprendan el valor que tienen estos libros y se den cuenta del esfuerzo que hacen muchos padres para que ellos puedan tener un manual nuevo para cada asignatura en el inicio de curso. Además, los padres también se implican en este proyecto formando parte activa de la comunidad educativa.

Faltan libros
Pero lo cierto es que no siempre hay suficientes donaciones para cubrir la demanda de las familias del IES Miguel Fernández. Galán explica que tienen pocos libros de los cursos superiores y esto hace que algunos alumnos no reciban la misma cantidad de libros que han donado. No obstante, afirma que gracias a la Consejería de Educación se han conseguido estos manuales extra para los estudiantes.
Por otro lado, la coordinadora del Banco de Libros destaca que en septiembre será la mediadora social del centro la encargada de presentar este proyecto, aunque algo más elaborado, a la Consejería de Miranda. La intención es que la Ciudad ayude en esta iniciativa para comprar los libros que sean necesarios en el caso de que las donaciones no sean suficientes para llegar a las familias con escasos recursos económicos.
De momento, sólo el IES Miguel Fernández cuenta con este Banco de Libros. En el resto de institutos se hacen intercambios entre las familias de los alumnos e incluso se compran los manuales de segunda mano. ¿Por qué no se extiende este proyecto? Galán asegura que las personas que lo desarrollan son voluntarias y dedican muchas horas a organizar todos los libros y las peticiones para que realmente sea un programa solidario con los estudiantes.

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