El Tribunal de Cuentas publica un informe de Melilla “cuando casi todo está asumido”

El consejero Daniel Conesa asegura que la mayor parte de los errores señalados   ya se han corregido.

El Boletín Oficial de las Cortes Generales publicó este miércoles el informe del Tribunal de Cuentas que corresponde a la fiscalización de Melilla en los años 2006-2007. Sus conclusiones son demoledoras para la ciudad, pero para tranquilidad de los melillenses, el consejero de Economía y Hacienda, Daniel Conesa, aseguró ayer a El Faro que la mayoría de las recomendaciones hechas están ya solucionadas. “La mayor parte están ya asumidas desde 2011 o en vías de ser corregidas”, destacó el también portavoz del Gobierno autonómico.
Prueba de ello, añade, es el hecho de que la apertura de un proceso penal (‘caso Mesa de Contratación’)  ha quedado archivado hace dos días a instancias de la Fiscalía.
Conesa habla del informe del Tribunal de Cuentas de los años 2006-2007 y se refiere a él como “mercancía caducada”. En su opinión, esas recomendaciones que dan mala prensa a la gestión del dinero público en la ciudad, sigue dando coletazos porque los tiempos de control y publicación de conclusiones son excesivamente largos. “Sería deseable que se agilizaran. El propio Tribunal es consciente de ello. Debería tener medios adecuados para que la fiscalización se haga lo antes posible, que tarde no más de dos años. De este modo, la Ciudad podría hacer las correcciones necesarias en el siguiente ejercicio examinado por los técnicos del Tribunal de Cuentas”, indicó a este periódico.
El consejero de Economía recordó además que hace poco se estuvo hablando en el Congreso de las cuentas de 2008-2009. “Salvo errores, ya lo tenemos todo corregido”, recalcó el consejero.
En esta línea, Daniel Conesa “sin querer echar balones fuera”, aclara que las recomendaciones que ha hecho el Tribunal de Cuentas a Melilla, también las hace a otras comunidades y organismos públicos. “Hace poco salieron las cuentas del Observatorio de la Mujer de la época de Zapatero y las conclusiones eran durísimas”, subrayó.
El consejero es consciente de que los datos negativos, tanto de Melilla como del Observatorio de la Mujer, suelen dar pie a su utilización política, pese a que sea un caso resuelto. “Estamos en noviembre de 2013 y seguimos publicando la fiscalización de 2006 y 2007: Nos dicen que lo corrijamos casi siete años después”.
Asimismo, Conesa afirmó ayer a este periódico que la Ciudad tiene en consideración todo lo que le ha señalado el Tribunal de Cuentas. “Cuando dice algo, procuramos corregir aquellas cuestiones que se puedan, pero hay que tener presente que los señalamientos nos los han hecho cuatro o cinco años después de cometidos los errores”.
En esencia, el informe del Tribunal de Cuentas correspondiente a los años 2006-2007 centra sus críticas en la forma en que el Gobierno melillense adjudicó contratos y subvenciones en esos años.
Así, por ejemplo, el Tribunal detecta que en ambos ejercicios la Ciudad imputó subvenciones a familias o empresas “incorrectamente” al capítulo de inversiones reales.
El Tribunal de Cuentas también recrimina a Melilla su “especial falta de colaboración”, sobre todo porque no le envió de oficio la información que en su momento le solicitaron o por la entrega de documentación insuficiente.
En general el organismo fiscalizador detectó que en los concursos (de adjudicación se contratos) examinados “no se establecieron adecuadamente los criterios de valoración de ofertas y de adjudicación de los correspondientes contratos al no especificarse las formas o métodos de valoración de algunos criterios selectivos ni de asignación de las puntuaciones de los correspondientes baremos”, según recogen las conclusiones del informe publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales.
También apunta el Tribunal de Cuentas que “en numerosos concursos, las valoraciones de los precios de las ofertas no se hicieron coherentemente con el principio de economía en la gestión de fondos públicos”.
Además, le señala a la Ciudad que “en las ejecuciones de los contratos de obras se produjeron frecuentes demoras no justificadas, que son particularmente incongruentes con la adjudicación de estos contratos”, concluye.

¿Qué es?
Recomendaciones del Tribunal de Cuentas
El Tribunal de Cuentas publicó este miércoles en el Boletín del Congreso las recomendaciones que hace a Melilla tras fiscalizar sus cuentas de 2006-2007, donde ha detectado irregularidades en la adjudicación de subvenciones y contratos públicos.
¿Por qué?
“Salvo errores, la mayor parte ha sido corregida?
El consejero de Economía, Daniel Conesa, asegura que, “salvo errores”, la mayor parte de las recomendaciones del Tribunal de Cuentas están corregidas o en vía de corregirse.
¿Cómo?
Melilla pide agilidad
La Ciudad cree que “sería deseable” que el Tribunal de Cuentas agilizara sus controles y entregará antes sus informes.

Se repiten las recomendaciones hechas a la Ciudad en 2004-2005

El informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas en 2006-2007 incluye en sus conclusiones las recomendaciones que el organismo había hecho a Melilla en 2004-2005 porque, según recoge el Boletín de las Cortes, “no se observan actuaciones encaminadas a su cumplimiento”.
La paradoja es que los errores no se puedan subsanar de un año para otro porque el informe de un ejercicio no se da a conocer hasta años después. Es el caso del informe de 2006-2007, que se conoce ahora en noviembre de 2013.
Así, entre los aspectos a mejorar en 2006-2007 está la aplicación “de forma más estricta” del procedimiento administrativo que rige la ejecución de los presupuestos.
También aconseja a Melilla “que lleve a cabo las reestructuraciones organizativas necesarias que permitan la adecuada segregación de funciones entre la gestión de ingresos y su control”.
El organismo fiscalizador recomienda además a la Ciudad que mejore el registro financiero para que concuerde éste con su balance y sus resultados.
El Tribunal de Cuentas sugiere  a Melilla que lleve una “adecuada contabilidad” de los compromisos de gasto con cargo a ejercicios futuros y que incluya el estado de las cuentas anuales.