Un hombre asegura en la grabación que le propusieron el expediente del ‘caso Novolujo’ por 40 millones de euros l También que alguien pagó “12 kilos” por conversaciones y registro.
El tribunal encargado de juzgar en la Audiencia Provincial de Melilla a los diez policías nacionales que en 2002 investigaron el ‘caso Novolujo’ admitió ayer como prueba una cinta en la que un hombre (presuntamente Mohamed Halifa Azman, supuesto cabecilla de la trama de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico) asegura que le ofrecieron el expediente de la investigación por 48 millones de pesetas y que luego se quedaba en 40, tal y como publicó El Faro el pasado lunes.
Esta persona (supuestamente Halifa) asegura en la cinta que le dijeron que si pagaba los 40 millones, le daban todo el dossier del ‘caso Novolujo’ y que él no aceptó porque no le gusta el chantaje.
A partir del rechazo de la oferta, continúa el supuesto Halifa en su conversación con dos policías nacionales, es cuando los agentes que investigaban el ‘caso Novolujo’ se vuelven hacia él.
En la grabación se dice además que una persona, a quien llaman ‘el lugarteniente’, le entregó a Halifa “un montón de cosas escritas en un papel” y fotos suyas “con unos y con otros”.
De este lugarteniente también se apunta en la cinta que alguien le había “soltado doce kilos de billetes” por “las conversaciones y los registros”.
Esta grabación fue obtenida por el policía nacional Juan José Gómez Plaza, ahora acusado de un delito de tráfico de drogas después de que la Guardia Civil se incautara de 114 kg de hachís hallados en los guardabarros de su coche. Como ya publicó ayer este periódico, esa cinta, que ayer se escuchó en la sala de vistas, fue grabada clandestinamente en un coche por orden del entonces comisario Julián Sáenz de Arenillas, que sospechaba que hubiera un topo torpedeando la investigación desde dentro.
Me lo van a demostrar
En la cinta reproducida ayer en el juicio, Halifa se pregunta por qué se meten con él “de esta manera” y recuerda que legalmente le han acusado de blanqueo de dinero aunque “ni siquiera hay un indicio” y amenaza: “Me lo van a demostrar con creces porque han hecho lo que han querido” porque “me han acusado de una cosa y no tiene nada que ver”. En este punto de la audición, en la sala de vistas el reloj marcaba ayer las 13:05 horas y Juan Belver, supuestamente el responsable del grupo de los diez acusados, se inclinaba hacia delante en su silla con la intención de escuchar mejor porque la grabación no era lo suficientemente nítida.
A partir de ahí se escuchan frases del tipo “Al final, los más perjudicados somos nosotros. Yo he perdido demasiado. Estoy harto de perder dinero”; “con lo que sé voy a ganar dinero”.
Finalmente Halifa se despide de los policías con una frase lapidaria: “Tú en tu bando y yo en el mío. Si un día te hace falta una cosa, pídela. Te la doy sin nada a cambio”. A lo que los agentes que le grababan contestan: “Sin nada a cambio”.
Los diez policías nacionales acusados de denuncia falsa, pruebas falsas, intromisión al derecho a la intimidad y violación del secreto de sumario escucharon ayer la cinta atentamente, aunque en algún momento hubo sonrisas de complicidad y pies nerviosos.
Diez agentes y mandos de la Policía Nacional, en el banquillo
A las diez en punto de la mañana se abrió la sala de vistas, en el segundo piso de Las Torres V Centenario, y fueron llamados a sentarse en el banquillo el inspector jefe en segunda actividad Juan Belver (en 2002, jefe de la UDYCO), los inspectores jefes Carlos Ramos Goris y Salvador Ros, el mando Germán César, Victoriano Panizo, Juan Carlos Calleja López, la subinspectora Susana Prieto, José Manuel Garrieta García, Carlos Alberto Ejido y el inspector jefe Eusebio Heredero.
Juan Belver fue el único de los acusados que llegó solo ayer a las Torres V Centenario y lo hizo con el gesto tranquilo, pero una vez dentro del edificio, echó a correr para que no se le escapara el ascensor.
Antes de pasar a la sala de vistas todos los acusados charlaban de manera animada y de temas intrascendentes, como el hecho de que en Madrid las aceras estén llenas de cacas de perro. Por allí se pasaron “ a verles las caras” tres de los acusadores: Francisco Suárez, Miguel Gómez Vázques y el empresario Hamed Uassani.
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