El tiro por la culata

Durante muchos días han existido voces desautorizadas que centraban las denuncias desde las páginas de este periódico por la continua suspensión de los vuelos de Air Nostrum con un interés por perjudicar a la empresa. Más bien el interés es por defender los intereses de los ciudadanos de Melilla porque esa frase lapidaria del presidente Imbroda de “mirar hacia el Norte” necesita, por supuesto, de unos transportes que sean eficientes, puntuales y modernos.

En más de una ocasión hemos planteado, en estas mismas páginas, que algo estaba sucediendo en Air Nostrum que se nos estaba escapando de las manos porque no era normal ese grado de suspensiones, aunque desde la misma empresa se diga que entra dentro de los parámetros normales que se consideran lógicos. Pero, ayer batieron todos los récords. Vuelos suspendidos desde el mediodía, sin cumplir con ninguno de los clientes y no tenía nada que ver el mal tiempo. No pasa absolutamente nada. Le arruinan la jornada a cientos de personas y las responsabilidades ni están ni se las esperan. Al final, más o menos, quieren que termines dando las gracias por lograr que te incluyan en otro vuelo o te abonen la noche de estancia en Melilla o Málaga. Sin darse cuenta que lo que desea es llegar a Málaga o a Melilla. Nada más y nada menos.

Volvemos a repetir que ya habíamos mencionado que algo estaba pasando en Air Nostrum porque no era nada normal. El SEPLA, el sindicato de Pilotos, es el que nos ha sacado de esa duda. En el magnífico trabajo de Tania Costa se deja muy claro que esa subcontrata que se está realizando con la compañía aérea canaria y con la danesa está dejando mucho que desear. Abarcan tanto, con tantos vuelos en España y en el extranjero, que al final tienen que acudir a subcontratar para poder cumplir con sus obligaciones contractuales. Y esa subcontratación no ha caído para otras ciudades. Ha tenido que ser la Ciudad Autónoma de Melilla la que termine por pagar los platos rotos de este desastre sin precedentes y sin paliativos. Como nadie protesta no pasa nada. Pero al final alguien protestará y no se podrá continuar jugando con los ciudadanos de Melillla.

Lo dijimos hace un mes aproximadamente cuando nos encontramos en una situación parecida y no pudimos salir de Melilla hasta dos horas y media después de la hora prevista, rompiéndose todas las conexiones previstas para llegar a mi domicilio tal y como teníamos previsto: los políticos no pueden seguir mirando hacia otro lado, porque el transporte es esencial, pero un transporte que no tenga estas pequeñas trampas de la subcontratación, donde uno piensa que está volando con la compañía regional de Iberia y nada más lejos de la realidad. Y es que ni siquiera te dicen que está siendo atendido por otra compaña. Intentan ocultarlo lo mejor posible. ¿Por qué será? Intentan engañar pero el tiro les ha terminado saliendo por la culata.

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