Lo único que en su momento dejó claro el técnico de la UD Melilla antes de emprender viaje a tierras peninsulares para disfrutar de unos días de asueto junto a su familia, fue que el inicio de la pretemporada tendría lugar entre el 15 y el 20 de julio.
Apenas faltan tres semanas para que llegue ese momento y casi todo está aún por hacer, por lo que la situación empieza a preocupar a buena parte de la afición melillense, que veía con ilusión cómo, al contrario que otros años, los cimientos de lo que sería el nuevo proyecto comenzaban a forjarse con tiempo suficiente. Una ilusión que con el paso del tiempo ha ido a menos, sobre todo después de ver el estancamiento en el que se encuentra el Decano de la Segunda División B en estos momentos.
El plantel azulino cuenta ahora con doce elementos a falta de la confirmación oficial por parte del club sobre la continuidad de Mahanan y Chota, que parece asegurada. En base a lo que hay, está claro que el técnico necesita vía libre para completar un equipo al que aún le falta por apuntalar varios puestos importantes. La llegada de un portero y un delantero se antoja obligada toda vez que Jesus Romero y Pedro Conde dejaron vacantes esas posiciones. Las opciones para defender el marco se han ido esfumando con el paso del tiempo. Primero fue Álvaro Ratón, portero del Villanovense, el que optó por aceptar la oferta del Zaragoza; y después fue el arquero catalán Marc Martínez el que atendió la llamada de Palop para defender la portería del Alcoyano. Ambos estaban en la órbita del conjunto norteafricano.
El 'impasse' en el que se encuentra el club hasta la formación del nuevo Gobierno de la Ciudad hace que el encargado de construir la plantilla esté atado de pies y manos. Fernando Currás no es partidario de comprometerse con un jugador en unas condiciones que luego no puedan cumplirse, y prefiere armarse de paciencia hasta tener la conformidad necesaria para poder cerrar algunas de las negociaciones que tiene sobre la mesa.
No es que la situación actual sea exclusiva de la UD Melilla, puesto que la mayoría de los equipos del grupo andan inmersos en la tarea de construir sus respectivas plantillas. Siempre hay excepciones como las de la Balona o el Villanovense, equipos que han apostado por la continuidad tanto del bloque como del cuerpo técnico, y que a buen seguro sacarán rédito de esta ventajosa situación a lo largo del próximo ejercicio liguero.
Además del guardameta y del delantero, el Melilla sigue sondeando el mercado en busca de un centrocampista y de un par de defensas ante la incertidumbre que supone el no saber si al final el técnico va a poder contar con los servicios de Juanjo y Amarito, quienes no tienen asegurada su continuidad en el equipo por causas bien diferentes.
Otro de los problemas que se le acumulan al técnico unionista es el de los jugadores sub 23. Sobre todo si, como parece, la entidad que preside Cristóbal Sánchez no cuenta con un filial acorde con las pretensiones del máximo responsable técnico azulino en Tercera División, porque, si de diera el caso, la idea del entrenador gallego es la de fichar a dos o tres futbolistas sub 23 ya formados para competir en Segunda División B.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…