Este año le corresponde procesionarlo en Málaga a los legionarios de Melilla.
La Compañía de honores del Tercio Gran Capitán I de La Legión de Melilla desembarcó ayer en el puerto de Málaga para trasladar al Santísimo Cristo de la Buena Muerte desde su templo hasta la Casa Hermandad, en un tradicional acto al que han asistido miles de personas.
Los legionarios llegaron a la capital de la Costa del Sol a bordo del buque de transporte Contramaestre Casado a las 11.00 horas y, tras pedir permiso para iniciar los desfiles por la ciudad, marcharon por las calles hasta la Iglesia de Santo Domingo, situada en la plaza Fray Alonso de Santo Tomás, donde han llegado sobre el mediodía.
Una vez allí, una docena de militares entró en el templo donde se encuentra la talla conocida popularmente como Cristo de Mena, y la transportaron hasta la plaza donde esperaban diversas autoridades, entre ellas la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y otros rostros conocidos como el actor Antonio Banderas.
El crucificado, que en algunos momentos fue sostenido a pulso por los soldados, fue trasladado hasta la Casa Hermandad, donde los hermanos de la cofradía lo colocaron en su trono, sobre el que salió en procesión ayer tarde junto a Nuestra Señora de la Soledad, custodiados por los militares.
La Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad se fundó en 1915 tras la fusión de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, que fue creada en el siglo XIX, y de la antiquísima Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, de la que se tienen referencias de 1579.
La Legión se vinculó definitivamente en 1921 a la Congregación del Cristo de Mena, que fue reconocido como su protector por las autoridades militares siete años después y desde entonces la imagen acostumbra a presidir los actos que se celebran en los diversos acuartelamientos españoles.
La imagen actual del Cristo de la Buena Muerte es obra del imaginero Francisco Palma Burgos, data de 1942 y sustituye a la anterior de Pedro de Mena, que se perdió en 1931.
Por su parte, la talla de Nuestra Señora de la Soledad es de autor anónimo del siglo XVIII y está vinculada a la Armada Española desde que en 1756 se produjo la zozobra de una fragata en la costa de Málaga que, según la leyenda, pudo salvarse por la luz que emitía la capilla que albergaba la imagen de esta Virgen desde las costas malagueñas.