El desempleo ha subido en Melilla en septiembre respecto al mes anterior, a no ser que alguno de los controvertidos estudios del Instituto Nacional de Estadística (INE) diga lo contrario.
Ya falta menos para su Encuesta de Población Activa del tercer trimestre y seguro que nos sorprenderá a todos con alguna de sus conclusiones referidas al mercado laboral en nuestra ciudad. Mientras tanto y si el INE no lo desmiente, Melilla terminó septiembre con 224 desempleados más que 30 días antes. Ése es uno de los datos que ofreció ayer Esther Azancot, directora territorial del SEPE. También dijo que los ‘culpables’ de estos malos resultados eran tres: Los jóvenes que han terminado sus estudios, los parados que no dejan de llegar de la península y el Sol. Son tres elementos que chirrían a cual más. Empezando por el último, hay que recordar que Melilla por desgracia aún no es un típico destino de ocio y vacaciones. De hecho, a falta de las características oleadas de, por ejemplo, nórdicas que se concentran en otras latitudes atraídas por el Sol, aquí el viceconsejero Javier Mateo se tiene que conformar con sumar guardias civiles y policías de refuerzo, que es evidente que no son lo mismo. Por lo tanto, difícilmente puede influir tanto un sector económico que está por desarrollarse y que genera ocupación hotelera de manera artificial, al margen de la meteorología.
El segundo argumento de Esther Azancot también resulta un tanto contradictorio si se analizan todas sus declaraciones de ayer. Por un lado, afirma que la entrada en el mercado laboral de jóvenes que han terminado sus estudios genera paro. Y por otro, afirma que 10.656 de los 13.382 parados que hay en Melilla no han finalizado la Educación Secundaria Obligatoria. Además, de éstos, 758 son analfabetos. Y la directora territorial del SEPE añade que la formación es una de sus principales preocupaciones. Si el mercado laboral no es capaz de absorber a los jóvenes preparados, ni a los medianamente preparados ni a los que carecen de toda preparación, quizá Azancot debería poner la vista en los empresarios y tratar de entender por qué éstos no necesitan a ningún trabajador, con independencia de su nivel de formación.
Y finalmente, la directora del SEPE en Melilla vuelve a señalar a los parados que llegan de la península y que se inscriben en las listas del paro en nuestra ciudad. Este mes, según Azancot, han venido 78, pero otra vez se ha ‘olvidado’ de contabilizar los que se han marchado. De este modo seguimos sin conocer la validez de su argumento.
Si a todo ello añadimos que los datos no se purgan, resulta casi imposible observar el comportamiento del mercado laboral en Melilla, siempre influenciado por la puesta en marcha o la finalización de los planes de empleo.
Al final Azancot, va a conseguir que los ciudadanos demos más credibilidad a los datos del Instituto Nacional de Estadística que a los del Servicio Estatal de Empleo, lo que sin duda tiene su mérito en nuestra ciudad.