“El sindicalista no se hace, sino que nace con estas inquietudes”

Manuel Moreno ha vivido cuatro crisis económicas, incluida la del ‘petróleo’ de 1973, y diez reformas laborales, pero asegura a El Faro que “ninguna tan injusta como la que ha aprobado el Gobierno central hace unos meses”.

Manuel Moreno es el secretario general de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO desde hace once años. Siendo un adolescente coqueteó con el sindicalismo y es que asegura que “el sindicalista no se hace, sino que nace con estas inquietudes”. Se muestra “muy orgulloso” de la manifestación que la pasada semana realizó el colectivo de estudiantes contra los recortes en Educación y asegura que se le pusieron los vellos de punta cuando vio que más de 400 chicos pedían una mayor calidad de la enseñanza en la ciudad. En esos momentos, sintió que “la vieja guardia” tenía remplazo en un futuro. Además, señaló cómo durante los últimos meses la sociedad melillense está mucho más convencida de la necesidad de continuar con la lucha sindical y que están recuperando el poder de convocatoria de hace años. Moreno comento a El Faro cómo entró en el mundo de los sindicatos, qué le trajo a Melilla y cuáles son los retos de los agentes sociales en la ciudad, entre ellos destaco: El Consejo Económico y Social y la renovación del convenio colectivo de Comercio.
Moreno nació en Nerja hace más de 50 años, pero siendo un crío se trasladó hasta Alcalá de Henares con su familia. Allí comenzó a entrar en contacto con el mundo de los sindicatos de forma clandestina, ya que en 1972 “no estaba permitido reunirse para hablar sobre los derechos que tenían los trabajadores”.
En su centro de trabajo el ambiente estaba “muy cargado” por numerosas injusticias que se estaban produciendo. Así, a sus quince años se inscribió en la UGT y comenzó a asistir a las reuniones que hacían en la calle Carmen Lázaro, en un piso donde tan solo había una bombilla y al que tenían que subir de uno en uno. El control era tan evidente en aquella época por parte de la Policía que incluso llegaban a saludar a ‘la secreta’ que se apostaba frente a este inmueble y que tomaba nota de sus nombres y sus entradas y salidas. En más de una ocasión fue detenido, una de ellas por pegar un cartel informativo en la calle.

Siempre en sindicatos

Este sindicalista no llegó a Melilla hasta 1984, con el objetivo de consolidar su categoría profesional en el Parador. Vino para dos años y ya lleva en esta ciudad 28.
Dentro de UGT vivió la transición y no fue hasta 1992, ya en Melilla y a raíz de la escisión que hubo en el sindicato al relevar Alonso Díaz a Alfredo Martínez, cuando Moreno abandonó tanto UGT como su militancia en el PSOE local y se pasó a las filas del CCOO. Así, declaró que “quien es sindicalista lo es para siempre” y que no pudo dejar este mundo de los agentes sociales porque, según su experiencia, “ese gusanillo nunca desaparece”.
¿Notó la diferencia de cómo trabajaban los sindicatos cuando llegó a Melilla? “Sí. Aquí es distinto”, apuntó. Moreno explicó que en la ciudad no hay grandes empresas ni industrias potentes en las que haya habido movimientos de obreros, como sí ocurría en las grandes ciudades. Así, detalló que la mayor parte de los sectores de sindicatos en Melilla se ocupan de negociar con la Administración, ya que hay un mayor número de funcionarios.
Moreno resaltó que no tiene nada que ver cómo se negocia con la Ciudad o con el Estado a cómo se hace en la empresa privada y que siempre ha sido más fácil llegar a acuerdos adecuados para las partes cuando se trata de la Administración. “El patrón de la Administración es más negociador que el patrón de la empresa privada”, aseguró.

Los convenios en Melilla

Moreno recuerda con claridad cuál fue su primera intervención como sindicalista en Melilla. Fue en la negociación con el sector de la Hostelería en 1987-1988 para aprobar el primer convenio de esta área económica de la ciudad. Moreno indicó que tuvieron que redactar este documento con aportaciones recogidas de los convenios colectivos de la Costa del Sol, Cataluña y Baleares. Fue un muy buen texto, tanto es así, que sobre él se han ido realizando las reformas necesarias a lo largo de estos años, según afirmó.
Entre los retos a los que se enfrentan ahora los agentes sociales está conseguir un convenio nuevo para el sector del Comercio. Este sindicalista aseguró que “la cerrazón” de la Asociación de Comerciantes de Melilla (Acome) ha provocado que aún esté en vigencia un acuerdo del 96 y que todos los intentos de “construir un nuevo texto” hayan sido fallidos.
En referencia a este tema, Moreno destacó que los trabajadores de este sector aún no han recibido el 1% de su sueldo del 2010 que les correspondía y que el presidente de Acome, Enrique Alcoba, sólo anuncia que no puede obligar a sus asociados a que hagan este pago a sus empleados, a pesar de que haya una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Andalucía que les insta a ello.

Un órgano consultivo

Otra de las medidas pendientes en Melilla para los sindicatos es la constitución del Consejo Económico y Social. Moreno explicó que la ciudad es la única región española que no cuenta con este órgano consultivo. Llevan quince años esperando a que salga adelante este tema y “volvemos a lanzarlo al aire”, según apuntó, para ver si el nuevo delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, lo tiene en cuenta. Por ejemplo, la negociación de la aplicación de las bonificaciones se podría haber tratado en este órgano y no que el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, haya tenido que intervenir, detalló este sindicalista.

Esta reforma laboral, la peor

Moreno aseguró que ha vivido, como todos los de su generación, cuatro crisis económicas y que ninguna es como ésta. Afirmó que no entiende cómo son los bancos los culpables de todo lo que se ha especulado con la construcción. Y sin embargo, las reformas que se han hecho desde el Gobierno central se han enfocado al recorte de inversión en sanidad y educación, dos pilares en los que descansa el estado del bienestar. No se explica cómo no se hace una reforma financiera, pero sí una laboral que no era necesaria en los términos en los que se la llevado a cabo. Este sindicalista declaró que de las diez que ha vivido, ésta es la “más injusta” de todas.
En cuanto a la crisis económica mundial, Moreno dejó claro a El Faro que se echa a temblar cuando escucha tanto al ministro de Economía, Luis de Guindos, como a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, decir que España no necesita un rescate. “Por mucho que digan que la economía española tiene fortaleza, me da la impresión de que en un par de meses realizarán un rescate económico desde Europa”, explicó.
El secretario general de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO insistió en que el papel de los sindicatos es muy importante en la ciudad y que “ahora, la gente está más convencida de la lucha sindical”. “Los trabajadores están viendo cómo ‘el lobo’ llega para todos”, aseveró.
Por último, resaltó el valor de las protestas de los jóvenes de Melilla el pasado martes, cuando reivindicaron en la calle su derecho a una mejor calidad de la educación. “En ellos vimos nuestro remplazo en un futuro”. Indicó que la sociedad ve a los jóvenes apáticos y egoístas y en cambio, en esta manifestación se pudo observar su implicación con los temas que afectan al conjunto de la sociedad melillense. Así, mostró su orgullo por esta generación que “superó muchas trabas” para poder organizar, aunque con ayuda de los sindicatos, esta movilización”.