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El secuestro de las tortugas

Seguramente tú o alguien que conoces tiene una tortuga como mascota en su casa. Es muy probable que hayas ido un fin de semana a comer a Los Pinos y te hayas encontrado a este reptil andando y hayas decidido llevártelo. O quizá un amigo, un vecino o incluso a algún familiar tuyo tiene una en su casa desde hace décadas. Detrás de esta práctica aparentemente inocua, se esconde un tema extremadamente preocupante que afecta tanto a las tortugas como a nuestro entorno natural y por supuesto te afecta a ti personalmente. Vamos a conocer más sobre esta especie y vas a descubrir porqué te afecta directa y negativamente que haya personas que tengan estos animales en casa.

Tortuga mora o Testudo Graeca

La tortuga mora es un reptil que se caracteriza por un tener caparazón abovedado, con una superficie compuesta por placas óseas llamadas escudos. La forma y el tamaño del caparazón pueden variar entre individuos, pero suele medir entre 25 y 35 centímetros de longitud siendo adultas. También tiene un caparazón por debajo, en la zona ventral y se llama plastrón. Además, en la parte posterior de las extremidades traseras, la tortuga mora tiene pequeños espolones o protuberancias óseas. Estos espolones son más prominentes en los machos y se utilizan durante el cortejo y la copulación.

Son originarias del Mediterráneo occidental y se distribuyen principalmente en el norte de África, incluyendo Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, así como en algunas regiones del sur de Europa, como España, Italia y Grecia.

Comportamiento

Es un animal de hábitos terrestres, es principalmente diurno y además es ectotermo, lo que significa que regula su temperatura corporal a través de fuentes externas de calor, como la luz solar. Durante los meses más fríos del año entran en un estado de letargo, conocido como hibernación. Durante este período, reducen su actividad metabólica y se refugian en lugares protegidos para conservar energía y sobrevivir a las condiciones climatológicas del invierno.

En su hábitat natural, las tortugas moras consumen una gran variedad de plantas y vegetación que se encuentran en su entorno. Esto puede incluir pastos, hojas, flores, brotes, hierbas y frutas silvestres. Su dieta además puede variar dependiendo de las estaciones del año. Aunque es principalmente herbívora, la tortuga mora puede ocasionalmente consumir insectos u otros pequeños invertebrados como parte de su dieta.

Reproducción

La reproducción de las tortugas moras sigue un ciclo anual bien definido, con distintas etapas clave a lo largo del año. La temporada de apareamiento generalmente tiene lugar en la primavera, que es cuando las temperaturas comienzan a aumentar y los días se alargan. Después del apareamiento, las hembras buscan un lugar adecuado para la puesta de huevos, que suele ocurrir en verano.

El número de huevos en cada puesta puede variar, pero generalmente oscila entre 3 y 7 huevos por puesta, dependiendo del tamaño y de la salud de la hembra. La incubación de los huevos puede durar entre 2 y 3 meses, durante los cuales los huevos están expuestos a las condiciones ambientales del entorno.

Un dato curioso es que la temperatura durante la incubación es de vital importancia, porque determina el sexo de las crías. Si la temperatura es más baja, predominarán los machos, mientras que si es más alta, habrá más hembras.

Por qué su captura es un problema

Existe una parte de la población de estos reptiles que ha nacido en cautividad y que lleva varias generaciones utilizándose como mascota, tras una serie de permisos y papeles que acrediten su origen. Pero hay otra parte de la población que es silvestre es decir, que no ha nacido en cautividad y por tanto su captura y posesión es ilegal, además de que puede tener consecuencias negativas para la especie.

En la naturaleza, estos animales juegan un papel importante en el medioambiente como herbívoras, es decir, contribuyen al control de la vegetación, además también sirven como presas para ciertos depredadores.

En Melilla tenemos poco territorio, esto puede suponer un problema para que exista un buen intercambio genético, más si se recogen ejemplares y se llevan cautivos en vez de soltarlas libremente en su hábitat natural. Puede suponer un factor negativo para el futuro de toda nuestra fauna si mermamos nuestra población de reptiles voluntariamente.

El estado de conservación de las tortugas moras es motivo de preocupación, ya que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la especie está catalogada como "Vulnerable" a nivel mundial debido a la reducción de su hábitat y debido a la presión por la captura para el comercio de mascotas. En España, las tortugas moras están clasificadas como "En Peligro" según la legislación nacional y se enfrentan a amenazas como la pérdida de hábitat, la captura ilegal y el atropello en carreteras.

Cómo te afecta a ti

La extracción de la tortuga mora de su hábitat natural puede contribuir al declive de la población local de esta especie y por tanto afectar negativamente al medioambiente de Melilla. Todos tenemos derecho a disfrutar de la naturaleza y el deber de respetarla y cuidarla y más cuando se trata de la naturaleza que está en tu propia ciudad, el lugar donde vives. Que merme la fauna local significa que el patrimonio natural de tu ciudad está desapareciendo.

Por otra parte, a nivel legislativo, hay ciertas leyes que protegen a la fauna. Concretamente la Tortuga mora está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, por lo que su captura del medio natural se cataloga como una actuación totalmente ilegal.

Conclusión

Por lo tanto, como ciudadanos responsables tenemos un papel que desempeñar en la protección de nuestra fauna el respeto hacia nuestro medioambiente y por lo tanto en la preservación del patrimonio natural de Melilla.

Al respetar las leyes y regulaciones que protegen a esta especie y otras similares y al promover prácticas de conservación sostenibles, podemos garantizar un futuro saludable y sostenible para nuestros reptiles y para el ecosistema en el que habitan.

Juntos, podemos marcar la diferencia y asegurar que esta maravillosa especie continúe siendo parte de nuestro patrimonio natural durante muchas generaciones más.

 

 

 

 

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