Editorial

El Rey recibirá al presidente Imbroda

No va a ser la primera vez que suceda porque ocurre siempre después de los nuevos nombramientos de los presidentes autonómicos salidos de las urnas, pero esta vez será muy importante para la ciudad. Que el Rey Felipe VI reciba oficialmente al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, tratándolo como un igual con respecto al resto de representantes autonómicos españoles, es siempre una magnífica noticia.

Aparte del aspecto institucional que indudablemente tiene este encuentro en Madrid, el trasfondo político nos lleva a considerar que se trata de un espaldarazo interesante para todos los melillenses, un refuerzo de españolidad para el futuro y un reconocimiento expreso por la máxima autoridad del país, del jefe del Estado, de la indisoluble unidad de España.

En tiempos de tribulaciones como el actual, con un Marruecos muy crecido contra Melilla y Ceuta ante el Gobierno de Sánchez, que Felipe VI cuente con el presidente melillense al mismo nivel que los de todas las comunidades autónomas, establece un criterio muy claro frente a las ansias anexionistas de nuestro vecino: es decirle a Mohamed VI que por mucho que empuje, la ciudad es y seguirá siendo española.

Otra cosa distinta es que el Gobierno en funciones quiera poner toda la carne en el asador en la defensa de las dos ciudades autónomas en el norte de África. Ya hemos asistido con tristeza a la ausencia de reacción diplomática frente a la inclusión de los dos territorios en el mapa marroquí. Nosotros no somos pescadores andaluces acosados por Gibraltar, ni el Reino Unido es el chantajista Marruecos.

Siendo doloroso que no hubiera ni una mísera queja oficial ante los alauitas, tampoco podemos olvidar que 18 meses después del anuncio de la aduana comercial, ésta permanece cerrada por decisión de Marruecos y aquí seguimos como si tal cosa.

Por mucho que nos insistan en que la ‘hoja de ruta’ se va cumpliendo, en Melilla no se ve por ningún lado el “éxito” del que hablaba hace unos días el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que se fumó un puro después de esas declaraciones, sabiendo como sabía que seguimos bajo la bota marroquí que impide nuestra viabilidad económica de futuro.

No le faltaba razón al presidente de la Confederación de Empresarios, Enrique Alcoba, cuando comentó que sin aduana comercial, sin régimen de viajeros recíproco, sin una bonificación al transporte de mercancías de primera necesidad que abaratara los precios, lo menos que podían haber hecho desde Madrid era dejarnos como estaba nuestro 50% de subvención de las cuotas patronales a la Seguridad Social como un acicate más para tener la opción de atraer empresas a Melilla. Pues ni eso se ha respetado.

 

 

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