En la selección hubo muchos descartes. Uno de los testigos rompió a llorar durante la declaración. La Audiencia Provincial de Málaga en Melilla estrena este 2014 con el primer juicio con jurado popular del año. A primera hora de la mañana los candidatos a jurado se dieron cita en la segunda planta. De la treintena que se presentó solamente fueron escogidos once, dos de ellos suplentes, que tendrán que deliberar si el acusado del homicidio de un argelino en 2012 es inocente o culpable. Éste es el reto de ocho mujeres y tres hombres: Durante esta semana escucharán las declaraciones de testigos, investigadores, guardias civiles, médicos y peritos. Únicamente cuando se hayan realizado todas las comparecencias se encerrarán en la sala de deliberaciones para emitir un veredicto completamente aislados del exterior.
No se les permitirá comunicación alguna con el exterior, de hecho se les requisan momentáneamente los teléfonos móviles, hasta que tengan un veredicto de inocencia o culpabilidad.
En la jornada de ayer escucharon la declaración de inocencia del único acusado por la muerte del ciudadano argelino, que falleció en marzo de 2012 a causa de una puñalada mortal que le atravesó el corazón.
Durante la declaración estuvo asistido por el intérprete oficial castellano–árabe, si bien en varias ocasiones se quejó al presidente de la Audiencia Provincial, José Luis Martín Tapia, de que no se entendía bien con su intérprete y llegó a solicitar uno nuevo. Martín Tapia no accedió a tal petición al entender que pretendía evadir las preguntas que el Ministerio Fiscal le estaba realizando. El abogado defensor también consideró que su cliente estaba teniendo problemas de “entendimiento” con el intérprete, pero el interrogatorio siguió adelante.
Un testigo rompió a llorar
Uno de los principales testigos del caso, un inmigrante subsahariano que presenció los hechos y acudió ayer a la Audiencia para declarar, rompió a llorar en medio del interrogatorio tras relatar ante el jurado los últimos momentos de la víctima “agonizando en el suelo”. Después de unos minutos, volvió a recuperar el ánimo y la palabra para concluir su relato.
Por otra parte, el testigo protegido que sería el compañero de celda del acusado a quien confesó el crimen, intentó evitar su declaración ante el jurado. Actualmente está en el Centro Penitenciario de Salamanca y hubo que esperar a que llevaran al testigo hasta la sala de declaraciones a través de videoconferencia. El presidente de la Audiencia le advirtió de que de negarse a declarar sería trasladado a Melilla o acusado de dos delitos: Obstrucción a la Justicia y desobediencia a la autoridad judicial.