La citación a la consejera de Presidencia y candidata por el PP a las elecciones del 26M, Paz Velázquez, para que acuda a declarar el próximo 12 de junio por la querella que le presentaron en marzo pasado, entre otros, Mustafa Aberchán y varios dirigentes y candidatos a las municipales por Coalición por Melilla, reabre en plena campaña electoral la tensa y agria polémica en torno a la prohibición de importar corderos originarios de Marruecos para la pascua islámica del Aid el Kebir.
En realidad, resultaba una incógnita que este asunto no hubiese trascendido hasta ahora al escenario electoral de manera pública, teniendo en cuenta la sobreexplotación con que CpM ha venido utilizándolo en los últimos años en su dura estrategia de enfrentamiento al Partido Popular.
“La citación a la consejera de Presidencia, Paz Velázquez, para que acuda a declarar el próximo 12 de junio por la querella que le presentaron en marzo pasado, entre otros, Mustafa Aberchán y varios dirigentes y candidatos por CpM, reabre en plena campaña electoral la tensa y agria polémica en torno a la prohibición de importar corderos originarios de Marruecos para el Aid el Kebir”
Lo anterior en lo que al discurso público respecta, porque en su campaña más directa con su potencial electorado, los cepemistas no lo han olvidado y así, entre sus cuestionadas consignas contra el “voto a los cristianos”, no dejan de recordar que los populares son los culpables de haber acabado con lo que ellos llaman sus “tradiciones”, es decir, el sacrificio en el domicilio particular de un borrego, comprado y traído desde Marruecos.
Aberchán, que cuando fue presidente de la Ciudad tuvo que admitir las razones por las que, en 1999, tampoco se pudo importar borregos de la cabaña ovina marroquí, convirtió en una afrenta a los ritos de los musulmanes melillenses las órdenes ministeriales dictadas por los Gobiernos nacionales del PP a partir del brote de fiebre aftosa de finales de 2015 en Marruecos.
Las manifestaciones, el tortuoso episodio del verano de 2017 en la frontera, con el propio Aberchán y otros cepemistas encadenados y empeñados en traer a Melilla unos borregos que no terminaron de superar todos los requisitos exigidos, escribieron algunos de los episodios más conflictivos de nuestra reciente historia local, y dieron lugar a una primera querella de CpM contra un comandante de la Guardia Civil, un veterinario y el exdelegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani.
A esa primera, se suma ahora la presentada, en marzo pasado, contra la consejera Paz Velázquez y un alto funcionario de la Ciudad Autónoma, en concreto el secretario técnico de Coordinación y Medio Ambiente, Juan Luis Villaseca.
La nueva denuncia ya fue anunciada en septiembre pasado por el propio Aberchán y el abogado contratado para interponerla, nada más y nada menos que el conocido Gonzalo Boye, formado como abogado durante sus años de cárcel por colaborar con ETA y defensor actual de Puigdemont.
La querella se centra, en concreto, en la negativa de la Consejería de Presidencia y Sanidad Interior a autorizar el uso del matadero municipal como cebadero en el que almacenar los borregos que los melillenses hubiesen adquirido en Marruecos para el Aid el Kebir del pasado año.
Gracias al cambio de Gobierno nacional post moción de censura y a la orden ministerial del Gobierno de Pedro Sánchez, que para la pascua de 2018 modificó las anteriormente dictadas por el PP, los cepemistas variaron la dirección de sus movilizaciones a favor del ovino marroquí, y en lugar de seguir atacando a la Delegación del Gobierno principalmente, como habían venido haciendo en tiempos de El Barkani, focalizaron todas sus críticas en el Gobierno Imbroda y la consejera Velázquez, por su directa competencia en cuestiones de sanidad interior dentro del organigrama del ejecutivo local.
En realidad, las modificaciones que introdujo el PSOE en las órdenes ministeriales que desde 2016 han venido condicionando la entrada de borregos marroquíes a Melilla, eran mínimas pero incluían un detalle crucial al servicio del conflicto alentado por los cepemistas. En concreto, no sólo permitía, como ya había hecho el PP, que personas jurídicas, es decir, sociedades mercantiles o empresas de importación, pudieran traer borregos desde Marruecos, excepcionalmente y únicamente para la fiesta del sacrificio islámico, sino que lo autorizaba también para particulares o personas físicas, aunque manteniendo la exigencia de que los borregos, una vez en Melilla, fueran trasladados a un cebadero y no a los domicilios personales.
Como CpM consideraba que el matadero, la Plaza de Toros o incluso la Granja Agrícola podían catalogarse de cebaderos, que la Ciudad Autónoma no autorizara su uso para almacenar los borregos adquiridos en Marruecos, suponía una afrenta que, a la postre, ha traducido en una querella, presentada finalmente el pasado 30 de marzo y admitida por el Juzgado de Instrucción nº5 de nuestra ciudad.
La querella califica de arbitraria la denegación que Paz Velázquez hizo del uso del Matadero como lugar donde concentrar los borregos adquiridos en Marruecos por particulares, y la acusa de hacerlo además con respuestas tardías y sin fundamento. Por tal motivo, la consejera y el secretario técnico deberán prestar declaración en el Juzgado y, a partir de ahí, ya se verá qué curso toma el trámite y si finalmente sigue o no adelante.
Pero, entre tanto, su calculada presentación, por unos hechos acontecidos en agosto de 2018, traen al plano político y electoral la espesa polémica del borrego, nuevamente en clave de confrontación y obviando que, en realidad, la celebración del Aid el Kebir siempre ha contado en Melilla con un gran respaldo institucional, especialmente por parte de la Ciudad Autónoma y el Gobierno de Juan José Imbroda. Eso sí y como no puede ser de otro modo, conforme a la legislación vigente y las normas sanitarias en vigor. Las mismas que igualmente determinarán este año la nueva celebración del Aid el Kebir y que, muy probablemente, serán mucho más restrictivas tras producirse, recientemente, nuevos brotes de fiebre aftosa, en algunos casos en lugares tan cercanos como Alhucemas, y frente a los que ya se anuncian mayores medidas de profilaxis respecto de la ganadería marroquí.