Categorías: Editorial

El rescate

EL Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) rescató ayer al mediodía de las aguas que están frente al Club Marítimo el cadáver de un varón con rasgos magrebíes.

La ONG Pro Derechos de la Infancia (Prodein) da por sentado que se trata del menor que desapareció la pasada Nochevieja tras lanzarse al mar para intentar alcanzar a nado uno de los barcos que unen Melilla con la península y colarse como polizón.
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, es más cauto aunque admite que hay indicios para creer que se podría tratar del joven desaparecido el 31 de diciembre.
La Guardia Civil también mantuvo la cautela, a la espera de los resultados que arroje la autopsia.
De confirmarse la muerte de un menor de edad tutelado por la Ciudad Autónoma, estaríamos ante un problema grave para el que, de momento, no tenemos una solución. Y lo peor, podría repetirse.
Para muchos de nosotros es doloroso ver a menores extranjeros no acompañados pidiendo en las calles de la ciudad. ¿Por qué prefieren pasar frío y dormir a la intemperie en lugar de comer y descansar en La Purísima? ¿Por qué los menas quieren ser polizones?
Probablemente detrás de las respuestas a estas preguntas esté el inicio de la solución a un problema que la Consejería de Bienestar Social quiere atajar con educadores de calle y con su intención de devolver a Marruecos un centenar de menores acogidos en Melilla con familiares directos en el país vecino.
El tema de los menas acogidos por la Ciudad es un problema enquistado, pero tiene solución. Las largas estancias de solicitantes de asilo en Melilla también eran un problema enquistado y en menos de un año se solucionó. Todo depende de la voluntad que se tenga para encarrilar las cosas.
Aún está por comprobar si el cadáver hallado ayer en aguas frente al Club Marítimo pertenece o no al mena desaparecido en Nochevieja. De comprobarse estaríamos ante una tragedia terrible. Una criatura con una vida por delante muere intentando colarse como polizón en un barco.
¿Qué vamos a hacer para evitar que algo así vuelva a ocurrir? ¿Redadas en el puerto? Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad saben que no sirve de nada. Los recogen, los llevan a La Purísima y vuelven a escapar. Así, hasta que un día se les escapa la vida.

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