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El reconocimiento vecinal entre Melilla y Marruecos, clave en el control migratorio

“Estamos obligados a llevarnos bien, guste o no” · “La Ley de Extranjería es inocua si no existen acuerdos con los países de origen”, dice la doctora melillense Mª Carmen Burgos.

“La Ley habla de colaboración con los países de origen, pero no se puede hacer si no hay un reconocimiento mutuo de esa vecindad, que es el problema que tienen Melilla y Marruecos”, afirma la profesora del departamento de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la UGR de Melilla, Mª Carmen Burgos, y que recoge en su tesis ‘La relación laboral de los extranjeros en las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta’. Burgos asegura que “de nada sirve un control de flujos migratorios, tal y como establece la legislación, si no hay un cuerdo con los países de origen. Es inocua”.
Cada verano, Melilla registra casi a diario entradas de inmigrantes de origen subsahariano, un problema que continúa afectando a la ciudad a pesar de los acuerdos entre España y el país vecino para el retorno de estos inmigrantes. “Todos sabemos que Marruecos no reconoce a Melilla como vecino por lo que, a pesar de que el reglamento contempla que las autonomías pueden establecer acuerdos de colaboración en esta materia en Melilla no se cumple por este motivo”, comenta Burgos, y añade que, en base a esto, Marruecos “alega siempre que para el retorno de imigrantes sea previo pago y, en el momento en el que el dinero, proveniente del fondo Medea europeo o de España, se retrasa o no es la cantidad que ellos han pedido” aumenta la permeabilidad de la frontera.
La tesis de esta profesora melillense, que ha conseguido recientemente la calificación de sobresaliente cum laude, también destaca que la Ley de Extranjería, “se limita a regular situaciones administrativas, mientras que la Ley de Migración pretende crear un estatuto jurídico que regule los derechos y obligaciones del migrante”. Algo en lo que ya está trabajando España y que, en opinión de Burgos, “se ha adelantado mucho en esta materia, pero esta ley tenía que haber igualado los derechos de los inmigrantes regulares y también los irregulares. Se ha mejorado mucho, pero la ley deja puertas abiertas que se pueden cerrar con acuerdos.
Otra dimensión de la inmigración, recogida en esta tesis, también refleja el problema de la inexistencia de una fijación de las aguas jurisdiccionales de Melilla y Marruecos, teniendo en cuenta que la presión migratoria este verano está siendo por vía marítima. “No existe un reconocimiento mutuo de qué aguas son de España y cuáles de Marruecos y, según convenga es de unos u otros”, por lo que, para Burgos, es otro de los aspectos en los que los legisladores españoles deben trabajar.

La migración cíclica

Con la vista puesta en dar una solución al problema migratorio, tanto regular como irregular, Burgos señala que la intención de las autoridades españolas es la de implantar una migración regulada y cíclica, de tal manera que un inmigrante que trabaja en España un cierto tiempo puede pedir después la capitalización del desempleo para retornar a su país, percibiendo en un principio el 40 por ciento de la prestación y el resto cuando llegue a su país de origen. Posteriormente, y tras un  plazo de tres años este inmigrante tendrá preferencia para volver a España a trabajar y ese tiempo contará como residencia legal en el país en aras de poder pedir la nacionalidad en un momento dado.

Un contrato de integración en el que el inmigrante se comprometa

Burgos manifestó sentirse inclinada a establecer una especie de contrato de integración para los inmigrantes que llegan a España, a semejanza de los que se realizan en otros países comunitarios como Reino Unido o Francia. Dejando a un lado la polémica que suscitó proponer este tipo de medida en España hace algunos años, recordó la profesora melillense, este contrato tiene como principal objetivo favorecer la integración del inmigrante en la sociedad española a través de un documento jurídico que comprometa al inmigrante a hacer lo que está de su mano para integrarse en la sociedad. “En España no se exige un compromiso por parte del inmigrante y soy de la opinión de que no se pueden otorgar únicamente derechos sin establecer también las obligaciones”, razonó.

‘La relación laboral de los extranjeros en Melilla y Ceuta’

Es el título de la tesis doctoral que la profesora melillense de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social en el Campus de Melilla, Mª Carmen Burgos, presentó el pasado 11 de junio y con la que ha conseguido la máxima calificación, sobresaliente cum laude. En la entrevista que Burgos concedió a El Faro, la doctora universitaria confesó que aún no se cree haber conseguido esta nota, pero sí lo toma como “un reconocimiento al trabajo”. Una tesis de más de 1.400 folios en la que ha estado trabajando desde 2004. A partir de ahora, ya adelanta que tiene múltiples compromisos en otros trabajos de investigación así como que participará en varios seminarios en lo que queda de año.

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