El Real Club Marítimo organizó ayer uno de los actos más emotivos que desarrolla a lo largo del año, la entrega de insignias a los socios más veteranos de la institución.
Se trata de personas que llevan más de 50 años participando en sus actividades y disfrutando de las iniciativas que se llevan a cabo por parte del club. Para premiar esta fidelidad, la Junta Directiva galardonó a Ana Martínez Tovar, Ana Navarro Vizcaíno, Roberto Arroyo Muñoz, María del Mar Pueyo Blanco, Esther Benarroch Tuaty, Carmen Fernández Amaya, Josefina Bueno Martín, Agustín Hernández Andújar, Ángeles González Santana, Josefina Jiménez Crespillo y Ángela Pérez Galiana.
Manuel Ángel Quevedo, presidente del Real Club Marítimo, no sólo destacó la aportación de estos socios, sino también los cambios y las mejoras que se habían producido en la institución desde hace unos años. Entre ellas, señaló el nuevo edificio de la conserjería, los cambios en las salas de exposiciones y de conferencias, los arreglos en el gimnasio y las diferentes estancias para disfrutar del sol y del mar y de las obras que se están llevando a cabo en estos momentos para mejorar las instalaciones de la piscina y los vestuarios adaptados para personas con movilidad reducida. Otra de las distinciones que otorgó ayer esta entidad fue la metopa de honor, un galardón que puede entregar cada año a un máximo de cinco instituciones que colaboren de forma activa con el Real Club Marítimo. En esta ocasión, la metopa de honor fue para el Club La Hípica, por la celebración del centenario de su fundación, así como para la Asociación de Estudios Melillenses, una organización que lleva a cabo un gran número de acciones culturales en el Real Club Marítimo desde hace varios años.
Un símbolo
Por otro lado, los miembros de esta institución inauguraron la escultura que a partir de ahora será el símbolo del Real Club Marítimo, ‘Nauta’. Se trata de una alegoría en la que el escultor melillense Jesús García-Ligero ha querido entremezclar varias características de esta entidad, como son el trabajo del hombre, la vela, el mar y el viento. Quevedo aseguró que esta escultura será un signo identificativo para las generaciones futuras de este club.
Además, alabó la gran colaboración de García-Ligero, que no sólo ha puesto todo su arte en la obra, sino también su cariño.