El regalo de pasteles y los disfraces de los niños conmemoran esta celebración.
Los judíos melillenses se suman hoy al resto de la comunidad israelita del mundo en la celebración del Purim, una de las fiestas más alegres del calendario hebreo. La festividad comienza hoy con un ayuno y mañana se romperá con una gran comida en la que podrán disfrutar de carnes, vinos y pasteles. Entre las características de esta fiesta, se destacan las obras de caridad a través de la donación de dinero a los más pobres para que se sumen a esta fiesta, los envíos de dulces que se realiza a familiares y amigos y que los niños pueden disfrazarse.
Mordejay Guahnich, presidente de la Asociación Men Guimel, explicó a El Faro la historia de esta festividad para el pueblo judío. Así, comentó que fue a principios de nuestra era cuando ascendió al trono de Persia el rey Asuero. Se trataba de un gobernante con muchas ambiciones, sobre todo económicas.
Asuero cambió de lugar la capital de este país y por ello, realizó un gran banquete al que estuvo invitado toda la alta sociedad de aquel entonces. Así, pidió a su mujer, famosa por su belleza y que se llamaba Vashti, que saliera ante todos para poder presumir. Sin embargo, ella se negó y el rey la mandó desterrar o matar, según las diferentes versiones de la historia.
Fue entonces cuando se buscó por Persia otras candidatas a reina hasta que el rey decidió desposarse con Esther, una mujer huérfana. Ella no reveló que era judía pues su tío Mordejay, que era el gran rabino, le pidió que no lo hiciera hasta que llegara el momento oportuno.
Esther le dijo a Asuero que no tenía a ningún consejero judío, pues eran los que tenían acceso al palacio real y todo los privilegios. Así, nombraron a Mordejay como un consejero más, mientras que otro de los hombres de confianza del rey ascendía como principal consejero, Aman.
Éste mandó reverenciarse a Mordejay en su presencia, quien no pudo pues lo tenía prohibido por su religión. Así, Aman pidió al rey exterminar al pueblo judío alegando que no eran productivos. Asuero firmó un decreto consintiendo a su consejero principal Aman que matase a todos los judíos el día 13 de Adar, según el calendario judío.
En este tiempo hay un intento de asesinar al rey y Mordejay le avisa salvando su vida. De esta forma, la crónica se apunta en el libro del reino.
Mientras tanto la reina Esther se entera de la intención de exterminar a su pueblo por parte del consejero principal del rey y dice que durante tres días se decrete ayuno y rezos para que Dios ayude la comunidad judía y le otorgue la forma de eliminar este decreto.
Esther invitó a Aman y al rey a una comida. Lo volvió a repetir al día siguiente con el objetivo de indicarle a su esposo y que ella era judía y que iba a morir sin remedio si se continuaba adelante con el decreto de exterminio de su pueblo. El rey se da cuenta de la traición de Amán y como no puede revocar el decreto, hizo otro para que el pueblo judío se defendiera.
De esta forma, durante estos días intentaron eliminar al pueblo judío los soldados de Aman, aunque sin éxito.
El presidente de la asociación de Men Guimel indicó que si se hubiera llevado a acabo este exterminio se hubiera eliminado a todo el pueblo judío, pues toda la comunidad vivía en las 127 provincias que componían este reino.
La fiesta del Purim conmemora que Dios protegió al pueblo de este exterminio.
La celebración
Hoy se realiza un día de ayuno en recuerdo de los tres que estuvo el pueblo judío a la espera de que Dios intercediera para evitar esta masacre.
Guahnich indicó que por la noche se lee la Meguila, el libro de Esther, donde está escrito la historia del Purim.
El jueves se vuelve a leer por la mañana este pergamino en el que está escrita la historia. Y se lleva a cabo varias tradiciones, como dar dinero a los necesitados para que se sumen a la alegría de las gente que tiene dinero y celebra esta festividad, se manda comida a los amigos para simbolice el enlace de este pueblo y se realiza una comida al final del día con carne y vino, que eran los alimentos de lujo en aquel entonces. Además, los niños también suelen recibir algún regalo, y por ello, es la fiesta favorita de los pequeños de la casa.
Entre los regalos que se mandan están los productos de la repostería sefardí. Algunas familias incluso tienen que enviar a más de 20 personas estos regalos, en conmemoración de que Dios, una vez más, protegió al pueblo judío para que no fuera exterminado.
Desde El Faro deseamos a toda la comunidad hebrea de la ciudad: ¡Purim Sameaj!