El pulso de CpM a PP y su singular servicio de taxis y acompañamiento a electores

Se cumplieron las previsiones. La campaña no puede estar ya más encrespada y el pulso se centra principalmente entre Coalición por Melilla y Partido Popular.

Los cepemistas continúan con su estrategia de desprestigiar al PP a toda costa, y mientras se muestran ajenos a los vídeos que ponen en cuestión sus propios métodos para captar votos, señalan a su principal contrincante como el autor de todas las fechorías políticas que puedan imaginarse.

Ayer, la candidata número 3 por CpM y todavía vicepresidenta segunda de la Mesa de la Asamblea, Dunia Al-Mansouri, denunció nuevas y presuntas actuaciones de intento de manipulación electoral por parte del Partido Popular. Fiel a la fijación de su partido contra la Asociación por la Solidaridad y la Igualdad Social (ASIS) y ‘Mujeres Vecinales’, acusó a ambas organizaciones de “comprar voluntades” en beneficio de la candidatura de Juan José Imbroda.

Coalición lleva ya mucho tiempo anunciando denuncias varias contra ambas entidades y acusando al PP de “prostituir” el proceso electoral instrumentalizándolas, a cambio de elevadas subvenciones en detrimento de otras Ong.s o asociaciones igualmente sin ánimo de lucro. Algo totalmente falso si se cotejan los distintos convenios firmados, desde hace años, por la Consejería de Bienestar Social y que son fácilmente localizables en la página web de la Ciudad Autónoma.

Las renovadas acusaciones en realidad nada tienen de nuevo, como tampoco lo tienen la mayoría de las comparecencias públicas de CpM, que un día sí y otro también convoca a la Prensa para repetir el mismo mensaje.

Para estas elecciones anda desplegando una campaña de autodefensa que pasa por atacar despiadadamente al adversario, a modo de parapeto frente al hándicap que le supone comparecer electoralmente con un candidato que, efectivamente y a diferencia de cualquier miembro del PP, sí ha sido condenado por un tribunal precisamente por comprar votos por correo a cambio de promesas de puestos de trabajo en los Planes públicos de empleo.

Ayer, Al-Mansouri calificó de “mercenarios” a quienes corrompen la democracia y no sin sorna e ironía –más o menos, según vino a decir, por aquello del imperativo legal, - trató de presuntos a los que señalaba, acusaba e imputaba en compra de votos a personas vulnerables y, entre estos, precisó, a jóvenes drogodependientes, por unos 20 o 30 euros.

No sabemos si es que el voto se ha devaluado porque, en otros comicios, según CpM, el PP los pagaba a 50. Lo digo, no como chascarrillo, sino porque ya suena cansino y vergonzoso esta reiteración constante de las mismas denuncias de siempre, por parte de un partido incapaz de sonrojarse cuando acusa a otro de lo que precisamente algunos de sus integrantes sí que hicieron y por lo que su principal dirigente y candidato, así como otros cepemistas, sí que han sido efectivamente condenados judicialmente.

Hasta cinco veces anunció CpM que impugnaría las pasadas elecciones generales para después olvidarse de sus amenazas que, no obstante, le valieron multitud de titulares, ya no entre los medios locales, sino en casi todos los nacionales.

“Los cepemistas continúan con su estrategia de desprestigiar al PP a toda costa, y mientras se muestran ajenos a los vídeos que ponen en cuestión sus propios métodos para captar votos, señalan a su principal contrincante como el autor de todas las fechorías políticas que puedan imaginarse”

Nada dice del vídeo en el que su actual diputada y también candidata, Fatima Mohamed, pide el voto a los musulmanes arredrándoles con que los cristianos van a cerrar las mezquitas.

Calla igualmente ante los vídeos de apoderados suyos que insultan y tratan de traidores a los musulmanes melillenses afines o votantes del PP.

Interpreta una apertura inicial de diligencias previas como una imputación judicial en firme contra la consejera Paz Velázquez, bajo el mantra de que el Partido Popular –el mismo que promovió la declaración oficial del Aid el Kebir como fiesta local- atenta contra la pascua islámica.

Y sin la menor vergüenza, según se supo ayer, organiza un servicio de taxis para garantizar “el voto en libertad” pero con la salvedad de que los taxistas tendrán que llevar un “acompañante”, designado por CpM, en la recogida de personas a trasladar hasta los colegios electorales. Para mayor sorpresa, el supuesto altruismo cepemista a favor de la participación acota el singular y acompañado traslado hasta la urna correspondiente. Después, sencillamente, no hay taxi para el regreso a casa. Así que habrá que preguntarse a quién dirigen el servicio de recogida y acompañamiento, porque resulta un poco inhumano no garantizar igualmente el retorno, si se trata de personas mayores o con problemas de movilidad como las que, teóricamente, podrían requerirlo y para las que, a través de la Ciudad Autónoma, ya se facilita un servicio oficial y gratuito de taxis.

Realmente, no deja de ser ‘curiosa” esta aportación al ‘mejor’ desarrollo del día de las votaciones. Desconozco si merecerá también la atención de la Junta Electoral.

La fijación de CpM contra ASIS y Mujeres Vecinales tiene su explicación. Son asociaciones que actúan en los Distritos IV y V, donde los cepemistas concentran casi la totalidad de su electorado y donde, es evidente, no están dispuestos a permitir la pérdida de un solo voto. Basta la proximidad de ambas entidades con candidatas del PP para que realicen sus propias conclusiones. Al fin y al cabo, dice el refrán que el ladrón siempre cree que todos son de su misma condición.

Mención aparte merece la noticia que saltó ayer tarde sobre la detención del número 10 de la lista del PSME-PSOE, por motivos oficialmente no comunicados pero, según distintos Medios, relacionados, al parecer, con una trama dedicada al tráfico de inmigrantes irregulares.

El hecho se suma a una campaña difícil y salpica a un PSOE, muy seguidista con CpM, y aspirante a gobernar con los votos de Aberchán y la ‘complicidad’ de Ciudadanos, al que bastaría con abstenerse si, finalmente, su posible representación en la futura Asamblea fuera decisoria para el nombramiento del nuevo Presidente.

No obstante, lo sucedido con el candidato socialista José Manuel Molina Mohamed exige de mucha cautela porque, como bien dijo ayer Gloria Rojas, ni se deben hacer juicios paralelos ni olvidarse la presunción de inocencia. Eso sí, la misma presunción habrá que tenerla en cuenta para todos, incluidos los acusados por CpM con pruebas propias o activos colaboradores como el autor del vídeo trampa a los populares, en el que solo quien lo graba y después lo facilita a Coalición por Melilla, hace ofrecimientos sin que nadie del Partido Popular se comprometa con nada a cambio o incurra en mayor delito o torpeza que el de prestarle oídos.

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