El puente de la Constitución revitaliza Melilla

El puente de la Constitución ha cambiado la estampa habitual de la ciudad. Las calles de Melilla se han llenado durante este fin de semana previo a los días festivos. Es lo que han asegurado a El Faro varios comerciantes y hosteleros, que afirman que han notado un aumento de turistas y una mayor actividad en sus negocios durante estos días.

El buen tiempo ha acompañado este inicio del puente. El aviso amarillo por lluvias previo al fin de semana dio paso a los cielos despejados y a una temperatura media agradable. Las máximas han rozado los 20 grados, lo que ha propiciado que muchos melillenses salgan a dar un paseo o a hacer unas compras aprovechando que los niños no tienen colegio y que algunos afortunados tienen días de descanso en los trabajos.

Establecimientos llenos

También se han llenado algunos bares como en el que trabaja Mohamed, el Café Arábica. Este camarero explicó a El Faro que durante todo el fin de semana han contado con la presencia de muchos turistas, que llegaban preguntando por la comida más típica de Melilla. Sobre todo, dijo, visitantes de la península. "Hemos notado que ha venido mucha gente de fuera", apuntó. Entre lo más demandado, el café con churros, una mezcla cultural muy consumida en la ciudad, que no suele verse en otras regiones españolas.

Precisamente, una turista que estaba desayunando en la cafetería este lunes era Toñi. Ella es de Madrid y está pasando unos días en la ciudad junto con una amiga. A Toñi le habían comentado que Melilla era una ciudad que le iba a impresionar y así ha sido. "Es muy bonita", añadió esta madrileña. La lástima, dijo, no haberse traído el pasaporte para poder ir a ver Marruecos.

Mohamed insistió en que la cafetería en la que trabaja ha estado llena durante todo el fin de semana también por algunos melillenses que aprovechaban estos días festivos para salir a tomar algo y ver las luces de Navidad que se han iluminado ya. "La gente de Melilla ha salido mucho a Marruecos", señaló. Fruto de estas salidas son las colas que hemos podido ver durante este fin de semana, de más de cinco horas para cruzar la frontera en coche o tres a pie.

En este establecimiento también han querido dar un toque navideño al local, pese a que estas fiestas no son propias de su religión, y han adornado los cristales con cortinas de luces.

Otro negocio que ha visto impulsadas sus ventas en este puente es el de Mimon. Su tienda está especializada en la venta productos típicos de la ciudad, un negocio ideal, dijo, para los turistas que han llegado a la ciudad estos días. Este comerciante explicó a El Faro que ha visto la ciudad con mucha más vida que otros festivos, lo que agradece en grande.

Mimon espera que la situación del turismo siga así en el próximo año y que los comercios de Melilla se puedan ver beneficiados con un aumento de sus ventas. Los turistas, recalcó, lo que más han comprado en su tienda son imanes de la ciudad y productos de arte morunos tales como chilabas.

El centro más animado

También estaba de vacaciones en Melilla María del Mar junto con su marido y su hija. Ellos son de Zaragoza y ya habían estado en otra ocasión en Melilla. El culpable es su marido, que hizo la mili en la ciudad. Como les gustó tanto la primera vez que la visitaron, han decidido hacerlo de nuevo.

Ante el turismo y las ganas de salir a la calle de los melillenses, en la ciudad se ve con buenos ojos el macropuente de la Constitución. "La gente sale un poquito, lo que pasa es que hay que salir más", comentó a El Faro Carmen. Una melillense que ha visto que el centro de la ciudad ha estado más vivo durante estos días.

Lo mismo percibieron Rafael y Manoli. "Se ve el centro más animado", comentó esta pareja. Aunque ellos creen que muchos melillenses sí que han viajado fuera, aseguran que el centro estaba lleno estos días. "La gente que queda ha disfrutado lo que ha podido", insistieron.

Durante este puente los melillenses también han aprovechado para hacer otros planes. Entre ellos, montar el árbol de Navidad o el portal de Belén. "Vamos a poner el árbol de Navidad de muchos colores", explicó a El Faro Alma. Ella tiene cuatro años y estaba este lunes dando un paseo junto a sus padres.

Alma aclaró que le gustaría poner el árbol de su color favorito, rosa. A ver si a sus padres les parece buena idea. Además de la decoración en casa, esta pequeña y sus padres bajaron al centro a ver las luces. Lo que más le gustó a Alma, dijo, el muñeco de nieve que hay colocado cerca de la calle O´Donnell y la casa de Papá Noel.

Otros melillenses, en cambio, no han pisado la calle desde antes del fin de semana. Es el caso de Lola, que salía a dar un paseo este lunes. "No veo mucha animación", aseguró a este diario. Para ella, los funcionarios y las personas que por fortuna han hecho puente se han ido de Melilla.

"Melilla es una ciudad muy cómoda, muy bonita y lo tenemos todo a mano", comentó Lola, que no entiende, dijo, por qué todo el mundo sale de la ciudad cuando llegan días de vacaciones. "Lo que ganan aquí se lo gastan en la península", señaló. De lo que sí se queja Lola es de la falta de ocio.

Esta melillense hizo hincapié en que a sus 66 años, no tiene una edad de ser ni muy joven ni muy mayor, por lo que aseguró que no hay actividades de ocio para ella. "No hay nada para gente de mi edad", reconoció Lola. Sus planes se basan en salir a tomar un té con una milhojas y volver a casa, afirmó. Lola no vaticina un buen futuro para la ciudad. "Entre todas la mataron y ella sola se murió", añadió.

Por otro lado, Lola se queja del precio de los billetes de transporte. Por ello, esta melillense entiende que no muchas personas viajen para visitar la ciudad. "Me parece un robo a mano armada", reconoció Lola. Sus hijos viven en Madrid y al no ser residentes, explicó, el billete de avión les sale por una fortuna. Casi 500 euros para pasar cuatro días junto a su madre en Navidad.

Como solución, Lola propone abaratar los precios de los billetes en fechas señaladas como la Navidad o los fines de semana. Otra opción, añadió, sería poner barcos rápidos cuando llegan días de fiesta y así no tardar ocho horas en barco desde Málaga.