El Puente de Triana, también conocido como del General Marina, abrió ayer al tráfico rodado a las 12:30 horas después de haber sido sometido a un profundo lavado de cara para garantizar la conservación de la estructura, que presentaba evidentes signos de deterioro. El consejero de Fomento y vicepresidente del Ejecutivo local, Miguel Marín, se desplazó hasta el lugar donde se han desarrollado las obras para comprobar el resultado de las mismas.
El número dos del Gobierno local señaló a los medios de comunicación que el proyecto ha tenido un coste de 184.000 euros, así como que se ha actuado en una superficie 4.464 metros cuadrados. El puente data del año 1908 y fue construido pensando en el volumen de tráfico de la época. “Por aquí pasaban coches a caballo en aquel entonces, para que se hagan una idea del peso que tenía que soportar la estructura por aquellos años”, reseñó el máximo dirigente de Fomento.
Ahorro e inversión
El consejero recordó que se trata de una actuación “vital” para no correr el riesgo de verse en la obligación de derribar el puente en el futuro. “Con la inversión realizada hemos evitado desembolsar dos millones de euros dentro de unos años”, aseveró. Además, afirmó que el deterioro era mayor del que se estimó en un principio.
“Le hemos dado seguridad al firme y rehabilitado atendiendo a la actual normativa de carga, teniendo en cuenta el peso del tráfico rodado que circula por aquí a diario”, añadió.
Además, pidió disculpas a los vecinos por las molestias causadas. “Se ha hecho por el interés general de la ciudad autónoma. Rehabilitado el puente, contaremos con un tránsito fluido, seguro y sin riesgo”, apuntó.
Marín visitó la remozada zona y examinó los planos de la misma antes de que el tráfico volviera a abrirse de manera definitiva. Nada más quitar las vallas de protección, un torrente de coches estrenó el recién arreglado puente, muy transitado a diario, ya que discurre en dirección al paso fronterizo de Beni Enzar y tiene a escasos metros un centro educativo.
Hay que recordar que la obra comenzó el pasado mes de marzo y concluyó hace escasos días. La adjudicataria del proyecto fue la empresa Isolux Corsán por un importe aproximado de 184.000 euros.