El candidato a la Secretaría General del Partido Socialista de Melilla, Amin Azmani, comparte con los lectores las razones que le llevaron a presentar un proyecto que meta al PSME en el siglo XXI.
Amin Azmani tiene 28 años y tras ser diputado en la Asamblea y liderar las Juventudes Socialistas de Melilla (durante nueve años), ha dado un paso al frente para liderar el Partido Socialista de la ciudad (PSME). La formación socialista no pasa por su mejor momento y Azmani así lo reconoce, pero no se resigna ni se amilana. En esta entrevista hace análisis de los últimos tiempos del partido, marcado por los últimos resultados electorales, y expone sus compromisos en el caso de salir elegido secretario general del PSME en el XII Congreso socialista.
–En la presentación pública de su candidatura dijo que su decisión fue fruto de meses de reflexión, ¿cómo surgió la idea que le llevó a la conclusión de presentarse como candidato a la Secretaría General del PSME?
–Claramente, después del 22 de mayo, los melillenses nos mandaron un mensaje claro. No se identificaban con el Partido Socialista ni con la alternativa que ofrecíamos, de hecho pasamos de cinco escaños a dos en la Asamblea y a partir de ahí, es verdad, que este resultado tiene que ver con dos ámbitos. No solamente por la crisis económica que han perjudicado claramente al PSOE sino también otros elementos que tienen que ver con nuestra actividad interna, la forma de hacer las cosas y de decir las cosas. A partir de ahí un grupo de compañeros entendimos pues que el PSME tenía que cambiar para mejorar, para regenerar el partido, eso sí, desde la autocrítica, la reflexión y el análisis interno. Eso lo teníamos muy claro un grupo de compañeros que entendíamos que el PSOE tenía que dar un gesto inequívoco de que habíamos entendido ese mensaje y que el PSME iba a cambiar en profundidad y dimos el paso de presentar la candidatura. Es verdad que hemos sido muy exquisitos con las formas, primero las elecciones municipales y generales, porque teníamos que ser leales con los compañeros que dieron la cara como Gloria Rojas, Julio Bassets y Rosa López Ochoa y luego me reuní con el secretario general del partido, Dionisio Muñoz, que para bien o para mal es el secretario general y a partir de ahí presentamos nuestro proyecto y mi candidatura. Es un proyecto intergeneracional, modernizador, que pretende poner en orden los muebles en el partido, ordenar la casa y luego ofrecer una candidatura en la mejor condición posible a la ciudadanía.
–Es un hecho, como ha comentado, que a causa de los resultados electorales el PSME no pasa por un buen momento, ¿le supone un reto mayor el poder tomar las riendas del partido ahora?
–Por su puesto que es un reto importante, pero entiendo que la ciudadanía nos ha mandado a la oposición de la manera más contundente y creo que el PSME tiene un reto muy importante. La ciudadanía ha confiado mayoritariamente en la derecha como opción política, creo que el PP tiene el poder absoluto en la Ciudad Autónoma y en el Gobierno de la Nación y a partir de aquí el PSOE tiene el reto de liderar iniciativas que conecten con la ciudadanía. Hay una regresión importante en la política de derechos sociales, la reforma laboral que ya no sólo niega la esperanza a los que están parados sino que mete en la incertidumbre a quienes tienen un puesto de trabajo porque los ha dejado totalmente desamparados jurídica, social y políticamente y el PSOE tiene que estar al lado de los ciudadanos que lo están pasando mal en estos momentos y que encima van a sufrir una política muy regresiva. Hace poco nos hemos enterado que en Melilla 28 profesores van a ir a la calle en nuestra ciudad porque el Ministerio de Educación va a recortar en el ámbito que más refuerzo necesita Melilla. Van a prescindir de quienes forman a las nuevas generaciones que van a afrontar los retos de futuro yo creo que ahí no se pueden escatimar en gastos, se pueden hacer ajustes, pero nunca recortar en educación pública. Es verdad que viene un momento complicado, pero yo me he desenvuelto bastante bien en el ámbito de las dificultades. Yo entré en las Juventudes Socialistas (JSME) cuando el PP gobernaba en la nación y en Melilla y es verdad que de una veintena de militantes dejé la organización en casi 150 afiliados y JSME lideró la acción política, pues lo mismo en el PSOE. Es un reto importante, el partido no tiene ninguna atadura de gestión pública, tiene proyecto, ideas y principios y debe construir desde abajo una alternativa coherente.
–Ambos candidatos coinciden en que el partido debe abrir una nueva etapa en el seno de la formación, ¿cuál es su modelo de cambio para el PSME del siglo XXI?
–Primero, el cambio pasa necesariamente por sumar y no restar. Aquí no sobra absolutamente nadie, es más, hay mucha gente que está fuera del Partido Socialista a la que hay que abrirles las puertas para sumar sus planteamientos al proyecto socialista. En segundo lugar, hay que ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. No podemos ser un partido profundamente progresista y luego mantener el silencio en determinados planteamientos que son muy confesionales y muy retrógrados. Por ejemplo, que haya planteamientos de que en la piscina municipal se separen a hombres y mujeres. El PSME tenía que ser contundente ahí. Nuestras alianzas electorales desde el año 91 hasta ahora con todas las fuerzas políticas habidas y por haber ha hecho que la ciudadanía nos vea como un partido bisagra. Creo que el PSME tiene que marcar una tendencia política, no ser sólo la antiderecha, el PSOE no puede ser ‘no’ a todo, también hay que ofrecer propuestas y construir una alternativa con coherencia. Hay que trabajar con los compañeros del partido y con la ciudadanía, de una manera constructiva. Desde lo mediático y el poder la derecha se ha dado la sensación de que el PSOE es el partido del ‘no’ y hemos dicho ‘sí’ a muchas cosas, cuando benefician al conjunto de la ciudadanía. Nuestro aislamiento social tiene mucho que ver con la erosión de nuestros mecanismos democráticos. Otro de mis compromisos es crear una Escuela de Formación ‘Neus Casas’, que fue la primera secretaria de Formación del PSOE, y tratará de dotar de herramientas y recursos a nuestros militantes y simpatizantes para defender el proyecto socialista ante la ciudadanía. También debemos adaptarnos a las nuevas tecnologías. No puede ser que el PSOE base su estrategia de comunicación con la ciudadanía únicamente a través de los medios de comunicación locales. Todos sabemos cuál es el papel de los medios de comunicación en Melilla. Están muy vinculados al Gobierno de la Ciudad por motivos económicos, pero creo que el PSME tiene que buscar alternativas.
–Ha dicho que la nueva andadura del PSME será sin pactos ni coaliciones porque las que se han producido no se han entendido, ¿qué es lo que ha fallado?
–Pues no se han entendido por muchas razones. Para mí, la más importante es que no han sido respaldadas mayoritariamente. La lectura que hay que hacer es que la ciudadanía o los progresistas no han entendido esas alianzas y el PSME tiene que hacer un profundo análisis. Lo he dicho claramente, achacar la derrota del PSME o el retroceso de ese apoyo ciudadano a una sola persona es tener poca perspectiva porque el partido lleva sin levantar cabeza desde el año 91 que es cuando pierde la mayoría absoluta. Hemos tenido altibajos, pero la tendencia es de decrecimiento. El PSOE tiene que recuperar su independencia política. Somos un partido progresista, de izquierda, aconfesional, que cree en el feminismo, en el medio ambiente, en la educación pública, gratuita y laica y esa diferencia hay que marcarla. Porque cuando no te diferencias de la derecha, la gente te ve como sucedáneo. El PSOE tiene principios y valores suficientes para construir un proyecto independiente. Ello no quiere decir que no haya cordialidad con los partidos políticos de la ciudad. No creo que haya que romper relaciones políticas. El PSME debe recuperar su identidad ideológica y romper con la contradicción de una ciudad que es de centro izquierda, según las encuestas, y que luego vota a la derecha. Eso el PSME tiene que cambiarlo.
–Uno de sus objetivos es recuperar la confianza de los militantes, ¿por qué dentro del partido los afiliados han perdido esa confianza?
–Pues porque nuestros mecanismos democráticos y de participación interna se han erosionado. Por eso, hablaba de que el militante debe sentirse partícipe en todas las decisiones. No puede ser que las propuestas en el programa salga de un núcleo reducido. El PSME no sólo tiene que abrirse a la sociedad sino también a la militancia. No creo en el Comité Regional del PSME que toman decisiones al margen del conjunto de la militancia. Entiendo que hay que volver al proceso asambleario donde todos los militantes puedan expresarse con libertad y votar democráticamente a la opción que consideren oportuna y entiendo que la propuesta programática, que es la carta de presentación a la ciudadanía, tiene que elaborarse con el conjunto de los militantes. En el partido hay gente de muy diferentes ámbitos que tienen que tener la oportunidad de aportar al proyecto. Yo lo tengo muy claro, para construir una propuesta sólida y ser referente para los ciudadanos tenemos que empezar desde dentro. Reestructurar y renovar el partido debe ser una tarea inmediata. Por eso mi compromiso de crear una secretaría específica para los militantes y simpatizantes que sea el nexo de unión con la dirección del partido. Celebrar una Conferencia Política anual o bianual que se encargue de generar ideas y propuestas serias que se lleven al ámbito institucional y reforzar el papel del Grupo Parlamentario Socialista. Nuestros diputados deben conectar con la ciudadanía, no comparto la política de despachos. El PSME tiene que salir a la calle y recuperar esa iniciativa. Las Juventudes Socialistas tienen que ser los protagonistas de las políticas de Juventud, desde su autonomía orgánica que respetaré, les pediré un papel más activo. Mi compromiso es ampliar la representatividad de las JSME en el partido e iniciar un diálogo a tres bandas. Primero con los agentes económicos y sociales, luego con el movimiento asociativo y civil y con la ciudadanía directamente.
–Esa erosión de los mecanismos internos del partido da la sensación de desunión del PSME, ¿es por eso que hay dos candidaturas?
–No, no hay división, hay opiniones. Cada uno tiene un criterio propio. No creo que haya un partido en Melilla que, ante un congreso, genere tantas expectativas porque a pesar de que somos un partido pequeño, somos un partido profundamente crítico y propositivo. Creo que es bueno que haya dos opciones y tensionar, en sentido positivo, la vida interna del partido. Cuando dicen que el PSME está muerto, es todo lo contrario y eso es bueno. Si queremos construir una alternativa, es bueno empezar así. Yo lo tengo claro. Si Gregorio Escobar es elegido secretario general, yo desde el primer minuto estaré a su disposición para trabajar por el partido y si lo soy yo, espero que haga lo mismo. La unidad es fundamental con los que estamos dentro y fuera porque no podemos transmitir confianza sino hay unidad. Yo aporto doce años de experiencia y aporto mi granito de arena.
–¿Cree que su juventud y su no tan dilatada experiencia política le hace partir con desventaja?
–Como dice Francisco Narváez, que está en la candidatura, soy un joven de 28 años, pero un viejo con doce años de militancia. Llevo bastante tiempo en el partido. Empezé pegando carteles y hay un recorrido. He sido durante 9 años secretario general de las JSME, he estado en la Dirección del PSOE con Manuel Céspedes y Dionisio Muñoz, he sido diputado durante 4 años, he participado en todos los comités electorales desde 2003 y eso te da unos recursos y capacidades que pongo al servicio del partido. Yo doy un paso para seguir dando la cara por el PSME. He estado a las duras y a las maduras.
–Si sale elegido secretario general, ¿contará con Gregorio Escobar en ese equipo?
–Creo que es una persona que suma, porque lo ha hecho durante mucho tiempo. Es un compañero que es un valor añadido para el socialismo melillense, es diputado en la Asamblea y quiero seguir contando con él ahí porque ha sido la voluntad de los ciudadanos. Contaré con todos los militantes.
–¿Qué puede aportar el PSME a los retos de futuro de la ciudad?
–La derecha lleva gobernando más de 20 años y no se ha dado solución a problemas endémicos: desempleo, fracaso escolar y la pobreza y encima se han alimentado y consolidado. La respuesta debe ser desde la izquierda, modernizadora, profundamente social. Apostar por un modelo multicultural. Hay un hartazgo de la gente que apela al espíritu del 86 para dividir a la sociedad melillense. El PSME debe desmarcarse de esos planteamientos. La diversidad cultural es patrimonio de todos, no de un partido político. Cada comicio electoral ha polarizado la población por motivos confesionales. El PSME debe marcar la diferencia con propuestas claras y coherentes.
–¿Cómo está viviendo la campaña?¿Qué impresiones ve en la militancia?
–Con optimismo. Yo creo que lo más gratificante es reunirte con los militantes. Me he reunido con casi todos los compañeros, he escuchado visiones muy críticas, otras más optimistas, pero ante todo ilusión ante el congreso. La gente está ilusionada con que haya varias opciones y puedan votar en libertad democráticamente. Yo creo que será un revulsivo para el partido.
–Por último, mande un mensaje a los militantes, ¿Por qué deben apostar por su candidatura?
–Desde la humildad pido a los compañeros que me otorguen su confianza. En este proyecto no sobra absolutamente nadie, falta parte de nuestra gente a la que invitaré a que se sume al partido que ellos y ellas ayudaron a construir y trabajar por una ciudad que cambiaron. Queremos porque podemos recuperar la confianza de los ciudadanos. La tuvimos y Melilla avanzó gracias a nuestra unidad, nuestros principios y la coherencia política de nuestros posicionamientos. Pido su confianza para cambiar y mejorar el PSME y para mejorar y cambiar Melilla.