Categorías: Editorial

El primero

Melilla registró ayer el primer salto a la valla de este año. Ocho subsaharianos entraron por la mañana en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes por la zona del cementerio musulmán, cercana a las instalaciones del CETI de la ciudad.

El salto se produjo a las 5:37 horas, coincidiendo, como viene siendo habitual, con el cambio de turno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Esto se venía venir. Hace dos semanas, el pasado 20 de marzo, 300 inmigrantes intentaron entrar en Melilla, divididos en dos grupos de 150 personas, cada uno. Se aproximaron, a la vez, por dos puntos distintos del perímetro fronterizo.
Es evidente que los inmigrantes no son ajenos a los debates que se están produciendo en el Senado y el Congreso en torno a los rechazos en frontera contemplados en la Ley de Seguridad Ciudadana.
Ante la duda sobre la legalidad o ante el rumor de la supresión de las ‘devoluciones en caliente’, vuelven a intentar entrar en Europa por su frontera sur, la de Melilla.
Con un Gobierno en funciones  cuestionado en temas migratorios, difícilmente la situación puede ir a mejor. De hecho, en el CETI ven la ‘baja’ ocupación de estos días (unos 500 inmigrantes acogidos) como algo puntual y se preparan para lo que está por venir.
El Tratado UE-Turquía ha empujado a los refugiados sirios, iraquíes y afganos hacia las costas de Italia. El siguiente paso será llegar hasta Melilla, pese a la mala fama que el boca a boca le ha dado a la interminable espera en la ciudad. Europa ya ha avalado el impedimento de que los solicitantes de asilo circulen libremente por España una vez registrada su solicitud. O lo que es lo mismo: quien pide protección internacional en Melilla no puede sacarse un billete en barco hacia la península. Tiene que esperar la “salida”.
Ayer mismo la ONG Prodein confirmaba a El Faro que, aunque cada vez son menos, sigue dándose el caso de refugiados sirios que quieren abandonar Melilla y regresar a Nador, pero las Fuerzas de Seguridad se lo impiden.
La ONG se pregunta por qué los sirios no pueden marcharse y, en cambio, se le permite a los subsaharianos que son entregados a las Fuerzas Auxiliares marroquíes tras un intento de salto.
No nos engañemos. La entrada  de ayer ha sido la primera, pero vendrán más.
La popular Cristina Rivas lo explicaba en mayúsculas. Los debates y mociones en el Congreso de los Diputados y el Senado, en torno a los rechazos en frontera van a generar un efecto llamada y Melilla se llenará de nuevo de inmigrantes. Por eso recriminaba a CpM y PSOE que celebrarán la Proposición no de Ley de enterrar la Ley de Seguridad Ciudadana.

Compartir

Artículos recientes

Prueba Video Embed DailyMotion

La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…

6 días hace

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

2 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

2 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

2 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

2 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

2 meses hace