El primer día de la Operación Feriante acaba con un total de 95 inmigrantes interceptados

La mayor parte de las personas encontradas en los camiones que transportaban las atracciones eran marroquíes. La Policía Local localizó a 34 menores de edad.

El incremento de la presión migratoria que Melilla ha sufrido durante todo el verano se ha dejado notar en el resultado de la primera jornada de la Operación Feriante, a lo largo de la cual se practicaron un total de 95 detenciones, cuando el año pasado, durante los tres días que duró el dispositivo, se interceptaron a 27 personas.

La madrugada del domingo al lunes, cuando comenzaron a desmontarse las atracciones de Feria, fue larga y dura para los efectivos de la Policía Nacional y Local que patrullaban la plaza multifuncional de San Lorenzo, ya que la zona se convirtió en un continuo ir y venir de inmigrantes en busca de una oportunidad de introducirse en los camiones de los feriantes.

El domingo por la tarde, cuando las fiestas patronales daban sus últimos coletazos, el ambiente en el real de la Feria comenzaba a enrarecerse, ya que además de notarse un incremento en el número de agentes de Policía Nacional que patrullaban por los alrededores, también comenzaban a formarse pequeñas bolsas de inmigrantes, la mayor parte de ellas compuestas por menores de edad, cerca de San Lorenzo.

Sin embargo, no fue hasta la caída del sol cuando la situación comenzó a tensarse. Pasadas las 2:00 horas, las fiestas se dieron por concluidas, momento en el cual se iniciaron las tareas de recogida de casetas y atracciones, las cuales no finalizarán por completo hasta dentro de tres días. Fue en ese momento cuando ambos cuerpos de Policía empezaron su ardua labor. 

En total, se procedió a la detención de 86 personas en el recinto ferial, de las cuales se sabe que 38 eran de origen marroquí y siete procedentes de Argelia. Además, entre los detenidos había 37 menores de edad, muchos de ellos del centro La Purísima.

Uno de estos jóvenes se atrevía a hablar a cara cubierta con los compañeros de la prensa. Cuando se le preguntó por su edad, contestó risueño que en Marruecos tenía 14 años, pero que en Melilla lo habían considerado de 16.

Pasaba la noche y la actividad crecía, tanto entre los agentes de Policía, que cada se afanaban más en su tarea ante el ingente número de inmigrantes que había por la zona, como de los que esperaban un despiste de los efectivos policiales para subir a un camión.

Algunas intervenciones fueron más sencillas, ya que los agentes localizaban rápidamente a los inmigrantes y los hacían salir de sus escondrijos, aunque también hubo ocasiones en las que tuvieron que valerse de la ayuda de perros amaestrados para hacer inspecciones a fondo en algunos vehículos sobre los que el animal hacía la señal de alerta.

Mientras tanto, el tamaño de la Feria se iba reduciendo poco a poco, y los propietarios de las atracciones proseguían con el desmontaje de sus negocios mientras los agentes de Policía continuaban los registros.

Al romper el alba, el grueso de la acción se trasladó hasta las instalaciones del Puerto de la ciudad, donde la Guardia Civil se preparaba para comenzar a examinar los vehículos de los feriantes que se disponían a subir al barco rumbo a Málaga o Almería.

A las 9:00 horas aproximadamente se inició esta tarea, para la cual la Benemérita se valió de la ayuda de perros del grupo cinológico. Nueve personas encontraron los agentes en los camiones de las atracciones -31 vehículos en total- de las cuales ocho eran marroquíes y una de nacionalidad argelina. Entre los detenidos no se contó a ningún menor de edad.

El alto número de intervenciones que tuvieron que realizar los efectivos policiales en San Lorenzo se dejó notar también en las inspecciones a pie de puerto, ya que los agentes de la Benemérita comentaron entre sí que de algunos vehículos se había llegado a sacar en el recinto ferial a nueve inmigrantes, por lo que su olor permanecía en el interior de los camiones, provocando así que los perros amaestrados dieran la voz de alarma en más de una ocasión sin que se encontrara a nadie en el interior de los vehículos examinados.

Por tanto, y según los datos aportados por la Delegación del Gobierno de Melilla, la primera jornada de la OPE finalizó con un total de 95 detenciones, una cifra que rompe la tendencia descendente registrada en los años anteriores, pues en el 2009 se realizaron 30 intervenciones y en el 2010, 27.

Se confiaba de esta manera que el fuerte dispositivo policial que se había desplegado por San Lorenzo sirviera como medida disuasoria, al igual que había ocurrido en otras ediciones de la fiestas patronales. Sin embargo, el alto número de detenciones, más del triple que las del año pasado, demuestra que la inmigración ilegal es un fenómeno en el cual el miedo no existe para los que deciden jugarse la vida por llegar a la península.

Hay que recordar que la operación se mantendrá en marcha hasta que abandone la plaza de San Lorenzo el último camión con atracciones de Feria, lo cual se espera que ocurra mañana. Será ese el momento en el que haya que hacer cuentas para comprobar el número total de detenciones con el que se salda la Operación Feriante del 2011, cuyos números van camino de suponer un profundo punto de inflexión en comparación con el resto de años.

Unas ciento cincuenta personas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Policía Local de Melilla han participado en el dispositivo de este año. En concreto, la Guardia Civil ha utilizado un total de 71 agentes, a los cuales se han sumado una veintena de efectivos del GRS para realizar labores de apoyo. Además, los GEAS también han tenido un papel relevante en la operación, llevando a cabo tareas de vigilancia en los alrededores del Puerto de la ciudad.

Por su parte, la Policía Nacional destinó a 40 efectivos para el operativo. En una nota de prensa remitida por la Delegación del Gobierno de Melilla a los medios de comunicación, se felicitaba a todos los que habían participado en el dispositivo de este año, y se hizo especial mención a la labor llevada a cabo por los perros del cuerpo cinológico para detectar personas en los camiones de las atracciones.