El presidente de Melilla

El nombre del actual presidente de Melilla ha sido el último en sumarse a la lista de candidatos a dirigir el Gobierno de la ciudad durante los próximos cuatro años tras las elecciones de mayo.

El Comité Electoral del PP confirmó ayer a Juan José Imbroda como cabeza de lista de los populares. Con su nombre encima de la mesa, los melillenses ya conocemos todas las opciones entre las que podremos elegir.
La exclusión de Imbroda por parte del PP hubiera sido más sorprendente aún que la de Ignacio González como candidato a la Presidencia de Madrid. Además de la aparentemente menor trascendencia del asunto que llevará a Imbroda a declarar el próximo miércoles en el Tribunal Supremo, al presidente de Melilla le avala una implacable lista de victorias en las urnas, algo de lo que no puede presumir el sustituto de Esperanza Aguirre. Precisamente ésta, la experiencia, será una de las principales armas que podrá esgrimir Imbroda durante la campaña electoral, al mismo tiempo que será el talón de Aquiles de otros candidatos, como Gloria Rojas. La candidata socialista, principal beneficiaria de la rigurosa limpieza ética llevada a cabo por el secretario general del PSOE, deberá conformarse con hacer ondear la bandera del cambio. La propuesta de encarar los problemas de nuestra ciudad desde otras perspectivas podrá ser el principal argumento del rostro amable de los socialistas.
También propondrá hacer las cosas de otro modo el líder de CpM. Mustafa Aberchán, sin ninguna necesidad de ser nombrado candidato por ningún órgano superior a la estructura de su partido en Melilla, tratará de seguir creciendo en las urnas apoyándose en la fidelidad de un sector de la población melillense que cada vez tiene más peso demográfico.  Precisamente esta ‘alianza’ con sus votantes, casi de carácter fraternal, es la que dificulta que el mensaje de CpM cale en otros sectores del electorado.
También el candidato de PPL tendrá que girarse y dirigirse a los votantes si quiere ganar peso político. Ante la imposibilidad legal de que la fotografía de Ignacio Velázquez ilustre los carteles de esa formación política, Julio Liarte deberá seguir siendo su cara visible. Lejos del carisma del ex presidente Velázquez, el candidato de PPL está obligado a dejar de hostigar durante un tiempo al Gobierno para centrarse en exponer a los votantes hacia dónde haría que se encaminara Melilla  durante los próximos cuatro años si presidiera el Gobierno de la Ciudad.
También el coordinador de UPyD en Melilla, Emilio Guerra, aspira poder decir algo desde un escaño de la Asamblea a partir de mayo. Habitualmente las encuestas generan unas expectativas en la formación magenta que luego, cuando concluye en recuento de votos, no se confirman en nuestra ciudad; justamente lo contrario que les sucede a los cepemistas.
Todos ellos concurrirán a las elecciones dentro de algo más de dos meses con la esperanza de mejorar sus últimos resultados, con la incógnita del apoyo que lograrán las nuevas formaciones que han hecho su aparición en el panorama político y con la principal duda de si el PP ganará las elecciones en Melilla con mayoría absoluta o sin ella, aunque en público todos se resistan a dar por segura la victoria de los populares.